Adicto a Ti [Kaisoo]

Trigésimo-octavo

Quedó solo en su habitación, meditando sobre lo ocurrido con JonGin.

Realmente se había sentido indignado por la negativa del contrario en cumplir con su petición y un tanto satisfecho por haber tenido el valor suficiente para detenerlo. Pero lo que más tenía presente en su mente era el hecho de que no podía olvidar la piel claramente mutilada del mercenario. Heridas ya cicatrizadas que mostraban un pasado oscuro en la vida del contario.

En vez de sentirse enojado por el comportamiento que tuvo JongIn escasos segundos atrás, simplemente sentía una gran curiosidad por saber más sobre éste. Sentimiento que había surgido justo en el mismo instante en el que sus vidas se ligaron la una de la otra.

Sonaba tonto después de todos los malos momentos que le había hecho pasar, sin embargo, no podía evitar la preocupación y el deseo de poder comprender el trasfondo de la actitud fría y calculadora del hombre que le gustaba.

Después de todo ese tiempo junto a él, no le era difícil reconocer el temperamento inestable y su comportamiento casi hostil que lo caracterizaba.

Todo de JongIn era un misterio casi imposible de descifrar.

"¿Por qué siento la gran necesidad de conocerte, JongIn?"

~

-Te besaría si no tuviera novio.- Casi exclamó Taemin, al día siguiente. Ambos amigos estaban en la habitación de Kyungsoo.

El pelinegro le estaba contando todo lo que ocurrió la tarde anterior, desde cómo rechazó al mercenario hasta lo que éste le respondió. Evitando comentar sobre las marcas de JongIn, aquello sé lo guardaría sólo para él.

-Estoy tan orgulloso, es como ver a un hijo crecer.- El castaño estaba más que feliz al ver el progreso del contrario para darse a respetar. -Y ese imbécil diciéndote aquello, se ve que le dolió tu rechazo.-

-Sí...bueno, es algo que me esperaría de él.- Si antes ya no tenía nada en claro ahora era peor ¿Acaso JongIn ya no volvería a buscarle? Había hecho enojar a JongIn, una persona peligrosa.

"Ya he llegado muy lejos, él no me hará nada." Pensó bastante seguro.

-Kyungsoo, debes olvidar a ese idiota. Mañana hay que salir en la noche, hay que divertirnos.- El plan sonaba bastante bien en la cabeza del castaño.

-No soy mucho de salir de noche.-

-Vi en una revista que abrieron una nueva discoteca al norte de la ciudad, podemos ir a bailar.- Trató de hacerle cambiar de opinión.

-Yo no sé bailar.-

-Ni yo, pero puede ser divertido.- Taemin puso cara de cachorro regañado. Kyungsoo soltó un suspiro aceptando su derrota.

-Estás bien.- En todo caso no parecía tan descabellada la idea, Taemin no lo hacía con mala intención. Podría serle de ayuda para despejarse y de paso tener un buen rato.

~

Era ya la noche del día siguiente, y como lo planeó Taemin, saldrían a la dichosa discoteca.

Kyungsoo apenas se estaba saliendo de bañar cuando alguien entró abruptamente a su habitación.

-¡¿Ya estás listo?!-

Un pequeño grito salió del pelinegro, volteando a la brevedad.

"Debo empezar a ponerle seguro a la puerta."

-Por Buda, Taemin. No hagas eso.- Se llevó una mano al pecho tratando de regular sus latidos. -Y no...no estoy listo.-

-Perfecto, yo te ayudo.- Se fue acercando el castaño ignorando la media desnudez de Kyungsoo.

-Descuida, puedo hacerlo so...- Fue interrumpido.

-Debes lucir como un ser etéreo e inalcanzable.-

-No creo...-Nuevamente interrumpido.

-Nada, nada. Ven vamos a prepararte.-

Fueron alrededor de cuarenta minutos el tiempo que le llevó al par terminar.

-Te vez fenomenal.- Utilizaron las prendas y accesorios que habían conseguido el día en que fueron al centro comercial.

-No veo mucha diferen...- Fue, por tercera vez en la noche, interrumpido.

-No digas tonterías, ya vamos que Minho debe estar esperando.- Lo jaló para sacarlo de la habitación.

-¿Nos llevará?-

-Sí, igual hará de nuestro guardaespaldas.-

Llegaron hasta encontrarse con Minho.

-Ahora vuelvo.- Dijo Minho. Caminando hasta llegar a una habitación y entrar como si nada.

-Nos vamos.-

-¿A dónde?- JongIn estaba de espaldas tecleando en la computadora frente a él.

-Una discoteca.-Minho no recibió respuesta, terminando por agregar.-Kyungsoo también va.- Consiguió la reacción que quería, el mercenario volteó levemente.

Levantándose pasó de largo a Minho llegando hasta la sala, viendo a las dos personas paradas esperando.

No sé habían encontrado desde su disputa. Vio como el pelinegro agachó levemente la cabeza ante su escrutinio. Estaba vestido de tal forma que incluso le sacó un leve gruñido. ¿Por qué iba tan arreglado?

-Vamos.- Llegó Minho ignorado al mayor.

-Iré.- Impuso JongIn, cosa que sorprendió a los demás y en especial al pelinegro, pero ninguno mencionó nada al respecto simplemente saliendo del condominio, no era como si pudiesen negarse.

La pareja y Kyungsoo fueron en un vehículo mientras JongIn iba en el suyo.

La luna llena resplandecía en el despejado cielo, el tránsito no era tanto por lo cual llegaron al lugar bastante rápido, viéndolo bastante grande y un tanto lujoso.

No permanecieron demasiado tiempo en la fila de espera. Al poco rato entraron buscando un lugar donde ubicarse, a los lados del gran salón habían varios sillones donde podía descansar la gente mientras bebía o platicaba y en el centro había una gran pista llena de luces. La música se escuchaba fuerte pero sin llegar a lastimar los oídos. El lugar no estaba tan lleno pero tampoco tan vacío.

JongIn no pensaba mantenerse junto a los otros, ni siquiera sabía porqué estaba ahí, lo había hecho por puro impulso. Evitando pensar demasiado, fue a la barra para beber algo.

Los demás sin cuestionar nada, llegaron hasta unos sofás disponibles. Kyungsoo se dispuso a evitar pensar e incluso mirar hacia el mercenario, trataría de pasarla bien junto a la pareja.

Parecía que a JongIn ya se le había pasado el enojo, mostrándose y actuando tan normal e impertérrito como siempre. Eso era una buena señal, o eso quería pensar Kyungsoo.

Una clase de mesero llegó hasta ellos para ofrecerles la carta de bebidas.

-¿Quieres tomar algo?- Le preguntó Taemin.

Todo lo que leía en la carta parecía contener alcohol. Líquido que nunca había probado.

Continuó observando la lista de bebidas hasta que llegó a una que parecía normal.