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Mudarse de un país a otro no era nada fácil, implicaba demasiadas cosas, más cuando se iban a un lugar donde el idioma principal era uno que originalmente TaeHyung detestaba por la falta de práctica en el mismo, pero no podía quedarse en el pasado cuando era algo que lo perturbaba a él y a su padre, lo mejor era irse de su país y ciudad de nacimiento. Extrañaría Daegu, los fines de semana que se escapaba con sus amigos a bares en Seoul o en Busan y volvían días después, con la preocupación de sus padres cargadas en las espaldas, el aire tranquilo de su ciudad de nacimiento, y todo de aquel lugar extrañaría en sí. Empezar de cero no era sencillo, menos cuando Kim recién cumplía los 18 años y ya había hecho un grupo de amigos estables en Corea del Sur, ahora que irían a California tendría que empezar todo eso de nuevo; las estúpidas presentaciones, hacerse nuevos amigos, llevarse bien con los profesores, y encontrar personas con gustos similares a los de él, sino no tenía sentido tener amigos con los que se lleve mal.

TaeHyung no era precisamente alguien antisocial, de hecho se podía decir que era el más social en su grupo de amigos que quedó en su ciudad natal, así como también era el que más llamaba la atención de las chicas, pero eso era obvio cuando en Corea sus facciones se las consideraba de un hombre atractivo; alto, el cabello en un castaño claro natural que fácilmente podía interpretarse como rubio, unos ojos que te provocaban escalofríos y la voz gruesa, junto a esa risa parecida a su tono de voz, la cual hacía que las mejillas de las adolescentes se prendieran fuego mientras él disfrutaba de esas cosas. Pero en California las cosas serían distintas, las mujeres de por sí eran distintas, en Corea si una pareja se besaba al tercer mes era todo un logro, pero al parecer en su nuevo país no tenían problema en andar casi teniendo relaciones en las escuelas o calles públicas, el mismo Kim lo acababa de confirmar cuando pasaba por al lado de una plaza infantil y dos adolescentes se besaban y tocaban como si estuvieran solos. Suspiró entrando la cabeza en el auto para mirar al frente, a su costado estaba su padre manejando mientras escuchaban canciones de Queen.

⎯ Lo siento por traerte a un lugar tan diferente de Corea, hijo.⎯ se disculpó su padre hablando en inglés, habían hecho un acuerdo en el avión y ese era que apenas pisen tierras californianas comenzarían a hablar el idioma del país para practicar entre ellos.⎯ Pero necesitábamos salir de ese lugar, o todos nos tendrían lástima.

El padre de TaeHyung, Kim YoonKun, era un abogado reconocido, toda su familia de por sí era reconocida por ser importantes médicos, cirujanos, jueces, o artistas, eso le daba algo de fama al menor del clan Kim en la escuela, así como también le daba un buen puesto económicamente en la sociedad, nunca le faltó nada por suerte, pero no por ser adinerados significaba que TaeHyung era un caprichoso mimado o gaste el dinero como si fuera infinito, en realidad sabía cuidarlo bastante bien, y es por eso que estaba casi seguro de estudiar administración de empresas; le iba bien con los números. Tae era casi una copia de su padre, la misma altura, color de cabello y un ojo como él, el otro tenía doble párpado como su madre que tenía descendencia mexicana. Pensaban igual en muchas cosas, tenían casi los mismos gustos y él siempre había sido mucho más cercano a su padre que a su madre sin razón alguna, desde que nació había sido así, por lo que realmente no le molestaba tanto estar solo con su padre.

⎯ ¿Cuándo empezaré la escuela?⎯ preguntó el menor sin seguir esa charla, no le gustaba hablar de ese tema a pesar de que no era tan cercano a su madre. Se prometió a sí mismo que cuando dejé Corea del Sur esa parte de su vida quedaría allí, escondida y que nadie sepa además de él y su padre.

⎯ Bueno, aún falta buscarte una.⎯ respondió su padre con una pequeña risa, TaeHyung era demasiado apresurado para algunas cosas.⎯ Si quieres podemos buscar algunas hoy, es miércoles y están abiertas las inscripciones.

Su hijo simplemente asintió con la cabeza antes de sacar la misma por la ventana, no sabía si estaba loco o qué pero el aire de California se sentía distinto al de su país, quizá porque el verano californiano era menos pesado a comparación del de Corea. Cerró los ojos por un segundo mientras el viento cálido chocaba con su rostro, realmente esperaba que en ese nuevo país tengan una buena vida su padre y él, porque ya había vivido suficientes cosas con tan solo 18 años, y no se creía capaz de estar listo para algo aún más intenso, por lo menos sabía que cualquier cosa que viniera no sería más pesado que lo que vivió hace tiempo. No había tanta diferencia horaria desde Daegu a San Francisco, pero sabía que no hablaría igual que antes con sus amigos, que ellos comenzarían a buscar universidades mientras TaeHyung terminaba el año escolar por dejarlo por la mitad en la escuela anterior, y la idea de que se olviden de él era algo que lo aterraba pero a su vez se lo esperaba, es decir, tardaría mucho tiempo para poder volver a verse con alguno de sus amigos, así como también habría años de acá a que sus amigos consigan dinero para ir a visitarlo.

Heartbreaker| kth. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora