Heartbreaker| kth. ✓

treinta y uno

TaeHyung tomó del brazo a Barbara para arrastrarla detrás de un librero, no podía hablar frente a las personas que se concentraban en su lectura, haciendo trabajos prácticos, o estando ahí para buscar la paz que era imposible encontrar en el medio de la cafetería. La rubia lo siguió de mala gana, con los pensamientos de ser la segunda opción de él, y no se trataba solo por algo de egocentrismo, o de querer sentirse superior, sino que se tenía demasiado amor propio y se valora a ella misma como para rebajarse a ser la segunda opción de una persona, sí, realmente TaeHyung le gusta mucho, pero no iba a dejar de lado su autoestima, y el valor propio que tanto le costó conseguir, solo por él. Además de que escuchar las burlas de Crystal solo agravaba la situación, ¿Quién se creía esa prostituta para rebajarla y sentirse mejor que ella?

La espalda de ella chocó contra los lomos de unos libros viejos, y el brazo de TaeHyung se situó por encima de su hombro, en otra ocasión, con otros pensamientos, la posición le hubiera calentado, tenerlo tan cerca de ella, mirándola con esos ojos miel que la derretían, pero ahora estaba bastante enojada como para verle lo excitante a un sexo rápido en la biblioteca, reteniendo sus gemidos porque nadie podía oírlos y debían ser silenciosos a menos que quieran un reporte.

⎯ No eres mi segunda opción. Eres mucho más que eso.

⎯ Demuéstralo entonces.⎯ exigió enojada.⎯ Corta con ella.

Y no se lo pedía de celosa, tal vez un poco sí pero no lo diría en voz alta, nuevamente, era porque no pensaba pasar por segunda vez eso de ser oculta por una pareja, que se avergüencen de ella, y la mantengan en secreto como si fuera un crimen (aunque antes sí lo era por la diferencia de edad). Le parecía muy ridículo que TaeHyung quiera ver hasta donde llegaba la mentira de Crystal, ¿Qué se suponía que ganaba con eso? Absolutamente nada, más que amargarse, y hacer que Barbara se enoje, y eventualmente lo deje si pretendía mantenerla en secreto todo el tiempo.

⎯ Lo haré.⎯ prometió. Acarició el cabello de ella, buscando calmarla, porque notó que respiraba agitada por el enojo, bastante entendible en realidad, si se ponía en su lugar seguramente ya hubiera terminado con él mismo, pero agradecía la paciencia de la rubia.⎯ ¿Podemos vernos hoy después de clases?⎯ preguntó, perdido en el cabello de ella, y en lo hermosa que era hasta con mala cara. Barbara lo miró con una ceja levantada, perfectamente depilada y preciosa, como toda ella en sí.

⎯ ¿Para qué?⎯ soltó arisca, aunque en el fondo tenía curiosidad. TaeHyung se acercó a ella para poder susurrar en su oído, de pasada apoyando su cuerpo contra el de Barbara, sintiendo la forma de los pechos de la rubia chocando contra el suyo, al igual que sus manos buscando alejarlo para mantener su enojo.

⎯ Para mostrarte que tú eres la única a la que quiero.⎯ susurró con la voz ronca, sintió como Barbara tragó saliva y una sonrisa se formó en sus labios.⎯ La única a la que quiero consentir, follar, amar, y escuchar mi nombre entre gemidos de esa preciosa boca.

⎯ Te espero a la salida para irnos a mi casa.

Se podía interpretar como que eran dos adolescentes con las hormonas alocadas, algo muy normal, o como que sintieron una conexión entre ellos que iba más allá de lo sexual y por eso querían repetirlo tantas veces. Les parecía increíble que luego de tener sexo en ese viaje, varias veces, en todas siempre había un momento para soltar alguna risita, para darse un beso en la frente o en la punta de la nariz, y luego de terminar hablar de algo que los perturbaba; cómo podía ser la historia de la madre de TaeHyung, que por fin se animó a decirlo en voz alta, intentando no llorar, pero falló, y ella lo abrazó con fuerza, lo que lo hizo sentirse acompañado. No iba a decir que Crystal no se hubiera comportado así porque era algo que no podía confirmar, obviamente no pensaba contárselo ahora que pensaba en terminarle para estar con Barbara, no jugaría a dos puntas.