Trigesimo- tercero

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"De acuerdo, contrólate. No va a pasar nada, actúa normal." Kyungsoo continuaba sufriendo dentro del baño, ya habían pasado alrededor de diez minutos y no hacía más que hundirse en su propia miseria.

"¡Ya! Sal del maldito baño." Pensó apuntándose a sí mismo a través de su reflejo. Se sentía ansioso, nervioso, incluso le empezaba a doler el estómago de la ansiedad. No había interactuado con Mew desde la mañana anterior pero justo después de su encuentro pensar en las posibilidades de estar junto a éste lo estaban poniendo muy mal.

Era compresible, pues Kyungsoo nunca había pasado por una situación parecida en su vida. Para muchas personas aquello era tan normal como respirar, pero para el pequeño joven no. Se sentía como si todo hubiese cambiado referente a su extraña relación con el mercenario. Inclusive seguía dándole vueltas a aquella simple caricia que recibió la noche anterior. "Supongo que es normal, no significa nada un simple toque, pero ¿Por qué lo hizo?" Y el cómo habían despertado juntos, eso último era tan reciente que seguía estando ruborizado.

-Maldita sea, quiero orinar.- Unos golpes en la puerta hicieron que Kyungsoo brincase un poco de la impresión. Ya no podía detener más el encuentro con el contrario.

-Vo...voy.- Dijo lo suficientemente fuerte para ser oído. Dando una profunda inhalación se preparó para lo que sea que fuese a pasar.

Abrió la puerta con la cabeza gacha saliendo del sanitario. Por su parte Mew simplemente le dio una rápida mirada antes de entrar.

Al recordar que en menos de quince minutos se irían de aquel lugar, Kyungsoo decidió dejar de pensar tanto y mejor ponerse a guardar las pocas cosas que traía consigo.

Minutos después ambos volvieron a estar en la misma habitación, algo que mantenía algo tenso a Kyungsoo pero actuaba como si estuviese de maravilla.

No volvieron a entablar palabra alguna, hasta que llegó el momento de marcharse.

Kyungsoo decidió salir primero junto con su mochila.

-Tus lentes.- La masculina voz de JongIn lo detuvo antes de tan siquiera cruzar el umbral.

En todo ese tiempo que estuvieron en el motel Kyungsoo no tuvo la necesidad de usar sus anteojos. Solamente los utilizaba cuando leía alguna revista o miraba la televisión. Tanto así que hasta se había olvidado de ellos en el pequeño escritorio. Sin tener algo de relevancia su subconsciente se imaginó la situación que hubiese pasado si los hubiera estado utilizando durante su encuentro con Kyungsoo.

"Posiblemente hubiesen quedado completamente empañados. Que bueno que no los tenía puestos." Se dio un golpe mental por pensar aquello.

-Oh...gracias.- Con las mejillas volviéndose coloradas por sus propios pensamientos dio media vuelta pasando rápidamente a lado del mayor sin dirigirle una mirada para tomar sus lentes y salir casi corriendo de la habitación.

Llegando al automóvil del mercenario, Kyungsoo casi como una costumbre se subió en el asiento del copiloto dejando su mochila atrás para después ponerse el cinturón de seguridad y acomodar levemente la inclinación del asiento para una mejor comodidad. Ya conocía bien aquel flamante auto. JobgIn por su parte simplemente se subió arrancando a la brevedad.

Todo pasaba como si absolutamente nada hubiese sucedido, cosa que provocó un inmenso alivio en el pelinegro. Si se mantenían así todo estaría bien.

El pequeño joven no tenía ni idea de a donde se dirigían y no tenía la valentía de preguntar, así que simplemente contemplaba el panorama que se le presentaba dándole uno que otro vistazo a su acompañante de vez en cuando.

~

-¡KYUNGSOO!- Una voz conocida los recibió cuando llegaron a su lugar de destino.

Después de todo el viaje que duró alrededor de cinco horas, habían ingresado a una especie de pequeña residencia en el centro de Gwanju, una ciudad de la costa este del golfo de Korea, conocida por sus playas.

Kyungsoo no negaba que desde que conoció al mercenario había conocido más lugares y ciudades tailandesas que en todos sus años de vida, aunque claramente hubiese preferido que se diera de una forma completamente diferente.

Se sorprendió cuando llegaron a un condominio que se miraba elegante y aún más cuando la persona que los recibió era nada más y nada menos que Taemin, detrás de él se encontraba Minho sentado en un sofá.

-Taemin.- Una sonrisa floreció en los labios de Gulf inconscientemente feliz de ver al castaño frente a él. Ahora ya no parecía tan mala la situación.

Creyó que ya no volvería ver al castaño, dio gracias a que se equivocó.

Entraron al condominio, el cual por fuera parecía lujoso y por dentro lo era el doble. Era un loft completamente amueblado dando un aire minimalista gracias a la decoración y los colores neutros. Cada objeto parecía extremadamente costoso.

"¿De quién es este lugar?" Pensó el pelinegro observando todo a su alrededor.

-Te extrañé.- Fue sacado de su ensoñación cuando lo jalaron para brindarle un caluroso abrazo. Taemin siendo Taemin.

~

Al poco rato tanto Minho como JongIn habían desaparecido en una de las múltiples habitaciones del lugar, con lo poco que Do pudo observar se trataba de una especie de despacho, seguramente para ponerse al día sobre algunos asuntos.

-¿El condominio es tuyo o de Minho?- Ahora sólo se encontraba junto a Taemin en la espaciosa sala de estar.

-No, es de Kai ¿no te dijo?- Ambos se encontraban sentados uno frente al otro en un par de sofás individuales.

-No...pero si es de él ¿Por qué estaban aquí antes que nosotros?- Obvió el hecho de que el lugar parecía costar millones. Tal parecía que asesinar gente si dejaba bastante dinero.

-Le dio una llave a Minho hace un tiempo, ya que era consciente que en cualquier momento podíamos ser atacados. Le dijo que si algo pasaba, aquí podríamos mantenernos seguros, fue una clase de favor.- Haciendo un movimiento con su mano en señal de restarle importancia continuó hablando. -¿Por qué tardaron en llegar? Me asusté cuando tuve que dejarlos atrás pero luego Minho me dijo que estaban bien.-

-No sé ni cómo salimos con vida pero gracias a Buda no ocurrió nada grave, aunque nos tuvimos que ocultar para que J...Kai se recuperara del disparo que recibió.- Recordaba haberle mencionado el "verdadero" nombre del mercenario a Taemim, sin embargo no quería meterse en problemas por continuar diciendo aquel nombre, por lo que se obligó a seguir refiriéndose a JongIn como Kai.

Adicto a Ti [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora