Adicto a Ti [Kaisoo]

Decimo-cuarto

Nada más terminar de comer, JongIn guardó tanto su laptop como demás cosas en su mochila. Kyungsoo quien sólo se encontraba en silencio, veía cada uno de los movimientos del contrario. En opinión del pelinegro el mayor se movía grácil, casi felinamente. Miraba como éste sacaba un arma del interior de la mochila y la guardaba a un costado de su pantalón.

Kyungsoo sólo contemplaba, hasta que en algun momento terminó por comenzar a analizar al castaño. De reojo veía sus expresiones las cuales eran escasas, pero que, sin embargo, ya lograba diferenciar.

El pequeño castaño seguía divagando en sus pensamientos hasta que fue interrumpido.

-Nos vamos.-Oyó justo después de quedar solo en la habitación. Suspirando se encaminó a la salida.

Llegando al auto, que se encontraba lo más escondido posible, ambos subieron y salieron de aquel motel en cuestión de segundos.

Como siempre el ambiente no era del todo cómodo, pero era tolerable y ninguno soltaba palabra alguna. Kyungsoo ya se había acostumbrado a ese hecho.

Las horas pasaban, por lo cual se deducía que sería un largo viaje, a saber, hasta dónde.

Do se encontraba somnoliento mirando por la ventana, hasta que la voz del contrario hizo que diera un pequeño brinco.

-Te enseñaré a usarla cuando lleguemos. JongIn dio un rápido vistazo al arma que seguía posada en la guantera justo como Kyungsoo la había dejado.

Esa declaración tomó por sorpresa al menor, pero recuperándose habló levemente.

- ¿Có...cómo?- Aquello lo había desconcertado. ¿Enseñarle a usar un arma?¿Por qué?

-Ya me oíste-Fue lo único que JongIn respondió.

El piloto se encontraba algo más serio de lo habitual como si estuviese debatiéndose internamente sobre algo, así que Kanawut un poco cohibido decidió guardar silencio, al menos hasta que viera al contrario un poco más amigable. ¿Por qué de pronto le decía aquello?

~

Las horas corrían y paraban de vez en cuando en alguna gasolinera para llenar el tanque del auto o hacer sus necesidades. Ya llevaban tres gasolineras hasta el momento y al menor tanto el aburrimiento como el dolor de espalda lo estaban matando lentamente.

Llevaban alrededor de cuatro horas manejando y Kyungsoo se preguntaba hacia donde se dirigían esta vez. Viendo levemente al contrario de reojo a través de sus cuarteados lentes, pudo notar que se encontraba con rostro serio, pero ahora ya no daba miedo, así que decidió preguntar.

-¿A dónde vamos?-

-Chiang Mai.- Kyungsoo se sorprendió levemente. Si no se equivocaba, aún quedaban varias horas de recorrido.

El tiempo seguían avanzando y la tarde ya casi se ocultaba.

JongIn realmente ya se veía cansado, pero no paraba, dando a entender que quería llegar cuanto antes a donde sea que quisiera llegar en Chiang Mai.

Do no deseaba admitirlo, pero quería que el mayor descansase ya que era peligroso que manejase cansado y de noche, aunque dudaba que fueran a quedarse en otro motel, por lo cual se le ocurrió algo que, con algo de suerte, podría dar resultados.