CAPÍTULO 45.- tercer fragmento

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Camino por todo el lugar sonriéndole a las enfermeras. Era popular entre ellas, George Johnson, un renombrado psiquiatra de Estados Unidos era la sensación para todas esas señoritas e incluso jóvenes. Gerard realmente estaba cansado de hacerse pasar por ese hombre. Eso de bañarse y hablar como académico en coreano todo el día lo estaba desgastando.


El problema era que el medicamento de la madre de Joon, Jam Um ji , era casi imposible de manipular. Varias veces lo había intentado confundiendo así los medicamentos de otros pacientes. Para sorpresa de Gerard, el lugar tenía demasiado cuidado con la seguridad, específicamente con la seguridad de ella. Tenía cámaras vigilándola, un guardia y una enfermera asignada especialmente para ella.


Los de seguridad eran demasiado capacitados para él lugar, donde el mayor problema era un paciente que se desviste de vez en cuando. Uno que otro guardia era hombre lobo. Gerard debía tener mucho cuidado al usar algún artefacto mágico o cualquier cosa que llamara la atención de los licántropos.


Sin embargo, ahora por fin logró cambiar todo el medicamento de la mujer por placebos. Ella debía está cada vez más consciente o eso esperaba el cazador.


—Doctor Johnson —la enfermera lo saludo batiendo sus pestañas.


—Enfermera Lee —sonrió él con coquetería—, ¿Término de atender a su paciente estrella?


—Si, acabo de darle su medicamento —Gerard intentó reprimir un alarido de cansancio cuando la enfermera Lee le acarició el brazo mientras miraba a los lados para ver si alguien los observaba—, si no es mucha molestia ¿Le podría pedir ayuda en algo?


Gerard sonrió con picardía, pero por dentro quería irse corriendo.


—Estoy a su servicio.


—Tengo que mover unas cajas de historiales abajo en el almacén del sótano —explicó haciendo una voz infantil que era muy común en las coreanas y que Gerard empezaba a odiar porque todas las enfermeras le hablaban así—, pero están muy altas y pesadas, yo no puedo sola con ellas, ¿no se si podría ayudarme?


Gerard asintió siguiendo a la enfermera y pidiéndole a cualquier dios que le escuchara que le diera fuerzas.


Sintió el golpe de la pared en su espalda cuando la doctora Lee lo arrinconó contra esta y empezó a desabotonarle la camisa con violencia.


—Deberíamos hacer un poco más de silencio —Gerard sujeto las manos de la enfermera Lee para que se calmara un poco—, podrían escucharnos.


—No hay moros en la costa —ella se zafó y siguió desvistiéndolo de nuevo—, todas las enfermeras y doctores tienen una tarea ahora. Vi los horarios de todos y nadie tiene razones de bajar aquí.


Gerard intentó por todos los medios evitar involucrarse sexualmente con nadie en esa misión. Realmente lo intentó, pero la enfermera Lee, la cual era la enfermera de la madre de Joon. Era toda una fiera a pesar de su baja estatura y su cara de niña. Gerard hasta se había inventado una vida religiosa donde quería llegar al matrimonio siendo casto. Sin embargo, eso pareciera activar más la determinación de la enfermera. Porque en una salida de grupo con todos los trabajadores del lugar donde Gerard tuvo que hacerse pasar por ebrio, se le lanzó encima y no pudo evitarlo.

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