siete

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La física no era una asignatura fácil, ni siquiera para TaeHyung que se podía llamar "cerebrito" a sí mismo, pues se le terminaba complicando de ver tantos números, hacer pasajes de minutos a segundos, de centímetros a metros o cualquier cosa que implique esa maldita materia que le provocaba dolores de cabeza a TaeHyung. Sin contar que estaba en la biblioteca, escondiéndose de Joe, Christian y Alan, pues no quería pasar mucho tiempo con el primero después de lo que le contó Barbara, y aunque sabía que debía confirmarlo por sus propios medios, no podía ir a preguntarle algo ran directo a Joseph cuando se trataba hasta de un tema ilegal, si él amenazó a Barbara con un trozo de vidrio, ¿Qué le podría hacer a TaeHyung por saber ese misterioso secreto? Al parecer ni sus propios amigos lo sabían, pues cuando Christian le contó sobre Joe y Barbara, dijo que no sabía el real motivo de separación.

Esa mañana, cuando entró a la escuela, por casualidad se había cruzado a Barbara, que venía con su bolso colgando en su hombro y mirando sus uñas con una mueca seria, asumía que era porque era demasiado temprano y ya estaba haciendo un calor infernal. Aún así, TaeHyung la saludó, tanto por respeto como por...no lo sabe, ¿Amistoso, quizá? la cuestión es que Joe los había visto, y pudo notar como cerró sus puños con tal fuerza hasta que sus nudillos quedaron blancos y cuando lo quiso saludar éste lo ignoró, yéndose por su camino. La rubia se había quedado quieta en su lugar al compartir miradas con su ex novio, viendo que estaba enojado por su reacción, y por el miedo que le había quedado decidió permanecer en su lugar hasta que Joe ingresó a la escuela y no lo vió más, hasta la hora del almuerzo. Lo más seguro era que Joe ahora lo estaba buscando hasta debajo de las piedras para hablarle mierda de su ex, cosa que consideraba muy inmaduro, o hasta para golpearlo por haberse acercado a ella, que era bastante irónico cuando él mismo se lo había pedido.

TaeHyung no podía decir que conocía a la rubia de toda la vida porque no era así, no pondría las manos en el fuego por ella ni la defendería como si fuera su amiga desde el momento en el que nació, pero sí le servía saber ambas partes. No confiaba del todo en ella, era muy normal que chicas de su estilo digan mentiras para victimizarse, llamar la atención, o hacer quedar mal a los demás, aunque su reacción no haya parecido actuada en lo absoluto, no podía terminar de confiar en una chica que conoce hasta dos semanas. Por otro lado, tampoco podía confiar plenamente en Joe cuando le pidió por favor que se acerque a ella para ser populares, cuando la realidad era que fue su ex novio casi abusador, casi maltratador, ¿Qué le aseguraba de que ahora serían diferentes las cosas? En el único momento que los vió interactuar se tiraron veneno entre sí, no veía que del lado de Joe haya intenciones de disculpas o arrepentimientos, y del lado de Barbara no tenían que haber cuando ella fue la víctima de la situación, así que la opción de sentarse a hablar como personas maduras no existía. Y también otra cosa, ¿Qué le aseguraba de que Joe no quería volver a acercarse a Barbara para dañarla?

El sonido de su teléfono lo hizo avergonzarse por estar en la silenciosa biblioteca, rápidamente lo tomó y presionó el botón para atender la llamada mientras escapaba de ese lugar, para ir al baño más cercano y encerrarse en un cubículo. Vió que era un número desconocido, y aunque sabía que no debía atender a personas que no conociera, lo hizo por inercia al querer silenciar el fuerte ringtone.

¿TaeHyung? ¿Eres tú?

Al escuchar una voz femenina cerró los ojos, reconoció al instante que era su tía y ahora comprendió que no debía atender a números desconocidos. Suspiró, pensando en cómo hacer para que ella piense del otro lado que la línea se cortaba al estar a mucha distancia, pero no tenía ni siquiera un papelito de caramelo para actuar una interferencia, así que no le quedaba de otra que hablar.

⎯ Tía SooJin...⎯ respondió algo incómodo mientras apoyaba la cabeza en la pared con azulejos detrás de él.⎯ ¿Cómo estás?

¡Dios santo, que alivio que puedo oír tu voz!⎯ exclamó, desbordando de la felicidad mientras su sobrino rodaba los ojos, ya aburrido e irritado de escucharla.⎯ Yo debería hacerte esa pregunta; ¿Cómo estás conviviendo con el diablo que es tu padre? Me parece extraño que no te haya arrojado a la calle todavía.

Heartbreaker| kth. ✓Where stories live. Discover now