CAPÍTULO 34.- tercer fragmento

2.5K 467 58
                                    


Liana caminaba por todo el desastre, con la cabeza aún nublada. El día del ataque había llegado a la puerta de su casa después de trabajar un rato con Auguste, el cual básicamente la despidió. Según su querido y ahora molesto novio, ella entraría a la universidad y empezaría a entrenar en serio como miembro del escuadrón del príncipe heredero. Así que no tendría mucho tiempo para seguir ayudando a Auguste.

Ella se molestó en un principio, pero después entendió. Auguste tenía razón, estaba partida en muchos labores. Además, que el alfa francés le admitió que desde un principio solo pidió trabajar con ella porque quería pasar tiempo a solas y no porque realmente la necesitara.

Se ganó una mirada furibunda y que se fuera enojada de su casa por ese comentario.

Después llegó a la puerta de su casa, donde Angel, Junior, Timothee y el novio de este salían a trompicones porque al parecer Belial tuvo un colapso y su tío Alan se lo llevó al palacio. Timothee despidió a su novio y se fue junto a los demás al palacio.

Entonces todo se volvió más caótico. Gritos y reforzamiento de guardias. Liam le explicó que al parecer Belial fue atacado mediante el lazo mental con otros demonios que compartían con él. Después fueron a la manada griega porque supuestamente iba a ser invadido. Pero resulta que fue un señuelo para secuestrar a Dantalian y Haniel. Los cuales de alguna forma se refugiaron en la casa de Gabriela y esta se tuvo que enfrentar sola y embarazada a hechiceros y a un demonio completo que lanzaba hielo.

Liana tuvo que quedarse en el palacio resguardada en vez de estar junto a los demás miembros del escuadrón. Se había mordido los dedos hasta lastimarse, Auguste había llegado al palacio rápidamente para calmarla. Cada vez se sentía más insignificante e inútil.

¿De qué le servía leer tanto? ¿De qué le servía ser inteligente?

A la hora de la verdad, no valía de nada. No era nada. Solo una espectadora de lo grandiosa que era su familia. Incluso miraba a Belial, Junior y Angel. Un demonio, un semidemonio y un vampiro que posiblemente herede los sorprendentes poderes de su madre.

Siempre decían que ellos eran inútiles sin ella, pero no era cierto. Ellos serían de efectiva ayuda y no serían inservibles como ella.

Como ahora, que estaba a punto de vomitar al ver los cuerpos de los hechiceros asesinados por los demonios monstruosos de Gabriela. O lo que quedaba de ellos.

—¿Estás bien? —preguntó Jaime a su lado, mirándola un poco preocupado—, ¿Quieres retirarte?, tal vez esto es demasiado para ti.

—¿Qué es este lugar? —Liana miró a su padre para no ver ese cuerpo—, ¿Siempre haces esto?

—¿Hacer esto? —Jaime alzó una ceja—, creo que entenderías que debíamos revisar el cuerpo en caso de encontrar algún rastro...

—Se porque lo mandarías a investigar —lo corto Liana—, ¿Siempre lo haces tú mismo?

Jaime asintió.

—Estamos hablando de enemigos de alto rango, casi matan a Gabriela y si no fuera por la magia de Liam, ahora mismo estaríamos velando a su bebé por sus actos —Jaime oscureció su gesto—, tengo que cerciorarme yo mismo que estén bien muertos.

Liana cerró los ojos con fuerza, avergonzada de sí misma.

—Soy débil —soltó un pequeño alarido—, soy demasiado débil...

—Liana —Jaime la sujetó de los hombros—, Liana por favor no digas eso de ti misma, te he visto esforzarte tanto. Tu...

—¡Soy débil! —Liana se alejó de su padre con ímpetu—, no sirvo para esto. No soy poderosa como los demás y no tengo tu coraje para hacer estas cosas. Tal vez sirva como secretaria de Liam, pero jamás podré ocupar tu lugar.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now