Capítulo final

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Tan pronto escuchó aquella conocida voz, no pudo controlarse a sí mismo.

                   
-Bastardo de mierda, te atreves a ponerle un sólo dedo encima y te haré comer tus putos intestinos.- Casi gritó.

                   
-Igual me da gusto oír tu voz, Kin.- Una risa ronca se escuchó desde la otra línea antes de volverse seria.- Ya sabes dónde estoy y lo que quiero. Llega cuando lo desees, pero yo recomiendo que sea pronto...Tú amiguito no parece estar pasándola bien.- La llamada se cortó.

                   
El mercenario sintió una inmensa opresión en su pecho al escuchar la última oración.

                   
Cuando por fin creyó que todo iba bien con su jodida vida, ocurre aquello.

                   
Ahora por su estúpido descuido Gulf se encontraba en peligro.

                   
Maldecía lo que era. El pelinegro jamás hubiese tenido que pasar por situaciones que pusieran en riesgo su vida si él no fuera un jodido mercenario con fama y pasado problemático.

                   
Pero no era momento de flaquear. No cuando la vida de Kyungsoo estaba en peligro.

                   
Acabaría con cada uno de los malnacidos que se atrevieron a tomar lo que era suyo.

                   
Aquello ya era demasiado personal.

                   
No debía dejarse llevar por la rabia del momento, tenía que volver al frío y calculador asesino que siempre fue.

                   
A los escasos segundos llamó a Minho.

                   
-Se llevaron a Kyungsoo.- Quería mantenerse concentrado, pero era casi imposible, en su mente sólo aparecía el rostro del menor.

                   
- Nos descubrieron antes de tiempo.- Se escuchó desde la otra línea con una notable tensión. Minho debía mantenerse tranquilo, aun cuando la noticia no la tomó para nada bien. Él estimaba bastante a Kyungsoo. Decirle a Taemin no era una opción, conocía a su novio y era capaz de todo por ir en busca de su amigo.

                   
-Debemos actuar rápido. Lleva a Win a un lugar seguro, no podemos arriesgarlo.-

                   
-Prepararé las cosas. Sé que quieres ir por Kyungsoo justo ahora, pero debemos planear bien antes de atacar.- Minho debía ser la voz de la razón.

                   
-Ese maldito bastardo estará esperando. Haz la llamada.-
-No van a estar felices.-

                   
-Me importa un carajo.- Y colgó. Debía preparar el equipamiento para exterminar cucarachas.

                   
No soportaba saber que el pelinegro se encontraba retenido por aquel infeliz con complejos de superioridad.

                   
Sus ansias de acabar con el Black Lotus eran inmensas.

                   
~

                   
Con un increíble dolor de cabeza, Kyungsoo comenzó a despertar. De poco en poco abrió sus ojos una vez sintió su cabeza estabilizarse. Tratando de mover su cuerpo se dio cuenta que estaba amordazado de pies y manos sobre una elegante alfombra. Bajando su mirada, un poco borrosa, pudo notar el anillo que seguía intacto en su mano izquierda.

                   
Recordando lo que ocurrió un golpe de adrenalina lo hizo sentarse en el suelo, apoyándose sobre la pared con costosas pinturas vio todo su alrededor de forma apresurada. Se encontraba solo. ¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente?

                   
No sabía dónde estaba, pero se daba cuenta que era un lugar sumamente costoso. ¿Acaso era un hotel? ¿Estaba en el cuarto de un hotel? La gran habitación estaba vacía.

                   
Tenía que salir de ahí.

                   
Como pudo se puso de pie con dificultad, pues las sogas que lo apresaban estaban fuertemente amarradas a sus extremidades.

                           
         
               
Con esfuerzo fue dando pequeños brincos hasta una de las dos puertas que se encontraban ahí.

Cerrada, obviamente estaba cerrada.

No debía entrar en pánico, no era el momento. Primero debía pensar en cómo escapar.

Dirigiéndose a la siguiente puerta estaba igualmente cerrada.

Detuvo cualquier movimiento cuando escuchó sonidos de pasos acercándose.

Su única reacción fue tirarse al suelo fingiendo seguir inconsciente.

-El jefe dijo que no le hiciéramos nada hasta que él lo dijera.- Era una voz masculina hablando detrás de la primera puerta que revisó. No se oía tan nítida, pero era suficiente para que Kyungsoo comprendiese la conversación.

-Da igual, no se enterará que me divertí un poco con la carnada, seré cuidadoso.- Aquello no le agradó en lo absoluto, estaba claro a lo que se refería la asquerosa voz.

-Haz lo que quieras, pero si te descubren date por muerto.-

-Ya, ya. Sólo dame la jodida tarjeta, te la daré en media hora.-

-Más te vale, porque si no te daré un tiro en el culo.- Escuchó unos pasos alejarse al mismo tiempo en que el cerrojo de la puerta era manipulado.

"Maldito cerdo." Fue el primer pensamiento de Kyungsoo al percibir la otra presencia dentro de la habitación mientras seguía pretendiendo estar desmayado.

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JongIn sabía bastante bien a dónde dirigirse. Después de haberse equipado lo mejor que pudieron, ambos mercenarios se encontraban yendo hacia un lugar en específico. Ya habían pasado pocas horas desde que partieron y cada vez estaban más cerca de Busan, Gwanju, una ciudad portuaria en la provincia de Korea.

La noche aún seguía presente. Tal parecía que entrarían a la boca del lobo en medio de la madrugada.

El ambiente era tenso, puesto que JongIn apretaba el volante de su auto con más fuerza de la necesaria, sus nudillos casi se mostraban blancos. La velocidad en la que conducía sobrepasaba, por mucho, los límites establecidos de la autopista, pero aquello poco le importaba.

-No creo que quieras morir por un accidente vehicular, baja un poco la velocidad.- Habló Minho lo más tranquilo posible al ver que entraban a un camino con curvas bastante cerradas.

-No.-

-JongIn, sé que quieres llegar cuanto antes, pero...- Con la rapidez en la que iban y un mal movimiento de volante podría ocasionar un letal accidente.

-¡Ese bastardo lo tiene, no quiero dejarlo en las manos de ese infeliz por tanto tiempo!- Se sentía la impotencia en su voz.

-¡Lo sé! Pero si sigues así nos mataras antes de llegar y poder hacer algo al respecto.- La velocidad del auto bajó tan pronto fue dicho aquello. No sabía lo que ocurría en la mente de JongIn, sin embargo, era claro que no estaba bien, al jamás haberlo visto de tal forma. Al parecer Kyungsoo era su única debilidad.

Minho lanzó un suspiro creyendo volver al tenso silencio, y así fue hasta varios minutos después.

-Le pedí ser mi esposo.- Por un momento pensó haber escuchado mal, volteando a ver al conductor quien seguía con la mirada puesta en el camino. -Ayer lo hice y él...aceptó.-

El interior del contrario se oprimió. Al imaginarse en una situación parecida con Taemin lo hacía querer asesinar a cualquiera que se pusiese en su camino. Habían tomado lo más valioso del mercenario.

       

Adicto a Ti [Kaisoo]Where stories live. Discover now