Sexagésimo -segundo

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Kyungsoo nunca en su vida se había tomado el tiempo de ejercitar su cuerpo de ninguna forma, siempre había preferido los videojuegos y libros a tener el tiempo, o motivación, para ir a un gimnasio o simplemente salir a caminar alrededor del parque para activar su cuerpo. Y hasta esos momentos se daba cuenta de que su estado físico se podía comparar al de un hombre de la tercera edad.

Iban un par de días desde que inició su entrenamiento con JongIn, y en todo ese tiempo lo único que hacía eran ejercicio para fortalecer su físico. Pues a palabras del mercenario se necesitaba comenzar por desarrollar fuerza y resistencia, siendo la agilidad y la rapidez otros factores que se iban aumentando cada día que concluía con la mortal rutina que le fue impuesta. Inclusive al tercer día de haber comenzado, JongIn había llegado al departamento con mancuernas y indumentaria para hacer de los ejercicios más intensos y efectivos, hasta un gran saco de boxeo terminó decorando el espacioso lugar que sobraba del salón.

Esa era la mitad de la segunda semana desde que comenzó su entrenamiento. Los primeros días fueron los peores para Kyungsoo, al ni siquiera tener las fuerzas para respirar, sintiendo dolor en cada musculo de su cuerpo. Lo peor era que no tuvo ni un día de descanso.

Agradecido con Buda, al concluir la primera semana Kyungsoo seguía terminando casi moribundo, con la única diferencia de que su cuerpo ya soportaba la pesadez y sus músculos se iban acostumbrando al constante esfuerzo.

Si bien todos esos días no hubo algo fuera de lo normal. Desde que JongIn lo llevó a su departamento, se la pasaba todo el tiempo en éste a petición del mercenario quien tomaba como excusa los entrenamientos, pues incluso le pidió que llevase la mayoría de su ropa y objetos personales para su mayor comodidad. Cosa que el pelinegro hizo sin rechistar, feliz de la vida.

'Vivan los novios.' Había sido el comentario de Taemin en una de las tardes en las que su cuerpo pudo moverse hasta el departamento de la pareja para pasar un rato con su amigo. Frase que había hecho sonrojar al pelinegro sintiendo una agradable sensación, aunque teniendo presente una duda sobre si lo que tenía con el mercenario se podía denominar noviazgo, duda que había dejado pasar al no tener ni las fuerzas de pensar cada que terminaba de entrenar.

Su relación con el mercenario era bastante atípica, pero sin duda Kyungsoo se sentía en un sueño, a excepción de cuando tenía que levantar pesas, hacer lagartijas y sudar la mitad de su peso a cada respiro que daba.

JongIn no era la persona más expresiva del mundo, sin embargo, en cada ocasión que podía, llegaba con pequeños detalles o caricias que derretía al menor como colegiala enamorada. Las palabras no eran el fuerte de ninguno de los dos, pero la convivencia se podía considerar casi perfecta, ambos conociéndose poco a poco con las cortas pero agradables conversaciones que tenían cada tiempo en el que ambos estuviesen desocupados. Ya que JongIn no había dejado de lado su trabajo, por lo cual gastaba horas en su laptop o teniendo salidas para cerciorarse de que todo estuviese en orden.

Kyungsoo debía admitir que ambos se habían adaptado bastante rápido al contario, era como si la pared de ladrillos que en un principio se levantó ante ellos con el único propósito de separarlos se hubiese convertido en burbujas. La mutua confianza no hacía más que incrementar.

Volviendo a la realidad, Kyungsoo terminó sus cuatro horas de entrenamiento diario, horas que irían disminuyendo conforme fuera avanzando y progresando en su preparación.

Se encontraba frente al saco de boxeo que se había convertido en su enemigo número uno al recibir cada uno de sus golpes. JongIn le había enseñado un par de movimientos de pelea, tales como puño adelantado, puño retrasado, patada frontal, codo, patada circular y su favorito la patada lateral, conceptos que en su vida había escuchado pero que cada vez que los realizaba el mercenario con una maestría implacable, para dar el ejemplo, agradecía a los dioses por tener la oportunidad de ver al contrario exudar masculinidad y gracia frente a él. Y si bien Kyungsoo aún estaba muy lejos de realizarlos a la perfección como JongIn, se podía visualizar una notable diferencia desde que comenzó. Cosa que le daba alegría y orgullo de sí mismo.

Adicto a Ti [Kaisoo]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang