CAPÍTULO 16.- segundo fragmento

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Natsuki sonrió cuando Aiko miro algo temerosa al señor Alan. Después de que él escuadrón de Liam se fuera, Alan era el único que podía transportarlos de nuevo a sus respectivas manadas.


Un día antes la mayoría de sus amigos ya retornaron a su hogar entre despedidas fugaces. Ya no eran adolescentes despreocupados que acampaban en la habitación de Liam, ahora la mayoría eran alfas responsables de miles de hombres lobos. A veces para Natsuki era extraño pensar que los mismos amigos que le pedían ayuda en matemáticas o que se fugaban de la escuela para pasar el rato en la playa, eran adultos responsables.


—Quisiera tener el poder de teletransportarme donde quisiera cuando quisiera —Bastian se puso melancólico—, seguramente no nos veremos en meses.


—Ustedes siempre encuentran la manera de fastidiarme —Auguste acomodo sus lentes de sol, era extraño verlo sin ellos—, sé que los veré antes de que realmente quiera hacerlo.


Bastian sonrió con malicia.


—Cállate la boca —dijo el alfa griego pasando el brazo por los hombros del alfa francés—, tú nos amas.


Antes de que Auguste haga un comentario despectivo al respecto. Alan se acercó a los jóvenes alfas.


—Es tu turno Bastian —dijo Alan con mala cara—, no entiendo porque no te fuiste con tu esposo.


—Él tenía que regresar para organizar algo —Bastian apretó a Auguste contra él solo para fastidiarlo—, yo quería pasar un rato más con estos, posiblemente no pueda moverme de mi manada en varios meses.


Bastian le dio un beso en la mejilla de Auguste mientras este intentaba apartarse con violencia mientras lo maldecía. Después Bastian y Natsuki se dieron un fuerte abrazo.


—Quiero que me digas todos los malditos detalles cuando vayas a la villa de tu mate —Bastian agito el cabello de Natsuki con cariño—, estaré al pendiente de mi teléfono. Sabes que estoy para lo que necesites.


Natsuki asintió, Bastian no necesitaba decirlo. Su amistad era tan fuerte, que posiblemente nada la rompería.


—¡Ya vete! —Auguste hizo un gesto con las manos como botándolo—, tienes una manada que cuidar.


Bastián se despidió de ellos dos y de Aiko que estaba un poco apartada de ellos mirándolos con extrañeza.


Cuando se fueron Auguste hizo un resoplido de impaciencia.


—Trataré de hacer lo máximo que pueda en mi manada —hablo Auguste—, antes que vuelva Liana.


—Lo bueno es que ya ella sabe que son mates —le sonrió Natsuki—, algo menos que por lo que tienes que preocuparte.


Auguste soltó otro resoplido.


—Espero que lo tuyo con tu mate también se solucione —dijo el alfa francés con sinceridad—, mereces lo mejor, Natsuki.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now