CAPÍTULO 8.- segundo fragmento

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Bael miró a su hermano menor, Belial dormía plácidamente en su cama. Su rostro mostraba tranquilidad y su habitación olía a hogar.


Había sido fácil para todos acoplar a Belial con ellos cuando llegó, no solo porque era un tierno niño que los veía a todos con admiración o que su olor y su esencia era parecida a ellos. Belial era brillante, amoroso y el hermano que cualquiera pediría, se metió los corazones de todos rápido.


Bael lo veía como si realmente fuera su hermano, su corazón no podía verlo de otro modo. Pero ahora debía verlo todo objetivamente, podía entender a papá y porque estaba protegiendo a Belial. Cuando su papá se enterará cuan metido estaba él en todos los planes de su tío Jaime y que, en la mayoría de las veces, él era la mente detrás de todo, probablemente su padre le gritaría hasta quedar sordo.


Su tío Jaime le enseñó a mantener siempre una careta en su familia, Alan tenía mucho conocimiento de todo lo enmarañado del poder y los planes de Jaime, pero poco a poco Bael fue remplazándolo en cosas cada vez más oscuras y peligrosas. Alan estaba demasiado cegado en el cariño y lealtad que sentía hacia Jaime para ver en lo que las enseñanzas de su amigo transformaron a Bael.


Bael se sentó al lado de Belial sujetando su mano, a veces le costaba entender que ese chico solo tenía 7 años, su cuerpo parecía de mayor edad, pero su esencia seguía siendo la de un niño.


Hmmm... —Belial se removió despertándose un poco—. ¿Papá?


—Si haces otra estúpida broma de que me veo exactamente igual a mi papá por la maldita barba te ahogare con la almohada —se quejó Bael.


Belial abrió los ojos en la oscuridad. Bael lo miraba sonriente.


—No ayuda que me mires dormir como papá —se burló Belial.


—¿Cómo has estado cachorro? —Bael le sacudió el cabello con cariño.


—Estuve medio loco por un par de días —Belial se sentó en su cama y después se encogió de hombros—, lo normal.


Bael suspiro.


—Perdón por no venir antes a verte —se disculpó Bael—, estaba ocupado.


—Lo sé, estabas en una de tus secretas misiones —el menor bostezó—. ¿Todo está bien?


Bael lo miro seriamente.


—No, no lo está —dijo gravemente—, es por eso por lo que vine hablar contigo.


El hermano menor lo miró asustado.


—¿Tiene... tiene algo que ver con mi origen? —susurro Belial.


Bael miró hacia la pared, realmente odiaba hacer esto. En especial a su hermano menor.


THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now