CAPÍTULO 23.- tercer fragmento

3.8K 606 69
                                    


—Sabes algo —Estefan parecía muy molesto—, creo que Liam no debió revivir a ese hechicero de cuarta.


—Cállate la boca —Bael no mostró ningún gesto en el rostro mostrando estar de acuerdo con su primo—, alguien nos puede escuchar, recuerda que estamos en el palacio.


Estefan observó a su primo con detenimiento, algo no le cuadraba.


—Pensé que estarías como loco.


Bael alzó una ceja, para que entendiera que se explicara.


—Estos años has aprendido a ser un insensible de mierda —Estefan contuvo su sonrisa maniática—, pero cuando se trataba de ella, algún rastro o noticia de su paradero. Te transformabas en el mismo anticristo y explotabas. Has perdido la razón varias veces y has matado hechiceros como si fueran moscas.


—¿Cuál es tu punto?


—Ahora que está aquí, pensé que te estarías subiendo por las paredes por no estar a cada segundo a su lado —Estefan término de explicarse—, creí que serias un problema.


—Al contrario —Bael acomodó los papeles en la mesa de su tío Oliver—, saber dónde está, sentir dónde está. Poder conectar con la esencia de los dos y tener al hechicero bajo mi control hace que esté más sereno que nunca. Estoy bajo control de mis emociones con totalidad.


—Eso es lo que nos diferencia —se burló Estefan—, tú te sientes bien controlando tus emociones, yo me siento mejor sacándolas sin filtro alguno.


—Pobre Joon —Bael negó con la cabeza—, lo que tiene que soportar.


—Joon me ama tal cual soy —se jactó Estefan.


—Hablando de él —Bael se sentó él haciendo del Rey—, ¿En qué momento acordamos que podrías decirle sobre ya sabes?


—No puedo ocultarle nada —bufo Estefan—, además que fue una buena manera de distraerlo de lo enojado que estaba conmigo.


—Bueno, al final fue un alivio que fueras donde ella —Bael junto sus manos de manera pensativa—, solo me basto ver a los ojos a mi tío Jaime para saber que lo sabía.


Estefan que estaba buscando el nuevo escondite de dulces llenos de vodka de su tío Oliver, se quedó quieto y volteo lentamente a ver a Bael.


—¿Me estás jodiendo?


Bael lo miro impasible.


—¡Fue la cara de rata!


—Liana no le dijo por voluntad, estoy seguro —replicó Bael—, de hecho, algo pasó entre ellos. Esta no quiso ni mirar a su padre durante toda la reunión. Seguramente mi tío Jaime le obligó a decirle toda la verdad para que no se impusiera.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now