CAPÍTULO 18.- primer fragmento

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Gunnar pestañeó sintiendo un dolor agudo en la cabeza. Intentó moverse sin éxito, podía sentir sus muñecas amarradas mediante magia, la cara hinchada y el frío suelo de tierra contra su cuerpo. Cuando pudo al fin enfocar su vista se dio cuenta que estaba en un apretujado establo, donde seguramente antes habían animales que fueron asesinados ahí mismo, ya que podía oler y ver la sangre seca por todos lados.


Recordó lo último que vio, a un tipo que no conocía sujetando a una inocente niña. Gunnar se maldijo a sí mismo por haber caído tan fácilmente en una trampa. Debió prever que, si una niña sobrevivía a una masacre así, no debía ser por mérito propio, la mantuvieron viva para servir como carnada y Gunnar mordió el anzuelo.


No pasó mucho tiempo para que vinieran por él. Vio a los mismos hombres que lo atraparon sonriéndole con arrogancia. Lo golpearon en el estómago y después lo cargaron con tosquedad. Gunnar sabía que era inútil luchar, las cuerdas mágicas no solo lo mantenían sometido, también limitaban su magia. Iba a hacer imposible intentar escapar por sí solo.


Caminaron por un lugar en ruinas, no era la misma manada donde corrió a socorrer a la niña. Ese lugar llevaba mucho tiempo en ese estado, parecía un pueblo fantasma sacado de las películas de terror.


Lo metieron a la casa que parecía en mejor estado del lugar y lo lanzaron a los pies de alguien.


—¿Así que este es el hechicero poderoso que mató a todo un batallón y me hizo caer sobre trampas mágicas? —escucho una voz gruesa de un hombre que arrastraba las palabras con parsimonia.


Gunnar levantó la vista y miró a aquel hombre vestido de pieles gruesas y oscuras, con la cara adornada con una cicatriz que atravesaba su cara verticalmente desde su labio hasta el ojo que había perdido.


—Híbrido —escupió Gunnar detectando la magia en él, como su parte loba.


El sujeto soltó una risotada.


—Además de poderoso eres muy perceptivo —respondió el sujeto—, disculpe mis modales. Me presento ahora mismo, soy Orión, alfa de la manada Wild Blood. ¿A quién tengo el honor de tener de rehén?


—¿No se supone que el último alfa de esa manada de psicópatas fue Normun?


—Como sabrás, el puesto de alfa se hereda de padre a hijo —sonrió Orión—, mi padre al morir me heredó su poder y su puesto como la ley manda.


Gunnar sabía que estaba jodido, era un híbrido de hechicero y hombre lobo. Una especie casi inexistente y temida por las dos razas. Ya que a diferencia de los hechiceros comunes que tenían limitaciones físicas y agotamiento de magia, los híbridos de estas dos especies, tenía la magia del hechicero y el poder regenerador de los hombres lobos, así que no solo curaba rápidamente, sino que su fuente mágica también se regeneraba constantemente haciendo que puedan usar su magia sin límites. El único híbrido así que conocía o mejor dicho escucho de su existencia, era la pareja del beta del Rey de los hombres lobos.


—Debo decirte que en nuestro último encuentro me fascinó —siguió diciendo Orión mirándolo con admiración—, ese manejo de magia, esa inmensidad. Solo escuche tales hazañas por cuentos, no pensé que realmente alguien pudiera hacer todo lo que hiciste.

THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUNWhere stories live. Discover now