Trigésimo

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Ambos se encontraban frente a frente, a una distancia ridículamente corta.

                   
Kyungsoo no podía hacer nada aparte de mirar con los ojos completamente abiertos de la impresión al mercenario. Incluso llegó a pensar que estaba alucinando y en realidad le había dicho otra cosa.

                   
-¿Q...qué?- No podía estar hablando en serio ¿O sí?

                   
-No me hagas repetirlo.-

                   
Kyungsoo le recorrió otro escalofrío aún más intenso que el anterior, el contrario lo miraba completamente serio dando a entender que no estaba jugando.

                   
El menor entendía perfectamente lo que quería el mercenario.

                   
Tener sexo.

                   
Ellos dos.

                   
Kyungsoo apenas y podía pensar en aquella palabra sin ruborizarse intensamente. ¿Por qué le estaba pidiendo aquello? En toda su vida ni siquiera había tenido una cita con nadie, y ahora el hombre frente a él le pedía tener sexo. Aquello lo dejó completamente mudo, no reaccionaba.

                   
Mientras Kyungsoo se encontraba teniendo un colapso mental, JongIn lo miraba intensamente y un tanto ansioso por recibir una respuesta. ¿Por qué se encontraba ansioso? El mercenario era completamente consiente que el pelinegro era un mocoso virgen, a él no le gustaba desvirgar a sus amantes, pero si el contrario se dejaba no iba a desaprovecharlo.

                   
Le habían ofrecido servicios sexuales hace menos de media hora ¿Por qué no simplemente iba y contrataba a alguna mujer?

                   
Parecía como si estuviese pasando una eternidad y el mercenario se comenzó a impacientar. Dándole igual todo se acercó hasta casi acabar la distancia entre los dos, con sus venosas manos las posó en la cintura desnuda del menor, sintiendo la calidez de la piel. De un modo u otro aquello le gustó, llegando a su mente la imagen del peligro gimiendo bajo suyo, cosa que lo hizo mover levemente la cabeza.

                   
-Si no dices nada lo tomaré como un sí.- Susurró con la voz grave en el oído de Kyungsoo quien liberó un pequeño jadeo volviendo a la realidad.

                   
El menor se sentía desorientado. Nunca había pensado en tan siquiera mantener algún contacto de ese tipo con el mercenario, sin embargo, fue éste quien estaba tomando la iniciativa. ¿Qué debía hacer? Tal vez si lo rechazaba lo tomaría mal. Dejó de pensar correctamente cuando unos labios comenzaron a recorrer la piel de su cuello. Era extraño para Kyungsoo pero no podía negar que no era para nada desagradable.

                   
Una parte de él le decía que aquello estaba mal, si se dejaba llevar estaría jugando con fuego.

                   
¿Pero por qué no lo detenía?

                   
La sensación de la boca en su cuello, aquellas manos sujetando firmemente su cintura lo estaba haciendo que se replantease incluso su propia existencia.

                   
JongIn, JongIn, JongIn.

                   
Era lo único que pensaba el pelinegro.

                   
-...Hah...-Salió de su boca cuando JongIn succionó una porción de piel debajo de su oído.

                   
-Tomaré eso como un continua.- Susurró JongIn comenzando a excitarse. Cosa que lo sorprendió pues nunca por unas simples caricias lo calentaban, y ni siquiera era él quien las estaba recibiendo. Comenzó a deslizar sus manos por la delgada cintura, recibiendo leves suspiros del contrario.

                   
El mayor fue guiando a Kyungsoo hasta la cama, éste se encontraba completamente dócil dejándose hacer. Al pelinegro la situación lo estaba sobrellevando sin embargo no quería detenerla, le agradaba las caricias que le proporcionaba Mew.

                   
Gulf reaccionó cuando fue recostado en la cama con el mercenario comenzando a ponerse encima de él.

                   
Realmente iban a hacerlo.

                           
         
               
-Yo...yo no creo que...que sea buena idea.- Dijo el menor con algo de trabajo, mirando con timidez y algo de temor al contrario.

-¿Por qué? No parecía desagradarte lo que te estaba haciendo.-

-No...no me desagrada, pe...pero yo...- Era un completo inexperto en el tema del sexo, y la realidad era que tenía miedo. No tenía una mínima idea de lo que se tenía qué hacer o cómo reaccionar. Ciertamente en esos momentos su raciocinio no estaba del todo correcto por todo lo que estaba sintiendo en ese instante, y era muy probable que, si seguía por ese camino, aquellas sensaciones tan agradables lo harían caer por completo en los brazos de JongIn.

JongIn. Aquel misterioso hombre que había llegado a su vida de una manera tan inverosímil, aquel que poco a poco se iba metiendo en su cabeza sin su permiso, el hombre que lo había salvado un par de veces y le había hecho derramar lágrimas otras más. Kyungsoo no tenía idea de lo que era el amor en el sentido romántico, pero tenía una corazonada de que por algún extraño motivo algo de esa naturaleza estaba sintiendo por el mayor.

-Déjamelo todo a mí, sé que en un rato estarás gritando de placer.- Aquello provocó que las mejillas de Kyungsoo se pusieran aún más rojas. El mayor lo miraba como a una presa completamente indefensa.

El mercenario hubiera preferido a alguien más experimentado e incluso hasta unos senos grandes, sin embargo, no se estaba quejando en lo absoluto. Por otro lado, sólo quería poseer al menor lo más pronto posible. Llegando a sentir el morbo de ser el primero en tenerlo.

Sin ver algún tipo de impedimento por parte del pelinegro, JongIn  comenzó nuevamente a repartir caricias por el cuello y clavícula del menor con sus labios, palpando con sus manos los costados justo en el borde de la toalla que impedía que Kyungsoo  estuviese desnudo por completo.

El mercenario entre cada roce podía apreciar el aroma del cuerpo contrario, una agradable esencia que lo hizo morder la piel que se le presentaba, oyendo un jadeo como respuesta, cosa que le hizo sonreír levemente.

Kyungsoo se encontraba sonrojado, pero podía sentir como su pene comenzaba a despertar, cosa que lo hizo querer esconderse ante los ojos del mercenario que se alejó al ver su movimiento. Todo lo hacía sentir tan raro.

-Déjame quitarte esto.- JongIn agarrando la toalla tiró de un extremo antes de poder ser detenido por Kyungsoo.

El cuerpo del menor se presentó ante él en todo su esplendor, era un cuerpo obviamente masculino, delgado, pero con un poco de grasa corporal en el área de su vientre, su miembro despierto y el rostro completamente cohibido y con un sonrojo bastante notable. Increíblemente la imagen hizo que la propia erección del mercenario se pusiera aún más rígida dentro de sus pantalones.

Kyungsoo tapó su rostro con ambas manos, se sentía tan avergonzado, nunca nadie lo había visto de esa forma.

-No te tapes.- Fue una orden por parte del mayor, quien se inclinó hasta quedar frente a frente arriba del contrario, ambos recostados en la cama.

JongIn era de andar sin rodeos, simplemente iba directo al asunto y terminaba. Justo lo que planeaba en ese momento. Iba a tomar uno de los condones intactos que se encontraban en la mesita de noche, aquellos que desde su llegada se encontraban ahí.

-Por...por favor, es mi primera vez.- Kyungsoo tenía los ojos llorosos. Miedo y deseo por partes iguales.

Recordando que la persona debajo suyo era virgen e inexperta, se dio cuenta que no podía hacerlo todo rápido. Primero debía prepararlo bien.

Lo tomó de la cintura arrimándolo hasta dejarlo en medio de la cama mientras él quedaba en el extremo contemplándolo.

La tensión era palpable en toda la habitación.

       

Adicto a Ti [Kaisoo]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant