Orquídea Roja [ Libro#1 De La Orden]En Físico

CAPÌTULO XXXIX - VALERIA

Llegó el día del nacimiento de nuestro hijo, finalmente había llegado, y los nervios nos invadían
a ambos. Estábamos rodeados por un equipo de guardaespaldas profesionales, encabezados por
Gregory, Pavel y Sergei.

Estos hombres, con su presencia imponente y su habilidad para protegernos, nos brindaban un
sentido de seguridad en medio de la emoción y la ansiedad que sentíamos.

—Me veo fea con esta maldita bata de hospital Gavrel.

—Te vez hermosa, Malysh y más con tu barriga, bebe—me dice Gavrel mirándome con esos
ojos de amor.

— Y si mejor me la quito y pongo un piyama, creo que me vería mejor. Mierda es que no me
gusta cómo me veo.

— Puedes vestirte como tú quieras pequeña y ponerte lo que te da la gana. Al final terminare quitándotelo en la cama cariño.

— Es enserio, Gavrel estamos en medio del nacimiento de tu hijo y tú piensas en eso—puedo ver como sonríe, mientras caminamos a la sala de parto.

Gavrel me sostiene la mano mientras ingresamos a la sala de parto. Con cada contracción, su
rostro refleja preocupación y ternura a partes iguales. Los médicos y enfermeras hicieron su
trabajo mientras él permanecía junto a mí, ofreciéndome palabras de aliento y apoyo incondicional.

Greg, comenzó a dar órdenes precisas al igual que Pavel y Sergei, los otros miembros del
equipo. Sus voces eran firmes y autoritarias, reflejando su entrenamiento y experiencia en
situaciones de alta presión.

—José, asegúrate de que la entrada esté despejada y establece una zona de seguridad alrededor
de la habitación — ordenó Pavel. — Necesitamos mantener a todos los intrusos fuera.

—¡Sí, señor! — respondió José con un tono de voz enérgico mientras se movía rápidamente para cumplir con su tarea. Comenzó a revisar meticulosamente todas las entradas y salidas, asegurando que no hubiera ninguna amenaza potencial.

—Pueden calmarse todos, mínimo nos van atacar—le digo molesta—ya me están volviendo loca Gavrel.

Sergei se acercó a Gavrel y le pregunta:

—¿Hay alguna instrucción específica sobre cómo debemos lidiar con los visitantes, Pakhan?

Gavrel miró a Sergei con una mirada seria y le responde:

—Nuestra prioridad principal es protegerla, al igual que a mi bebé. Solo permitiremos el acceso a aquellos que hayan sido previamente autorizados por nosotros. Cualquier persona que no esté en esa lista debe ser detenida y escoltada fuera de las instalaciones.

—Parece que hable sola—digo mientras nos acercamos.

—Te escuche perfectamente, pequeña. Pero necesito resguardar tu seguridad y la de mi hijo.

—me dice Gavrel mientras me da un beso en la frente.

Mientras tanto, podíamos escuchar el bullicio de las enfermeras y médicos en el pasillo, preparándose para el parto. La tensión en la habitación era palpable, pero estábamos tranquilos sabiendo que nuestro equipo de seguridad estaba tomando todas las medidas necesarias para garantizar nuestra protección.

Pasaron unos minutos llenos de ansiedad y anticipación, hasta que finalmente escuchamos el dulce llanto de nuestro bebé. Una oleada de emoción y alivio nos recorrió a ambos. Era el sonido más hermoso que jamás habíamos escuchado.

Greg y los otros guardaespaldas permanecieron atentos, asegurándose de que todo estuviera bajo control y que el ambiente siguiera siendo seguro para nosotros y nuestro hijo recién nacido.

Gavrel y yo nos miramos con lágrimas de felicidad. Si la Orden viera a Gavrel con lágrimas,
apostaría mi vida a que sería objeto de burla, nos convertimos oficialmente en padres. Tomé a
nuestro hijo en mis brazos y lo sostuve con cuidado, maravillado por el milagro de la vida.

Gavrel se inclinó hacia mí y susurró con voz gruesa pero llena de amor:

— Valeria, hemos creado algo hermoso juntos.

—Así es, mi amor. Nuestro amor ha dado vida a esta pequeña criatura, y juntos le daremos un
futuro lleno de amor y oportunidades.

— Bienvenido al mundo, Artemy Esteban Sokolov. —Le dice Gavrel dándole un beso en la frente a nuestro pequeño hijo.

Y aquí esta nuestra bella Valeria 😍🔥✨️