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Sentía como su cuerpo volvía a llenarse de vitalidad, el poder ver a la persona que amaba frente a él después de angustiantes meses era lo mejor que podía recibir. Sabía que había tomado la decisión correcta al esperar todo ese tiempo para que una vez volviese con el pelinegro, lo hiciese para comenzar bien.

Si el menor estaba junto a él, las cosas saldrían bien.

-No sabes cuánto te extrañé.- Volvió a hablar Kyungsoo bajando su mano una vez le enseñó a JongIn que aún portaba el anillo de compromiso que le había dado. Cosa que provocaba en el exmercenario una cálida sensación de alivio.

"Él me esperó aun cuando me creía muerto."

JongIn no aguantó más antes de volver a tomarlo entre sus brazos comenzando un abrazo un poco más fuerte, queriendo externar todos sus sentimientos que se mantuvieron retenidos.

-Te amo.- Susurró el mayor aspirando el suave aroma que desprendía el cabello azabache de Kyungsoo. Pronunciar aquellas dos palabras tan significativas hacia el contrario sólo le provocaban una sensación de calma y alegría, de que las cosas sólo mejorarían. -Ya no volveré a irme.- Una promesa que no estaba dispuesto a romper.

-No lo hagas.- Kyungsoo deshizo el abrazo para poder tomar entre sus delgadas manos el rostro del mayor y besarlo nuevamente.

Debía recuperar el tiempo perdido.

Estaban en su propia burbuja, sintiendo la emoción de volver a estar juntos, de poder sentir sus labios conectados cuando ambos estuvieron tanto tiempo con la desesperanza de creer perdido aquel contacto tan simple pero que les brindaba una increíble paz.

Estaban tan inmersos en el contrario que no sintieron una tercera presencia entrar a la cocina.

-Hijo, ¿Quieren que les preparé caf.....- Kyungsoo se apartó de JongIn lo más rápido que pudo empujándolo con sus manos, pero sabía que ya no podía hacer mucho, estaba cien por ciento seguro que su madre los había visto besarse.

-¡Mamá! Yo...nosotros...yo...- Comenzó a balbucear, sin saber qué hacer. Esa no era la forma en la que quería que su familia supiera sobre su relación.

Agitando sus manos con nerviosismo, Kyungsoo trataba de buscar las palabras correctas ante la situación.

Siendo JongIn quien diera un paso al frente comenzando a hablar.

-No me presenté correctamente, señora Do. Soy Kim JongIn. -Sonrió con educación. -El prometido de su hijo.- Soltó sin más.

-¡JONGIN!- Casi se le sale el corazón al menor, dirigiendo la vista de su madre a JongIn intermitentemente.

El exmercenario directo al punto y sin medir las implicaciones de una revelación de ese tipo, se encontraba en una posición recta con expresión impasible mirando a la madre de Kyungsoo, quien con sus ojos levemente abiertos por la impresión del momento pronto volvió a una postura calmada.

-Oh, tú le diste ese hermoso anillo ¿No es así?- Una sonrisa cálida se dibujó en el rostro de la mujer mayor. Se mostraba realmente tranquila ante tal declaración hecha por el contrario. Era como si ya lo hubiese intuido desde tiempo atrás.

-Mamá...- Exhaló el pelinegro.

Muchas cosas estaban pasando a la vez.

-Hijo, no soy ciega. Ese anillo es uno de compromiso, aunque nunca comentaste nada al respecto.- Obviamente la mujer tenía varias teorías respecto a aquella pequeña joyería desde el momento que la vio en su hijo, y cómo en ocasiones se lo encontraba viendo al anillo con cariño y aflicción.




-Fue algo...complicado.- Le dio una sonrisa algo triste.

-Tuve que irme del país por un tiempo. Es por ello por lo que no pude estar presente para su hijo, pero ahora ya estoy aquí, y vengo a que me permitan tomar a su hijo como mi esposo.- Kyungsoo volvió a dirigir rápidamente su vista a JongIn con sorpresa, iba a volver a hablar, pero su madre le ganó dirigiéndose a él.

-Vaya, ciertamente no me esperé esto en lo absoluto.- La mujer mayor soltó una pequeña risa. -Sin embargo, no está ni en mí, ni en tu padre, ni en nadie el darte el permiso para tener una relación, o en su caso, casarte. Ya eres un adulto, cielo. Y si bien la noticia es algo sorpresiva, no pude evitar contemplar la añoranza de su reencuentro, no sé su historia, pero puedo asegurar que ambos realmente se hacían falta.- Ahora se dirigió a JongIn. -Cuando llegaste tu mirada sólo mostraba inquietud cuando preguntaste por Kyungsoo, ahora tienes un brillo especial desde que viste nuevamente a mi hijo, no te conozco, sin embargo, por algún motivo te ganaste el amor de mi Gulf, así que eres bienvenido a la familia.-

Una pequeña lágrima salía de los ojos del pelinegro. Su madre era la mujer más comprensiva que existía, siempre brindándole su apoyo y amor incondicional. Ahora Kyungsoo abrazaba a su progenitora, agradeciendo a Buda por haberle brindado una madre como sólo ella.

-Muchas gracias, señora Traipipattanapong.- JongIn hizo una leve reverencia.

-No hay de qué, cariño. Debo admitir que eres bastante apuesto.- Seguía abrazando a su hijo, pero eso no impidió darle una sonrisa juguetona a JongIn.

-Mamá...-

-Déjame adular un poco a mi...futuro yerno.- Era algo extraño, pero no se le hacía para nada incorrecto.

Deshaciendo el abrazo, la mujer acarició el cabello de su hijo. -Ya eres todo un hombre, mi vida.- Otra sonrisa cálida que le dio calma a Kyungsoo.

-¿No quieren un poco de café? Para que podamos conversar y conocerte mejor.- Habló en general, dirigiendo su mirada al exmercenario en la última parte. -Se nota que no tienes muchos filtros, eres directo. Eso me agrada, aunque fue lo mejor haberme dicho sobre su compromiso a mí, porque con tu padre, estoy segura de que se desmayaba. - Empezó a reír imaginando la escena. Sabía que su esposo no tendría ningún problema en el hecho de que su hijo se cansase con otro hombre, sin embargo el decirle aquello tan repentinamente iba a ser algo interesante de presenciar.

Justo después de que su madre pronunciará aquello, la puerta de la entrada se abrió. Era el recién nombrado, provocando una leve tensión en el menor.

-Buenas tardes.- Saludó el padre de Kyungsoo, una vez notó que había visita.

Rápidamente JongIn se dirigió a éste para hacer una leve reverencia.

-Mucho gusto, señor. Soy Kim JongIn, el prome...-

-¡Hola, papá!- Kyungsoo lo Interrumpió. Debía hablar con JongIn respecto a soltar tan a la ligera temas importantes.

-Mucho gusto ¿Eres compañero de JongIn? Nunca te había visto.- Cuestionó el señor respondiendo el saludo.

-Oh, permíteme, amor. Deja termino de preparar el café para poder conversar con ellos. El joven es...un buen amigo de JongIn.- Habló su esposa, quien le dio un guiño a su hijo disimuladamente.

Kyungsoo agradeció a su madre internamente.
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-¿Eres de la misma universidad que Kyungsoo?- Habló su padre una vez los cuatro estuvieron sentados en el comedor, cada uno con su correspondiente taza de café, puesto que la tarde ya se hacía presente aquel día y la suave brisa que atravesaba las ventanas de la casa se sentía fresca.


Adicto a Ti [Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora