Vigésimo-quinto

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-¿Es..estás bien?- Kyungsoo casi de forma automática dio unos para acercarse a JongIn quien entraba como si nada. Podía observar el labio partido del contrario, y un hematoma en su pómulo derecho, sabía que no era de su incumbencia, pero ver al mercenario herido no le era de su completo agrado.


-Da igual.- Minimizó el asunto, y tal vez era sí, no era de gran importancia. Cosa que hizo comprender a Kyungsoo que su trabajo no era como el de un oficinista, podría terminar herido de gravedad o incluso muerto. Era una nimiedad comparado con los posibles daños que ha sufrido o sufrirá a lo largo de su vida.


Pero ese insignificante asunto hizo algo dentro del pelinegro que provoco unas insaciables ganas de saber más sobre aquel individuo y todo lo que le hacía ser él.


-Yo...¿Quieres que te prepare algo de comer?- Aquello salió solo de su boca, y no es como si le molestase pero sabía que era inútil tratar de agradarle al contrario, hubo ocasiones en el que parecía tolerarlo pero no quería seguir inmiscuyéndose en lugares donde no debía. Suponía que entre más alejado mejor.


-Está bien.- Se sorprendió pero no del todo. Así que decidió prepararle un omelette de huevo, algo sencillo y rápido.


Minutos pasaron, y el silencio reinaba en el lugar. Taemom posiblemente seguía bañándose. Así que estarían solos por un rato más.


Preparó la comida en cuestión de minutos.


-Ten.- Le brindó el platillo a JongIn, quien se encontraba mandando un mensaje desde su celular. Parecía como si lo fuera a ignorar, así que comprendiendo la situación Kyungsoo se dispuso a subir a la habitación una vez puso el plato en la mesa del comedor.


-Gracias.- La palabra lo detuvo girándose un poco.


-De nada.- Dio una leve sonrisa dándole una rápida mirada, siguiendo su camino escaleras arriba.


"De acuerdo, eso ha ido bastante bien." Pensó Kyungsoo mientras unos ojos apacibles estaban puestos en su espalda.


~


Los días pasaron y no ocurría nada interesante. JongIn no volvió a dirigirle la palabra y Kyungsoo estaba bien con ello. La mayoría del tiempo el mercenario se encerraba en la habitación así que era como si ni siquiera estuviese en la casa.


En esos pocos días, no habían pasado más interacciones aparte que el de él preparándole un omelette en su regreso. Incluso le había pedido a Taemin si podía dormir en su cama junto él, cosa que el castaño aceptó sin preguntar demasiado. Era consiente de que estaba extraña la situación de Kyungsoo con Kai, así que no denegó la petición del pelinegro de descansar en su habitación, además de que no había ningún inconveniente al no estar Bright presente.


De vez en cuando Kyungsoo practicaba con el arma que le había dejado Minho, aunque estaba a casi nada de quedarse sin cartuchos.


Era el inicio de un nuevo día y el chirrido de neumáticos alertó a los tres individuos dentro de la casa. Todos estaban en la sala, pero fue JongIn quien rápidamente sacó un arma de su pantalón antes de acercarse a la puerta que daba al garaje. Pero bajó el arma una vez hubo identificado de quien se trataba


-¡MINHO! ¡¿Estás bien?!- Exclamó Kyungsoo viendo a su novio entrar con múltiples hematomas en su rostro hinchado y un intento de cabestrillo en su brazo izquierdo.


Aquello sorprendió a todos en la habitación. Algo andaba muy mal.


-Kaidebes irte, cada vez están más cerca de ti.- Fue lo primero que dijo nada más sentarse en la silla que le brindó su novio.


-¿Qué ocurrió?- Habló serio y demandante el nombrado.


-Me emboscaron mientras hacia un trabajo, no sé cómo mierdas supieron que tengo relación contigo, Kai. Pero se está poniendo más grave la situación. Escapé y esperé dos días antes de regresar, estoy seguro que es cuestión de días antes de que descubran este lugar.- Esta vez dirigió su mirada a Taemin- Amor, por favor. Ve por las maletas de emergencia, debemos irnos cuanto antes.- Taemin asintió con seguridad antes de retirarse. Era algo que podía pasar y estaba muy consciente de ello.


Mientras tanto Kyungsoo se encontraba temeroso por lo que estaba ocurriendo. ¿Tenían que irse de ahí? Tal parecía la situación se estaba complicando. No sabía que hacer en esos instantes así que simplemente se quedó junto a los mercenarios, esperando que le indicasen hacer algo.


-Ya oíste, busca tus cosas. Nos vamos.- JongIn dijo con voz severa hacia Kyungsol, seguramente pensando en un plan.


Rápidamente fue a hacer lo que se le dijo. Yendo a la habitación donde tenía la mayoría de su ropa comenzó a guárdala en una pequeña mochila. Mientras terminaba de llenar la mochila le dio un vistazo al mueble frente a él, acercándose deslizó uno de sus múltiples cajones encontrándose con el arma con la cual practicaba. Era obvio que la llevaría consigo, ya estaba familiarizado con ella y podría serle de mucha ayuda.


"Otra vez tendremos que buscar un nuevo escondite." Liberó un poco de aire retenido en sus pulmones aceptando su realidad, al menos esperaba seguir junto a Taemin.


Todas sus cavilaciones quedaron en el olvido justo en el momento en el que un muy mal presentimiento se instaló en su pecho.


Su piel se erizó cuando desde la ventana abierta de la habitación se escuchó el derrapar de vehículos.


Varios vehículos.


~


Pocos días antes.


-¿Dónde mierda esta?- Un fuerte impacto fue puesto en la mejilla de un malherido Bright.


-Vete al infierno.- Otro golpe fue puesto en su rostro.


-No hagas esto más difícil.-


-De hecho, sólo estoy haciendo tiempo.- Una sonrisa burlesca apareció en la boca de Monho, antes de soltarse de las cuerdas que lo aprisionaban en aquella silla de metal. Con un ágil movimiento se ubicó detrás de una de las cuatro personas que se encontraban encerradas en ese pequeño almacén junto a él.


Bloqueando un ataque, usó de escudo al hombre delante de él ante la rafaja de disparos que se hizo presente.


No tenía tiempo, debía huir antes de que llegasen más, no estaba en condiciones de pelear. Agarrando el arma del recién ejecutado, disparó hacia los otros tres quienes se escondieron entre algunos contenedores. Era su oportunidad de escapar.


Saliendo del almacén en tiempo récord se subió en el primer vehículo estacionado que vio en la calle de aquel desconocido lugar. Arrancó después de realizar unos pequeños ajustes con los cables debajo del volante.


-¿Le pusieron GPS a todos los vehículos a la redonda verdad?- Los hombres dentro del almacén salieron tranquilamente, como si todo estuviese saliendo según lo previsto.


-Así es.-


-De acuerdo, es hora de ir por ese infeliz. Seguramente cambiará de vehículo, así que hay que localizarlo antes de que lo haga.- Una sonrisa de superioridad se hizo presente en el rostro maduro de aquel hombre, el cual sacó un teléfono de su bolsillo y marcó a un número específico.


-Ya pronto le llevaré a Kai, jefe.-


Adicto a Ti [Kaisoo]Where stories live. Discover now