Noveno

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Buenos días, Kyungsoo.- El joven iba bajando de las escaleras al día siguiente. Un tanto atontado respondió al saludo.


-Yo...¿Le puedo pedir algo?- Tanto el señor como Kyungsoo después de un rato estaban sentados en la mesa del comedor, terminado de desayunar. No había señal de JongIn, algo que no pasó desapercibido para el menor.


-Claro, cualquier cosa.- Siwon le sonrió levemente. Kyungsoo seguía reacio a confiarse demasiado, pero la actitud y generosidad del contrario lo hacían dudar, tal vez podía bajar un poco la guardia ante éste.


-¿Puedo comunicarme con mi familia?-


-JongIn ya me puso al tanto de lo que ocurrió, y puede que no sea la mejor opción comunicarte con tus familiares. Pero creo que podemos hacer algo para que al menos sepan que estás bien.-


-¿En serio?- La mirada del pelinegro brilló con algo de emoción.


-Claro, pero sólo podrás hacerlo una vez cada determinado tiempo, para evitar problemas.-Al escuchar eso se le vino otra gran pregunta a Kyungsoo.


-¿Por qué es tan peligroso que yo regrese a mi vida normal?-


-No te puedo decir mucho, pero hay personas muy peligrosas tras JongIn, y esas personas han visto que tienes contacto con él, afortunadamente aun sigues fuera del radar, pero si llegasen a encontrarte no dudarán en dañarte.-


-Yo...yo no quería esto.-Susurró desviando la mirada hacia sus manos desconsolado.


-Lo sé, muchacho. Fue una coincidencia todo lo que pasó, sin embargo, todo estará bien si te mantienes oculto hasta que JongIn termine con esto.-


-¿Cómo que te...terminar con esto?-


-Es mucha información por hoy. Mejor vamos a que puedas hablar con tu familia.- El mayor le dio una sonrisa, levantándose de la mesa para recoger los platos sucios y dejarlos en el fregadero.


Al poco tiempo ambos salieron de la casa por indicaciones del mayor, caminaron unas cuantas cuadras hasta llegar a una caseta telefónica. Durante todo el camino Gulf observó curioso todo el panorama urbano completamente desconocido para él. No transitaban demasiadas personas, parecía un lugar bastante tranquilo, no como las concurridas y aglomeradas calles de Bangkok.


-Aquí puedes marcarles, pero te recomiendo que sepan lo menos posible sobre esto, no se deben involucrar para evitar cualquier problema.-Comentó el mayor dándole una moneda al contrario para poder hacer la llamada.


-De acuerdo, gracias.- Suspiró el pelinegro, al mismo tiempo en el que se le formaba un nudo en la garganta, no queriendo escuchar la posible preocupación y desesperación en la voz de su hermana, pues decidió llamar al número de ésta.


Un tanto tembloroso descolgó el aparato público comenzando a marcar digito por digito.


Un tono, dos tonos.


-¿Hola?- Quiso llorar al escuchar la femenina voz, ésta sonaba algo cansada. Debía ser fuerte y no quebrarse ante ella para no preocuparla.


-Hola Baek, soy yo.-


-¡¿Kyungsoo?! Oh gracias a Buda. ¡¿Dónde estas?¡ ¡¿Estás bien?!-


-Yo...estoy bien Baek. No puedo explicarte ahora, pero por favor no se preocupen por mí.-


-¿Qué? Kyungsoo, por favor explícame. Cuando llegamos al hotel estaba la policía, pero no estabas tú, nos explicaron lo que había ocurrido, estábamos desesperados. Las autoridades te están buscando.-


-No, no hagan eso, es peligroso.-


-¿Peligroso? ¿Estás amenazado, Kyungsoo? por favor dime.-


-Estoy bien, pero debo mantenerme oculto. Ya no puedo hablar mucho más. Diles a papás que estoy bien, en otro momento volveré a comunicarme.-


-¡¿Kyungsoo?! ¡No, no cuelgues, por favor!-


-Los quiero mucho, no se preocupen por mí.- Una sola lágrima bajó por la mejilla del menor antes de colgar la llamada. Era momento de comportarse como un hombre. A partir de ese momento evitaría pensar más en su familia y amigos para evitar estar constantemente afligido, pero siempre los mantendría en cuenta.


-Sé que es dolorosos, pero es lo mejor.- Unas leves palmadas fueron depositadas en su espalda.-Es momento de regresar.-Terminó de hablar el señor para posteriormente emprender la marcha.


~


Y así fue como pasaron cinco días desde que llegaron con Siwon.


A Kyungsoo, en esos días, le iba agradando cada vez más la compañía del señor, se entretenía con su carismática presencia y amabilidad, al igual que con el pequeño Pomerania de nombre "Chopper" el cual jugaba de vez en cuando con él.


Con respecto a JongIn, su relación, si se podía llamar de algún modo así, seguía en las mismas, sólo compartiendo palabras escasamente. En ese tiempo ya no estaba tan desconfiado, pero seguía estando alerta. Las palabras que le había dicho Siwon el primer día constantemente deambulaban por su mente "No todo es lo que parece." Quería saber el trasfondo de esta frase con respecto al castaño, pero aún no había tenido el espacio para preguntarle al señor, con quien ya tenía una amable relación.


De vez en cuando encontraba a JongIn hablando por teléfono o en su computadora, pero se prometió a sí mismo, no intentar averiguar nada del contrario, pues sabía que le iría mal.


-Buenos días, Siwon.- Saludó el menor ya en una nueva mañana, entrando somnoliento a la cocina.


-Buenas, Kyungsoo.- Respondió tendiéndole una taza de café al contrario quien se lo agradeció.


-¿Y JongIn?- Preguntó casualmente al no verlo por ahí, teniendo en cuanta que siempre era el primero en despertar de los tres. Sin estar consciente de ello, Kyungsoo iba asociándose cada vez más con el mayor.


-Creo que salió a correr ¿Por?- Cuestionó el señor mirándolo.


-Na...nada más, simple curiosidad.- Respondió con un leve sonrojo al darse cuenta de lo que había preguntado, continuando con su desayuno que consistía en huevos revuelto.


Al poco rato, escucharon la puerta ser abierta, y a un sudoroso castaño entrar a la cocina, saludando a ambos con un casi imperceptible movimiento de cabeza.


JongIn sin más agarró una manzana mordiéndola y desapareciendo nuevamente, seguramente para darse una ducha. El pelinegro se quedó viendo el lugar por donde el contrario se había ido.

Adicto a Ti [Kaisoo]Where stories live. Discover now