Vigésimo -primero

284 99 0
                                    


Llegando a su refugio temporal, bajaron en silencio. No había necesidad de intercambiar palabras. Kyungsoo iba un poco más atrasado al llevar las bolsas llenas del supermercado.

El pequeño pelinegro observó, al entrar a la casa, el gran reloj que se encontraba colgado en la pared marcar las 10:21 p.m.

"Ya es tarde." Pensó Kyungsoo.

Se encontraba tranquilo hasta que recordó los, no tan agradables, acontecimientos que ocurrieron la noche anterior protagonizados por él y JongIn.

Sin ganas de querer pasar por algo similar, se dispuso a dormir en el sofá. Lugar donde en fallidas ocasiones intentó descansar. No diciendo nada, puso las bolsas de despensa en la mesa de la sala, para empezar a acomodar los artículos en sus correspondientes lugares. Esperaba a que JongIn no dijera nada, y simplemente se fuera de ahí. Sin embargo, eso no ocurrió.

-Mañana entrenamos, no me hagas perder mi tiempo esperando.- Su masculina voz se oyó fuerte y clara en aquel ambiente tan silencioso.

-De acuerdo ¿A qué hora?- Respondió neutralmente de espaldas sin mirarle, acomodando unas latas en la alacena. No supo cómo o porqué ocurrió aquello, sólo que un gemido ahogado salió de sus rosados labios por la sorpresa.

JongIn lo había agarrado de los hombros sorpresivamente para darle un giro de 180º y ponerlo frente a frente, justo a menos de un metro de distancia de su imponente figura.

-Siempre mírame a los ojos cuando te hable, es una orden.- Lo miraba con ojos neutros, sin expresar alguna emoción, cosa que dejó sin habla al menor por unos pocos segundos, hasta que reaccionó.

-De..deja de tratarme así, no soy ningún objeto.- Su voz se volvió temblorosa, pero se estaba cansando de aquel trato que JongIn le daba.

-¿Qué dijiste?- La voz del mayor se tornó un decibel más bajo.

Kyungsio se estremeció un poco, no había pensado las consecuencias de hacer enojar a un mercenario. Simplemente podría matarlo y él haciéndose el valiente.

Pero JongIn no era así ¿Verdad? Él nunca lo mataría por algo tan insignificante ¿O estaba equivocado?

Lo único que tenía en claro era que unas semanas atrás nunca se le hubiese pasado por la cabeza hacerle frente al mayor, pero ahora era diferente.

-Respétame y no...no me impongas cosas como si no valiese mi opinión. Tú no me ordenas nada.- "Estoy tentando a mi suerte." Pensó Kyungsoo comenzando a temblar, pero ya había dicho lo que pensaba y no podía cambiarlo. Sólo podía rezarle a Buda que el contrario no le rompiera las piernas.

-No vuelvas a hablarme así ¿Entendido?.-El aliento de JongIn chocó contra la cara de Kyungsoo quien muy en el fondo estaba llorando de miedo.

La distancia disminuía.

-Sólo te pi..pido que no me trates como a una cosa. Y si me vas a hacer algo..hazlo de una vez. Así al menos dejo de ser un....estorbo para ti.- Todo había ido tan bien aquel día, sin embargo, toda aquella conversación hizo que Kyungsoo se enojase e indignase por igual. De algún lado salió su parte valiente y temeraria, aunque sólo decía lo que sentía en lo más profundo de su ser por el calor del momento.

-¿Es eso lo que quieres?- Una mano callosa se posó en el delgado cuello del pelinegro, provocando que todo su cuerpo chocara contra la pared por el impulso de alejarse. La mano apretaba, pero sin asfixiarle.

El rostro de ambos se encontraba peligrosamente cerca, sus respiraciones chocaban.

Kyungsoo se encontraba aterrado, sin embargo, algo en su interior decía que su vida no corría peligro. Una tensión indescifrable se podía percibir en toda la planta baja de la casa.

-Responde ¿Quieres dejar de ser un estorbo para mí?- Su aliento chocaba en la mejilla del menor, quien se encontraba en estado de shock, todo aquello era tan nuevo, que sintió una corriente de adrenalina subir por sus venas.

-Sí.- Susurró sin aire posando sus ojos en los contrarios, una chispa imaginaria surgió de aquella conexión.

-Oh. Ya llegaron.- Aquella voz hizo voltear a Kyungsoo, encontrándose con un sorprendido Taemin en pijama al ver lo que ocurría.

JongIn no dijo nada más. Soltó al pelinegro y se fue de ahí, subiendo al segundo piso como si absolutamente nada hubiera ocurrido.

-¿Qué demonios ocurrió, Kyungsoo? ¿Te hizo daño?- El mayor se acercó al mencionado, para cerciorarse de que estuviera bien.

-Sí, estoy bien. No...no pasó nada.-Dijo en voz baja, sin saber cómo procesar todo aquello mientras llevaba una mano y acariciaba el lugar donde JongIn había dejado sus dígitos levemente marcados.

-¿Estás seguro? No pienso dejar que Kai te haga daño.- Aquello sacó de su ensoñación a Kyungsoo, mirando al mayor frente a él, esbozó una leve sonrisa para tranquilizarlo un poco.

-Descuida, posiblemente esté loco, pero por algún estúpido motivo sé que no hará nada para dañarme, al menos no mortalmente.- ¿Por qué sonaba tan seguro? Incluso se sorprendió por su propio comentario.

-De acuerdo, pero cualquier cosa, no dudes en decirme. Será muy amigo de mi novio, pero no toleraré que te haga algo malo.-

-Muchas gracias, Taemin. Descuida, creo que ya deberías ir a descansar, estaré bien.- Tranquilizó, para después de unos pocos minutos con un Taemin más calmado, desearse buenas noches mutuamente, y que lo dejase solo en la planta baja.

"¿Qué demonios fue eso?" Pensó soltando un largo suspiro que no sabía que tenía retenido en su garganta.

Olvidando las latas y bolsas que faltaban por ser acomodadas, se dirigió al incómodo sillón, ya que por alguna extraña razón estaba agotado mentalmente.

Sólo bastaron unos cuantos minutos para que se perdiera en su subconsciente, teniendo cómo último pensamiento el rostro y la cercanía de aquel mercenario.

Ya mañana pensaría más sobre todo lo ocurrido ese día.

Adicto a Ti [Kaisoo]Where stories live. Discover now