Heartbreaker| kth. ✓

veintitrés

⎯ ¿Qué haces tú aquí?

Ver a su tía frente a su puerta literalmente era una pesadilla hecha realidad, no entendía cómo los localizó, por qué vino, y lo peor de todo, por qué le mostraba esa sonrisa que aparentaba ser dulce pero era siniestra. Traía una maleta con ella, y un bolso colgando de su antebrazo, usaba un vestido floral hasta unos centímetros arriba de su rodilla y se veía como si estuviera contenta de estar ahí, cuando TaeHyung solo quería echarla lo antes posible, más que nada al ser domingo y saber que su padre estaría unos minutos para comprar el desayuno y luego estaría nuevamente en la casa, lo que menos deseaba era que su padre viera a su ex cuñada. La mujer miró adentro de la casa y no encontró a nadie, pues su sobrino estaba solo, además de que llegó minutos después y Barbara ya se había marchado, le parecía extraño que YoonKun no esté un domingo en su hogar, ¿Acaso ya había encontrado otra mujer?

⎯ Ay, TaeTae, ¿Cómo le vas a hablar así a tu tía?⎯ regañó poniendo las manos en sus caderas. El nombrado rodó los ojos, claramente irritado, y sin importarle que ella notara su disgusto por tenerla ahí en casa, era muy obvio que detestaba a toda su familia materna, pero como ellos tenían la ideología de que la familia debía estar unida sí o sí, ahí estaba SooJin frente a su puerta, queriendo llevar a su sobrino y ex cuñado de nuevo a Corea del Sur para que continúen su familia.⎯ Déjame entrar.⎯ pidió, pero sin esperar la respuesta del menor y tomándolo de imprevisto, lo empujó para pasar, pisándole un pie descalza con una de las rueditas de la maleta, ni siquiera pidiéndole disculpas después de escucharlo quejarse.

Observó el lugar con una mueca asqueada, no había rastros de su hermana o de la familia feliz que alguna vez fueron, parecía que venir a San Francisco los había hecho olvidarse automáticamente de HaNeul. Negó con la cabeza viendo todo, esperando que por lo menos en la habitación de su sobrino haya algún recuerdo de su madre, y cuando quería subir las escaleras TaeHyung se interpuso, con el dedo del pie rojizo y en su cabeza maldiciéndola en los únicos dos idiomas que conocía. Odiaba a su tía SooJin, tan arrogante y envidiosa siempre, porque a pesar de que quería aparentar ser la tía y hermana ideal, siempre sintió envidia de que HaNeul a pesar de su condición había logrado formar una familia, contraer matrimonio, y vivir económicamente bien, mientras ella no había conseguido nada de todo eso y solo tenía que conformarse siendo tía de muchos sobrinos, y escuchar las constantes preguntas de sus padres pidiéndoles que le den un nieto.

⎯ Vete de mi casa.⎯ ordenó con seriedad, no había empezado el día de la mejor manera la verdad, se levantó por el grito de su amiga, después la intentó besar siendo rechazado, y además de eso casi engaña a su novia con la que no iba ni 24 horas juntos. ¿Qué más ocurriría? ¿Unos aliens vendrían a succionar su casa y llevarlos en su nave espacial a otro planeta?

La verdad que a este punto ya nada era imposible.

⎯ ¡TaeHyung, soy tu tía!⎯ exclamó molesta la mayor, pero el nombrado no se movió ni un paso, le estaba haciendo una barrera a las escaleras para que su familiar no piense que andaba libremente por su casa. SooJin siempre fue así, iba cualquier día a cualquier hora a la casa de su hermana, se adueñaba de la cocina, de la sala y del baño, hasta ingresaba a las habitaciones sin permiso, con la excusa de buscar ropa de su hermana o de ver a su sobrino, pero ni siquiera tenía el descaro de tocar la puerta, y teniendo un sobrino adolescente con las hormonas revueltas la había hecho llevarse un mal momento, que él también lo sufrió, eso es obvio.⎯ ¿El cobarde de tu padre se esconde en su habitación?

⎯ No está en casa.

⎯ ¿Está con una mujerzuela?⎯ preguntó divertida, sabía que por algo YoonKun nunca le había caído bien a la mitad de su familia, algo extraño tenía. Aunque quizá eso "extraño" era que no se dejaba controlar por HaNeul, no caía ante sus manipulaciones para actuar de víctima, y no dudó un segundo en mandarla a otro lugar con tal de mantener seguro a su único hijo.⎯ Nunca pudimos esperar mucho de él, es un pobre diablo.