veintinueve

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No necesitó más respuesta que esa para estacionar el auto a un lado de la carretera, y fue cuestión de segundos para tener a la rubia sobre su regazo, estampando los rellenos labios con los finos de él, que creaban una combinación perfecta. Sabía que tal vez estaban arriesgándose mucho, pero ser dos jóvenes que secretamente se atraían, solos en una carretera oscura, y con preservativos a mano gracias a Juliet, era solo una bendición del universo que quería que por fin estén juntos, las cosas no sucedían porque sí, y estaban seguros que hasta los astros habían visto la tensión entre ellos por lo que alinearon los caminos para por fin juntarlos íntimamente de una buena vez.

Las manos de TaeHyung se mantenían en la cintura de ella, la cual estaba desnuda por el pantalón tiro bajo, y podía sentir su caliente piel que pedía a gritos ser tocada. Los labios de ambos combinaban de una manera espectacular, sentían un ligero sabor a la cerveza que estaban bebiendo minutos antes y eso incrementaba las ganas que se tenían. Era real eso de que cada persona besa diferente, Barbara lo hacía de una manera suave, con delicadeza, hasta con amor podía decirse, y no importaba que sus lenguas estuvieran chocando entre sí, los jadeos que soltaban cuando eso ocurría, o que él le mordiera el labio inferior, ella siempre dejaba un toque de dulzura que le estaba volando la cabeza al mayor. Los brazos de Barbara estaban sobre los hombros de él, con las manos acariciandole el cabello sin hacer un patrón repetitivo, solo moviéndolo como se le cantaba.

TaeHyung soltó un pequeño gemido cuando la rubia sobre él meció sus caderas, llevando las grandes manos a las mismas para detenerlas, y a su vez rompiendo el beso que compartían. Ambos tenían la respiración agitada, sus pechos subían y bajaban por la misma, y las mejillas estaban sonrojadas por las dos partes. Barbara acarició los brazos desnudos de él con parsimonia, pensando que quizá se puso nervioso o algo así, por lo que no se apresuró y prefirió tomarse el tiempo que sea necesario para que ambos estén cómodos. Se miraron a los ojos sin decir ninguna palabra, sentían que en ese momento sobraban, más cuando volvían a sumergirse en esa burbuja que era difícil sacarlos, y ahora que estaban totalmente solos, nada les iba a impedir que dejen de verse de esa forma. Ella volvió a mover sus caderas con suavidad, sintiendo el relieve del bulto que comenzaba a formarse debajo del pantalón de TaeHyung, y en vez de él detenerla nuevamente, sus labios se abrieron para jadear de manera sonora, al igual que los de ella, sin dejar de mirarse a los ojos.

Barbara apoyó su frente sobre la de TaeHyung, la escasa luz de la luna los alumbraba, y estar en el medio de la nada se les hacía algo excitante porque iban a poder hacer todo el ruido que quisieran sin que alguien los moleste. Ella mordió su labio inferior viéndolo, todavía sin querer gemir alto porque recién empezaban, pero sentir que el pene de Kim debajo de ella se ponía cada vez más duro, y así al tacto sentía que de pequeño no tenía nada, sentía como su cuerpo se calentaba cada vez más.

⎯ ¿Puedo quitarte la blusa?⎯ preguntó ella en un tono bajo, casi susurrando, cuando al estar en el medio de la nada podía hablar cuán alto quisiera, pero estaban tan concentrados en ellos mismos que no quería romper ese ambiente. TaeHyung asintió con la cabeza, sintiendo frío cuando ella se alejó para quitarle la prenda y verle el torso medio bronceado, con sus lunares, pezones marrones, sutiles vellos, y la sombra de las marcas de los músculos.

Era jodidamente perfecto.

⎯ ¿Y yo a ti?⎯ devolvió él la pregunta, en el mismo tono de voz, a lo que Barbara asintió levantando los brazos, dejando que TaeHyung haga el trabajo. Metió sus dedos por debajo del top que llegaba apenas sobre su ombligo, deteniéndose un segundo a acariciarle la piel, y después subió lentamente las manos, tocándola de una manera descarada que ambos les encantó.

Barbara no tenía un pecho voluminoso, seguramente porque era delgada, pero iba acorde con el resto de su cuerpo, y se veía preciosa. Tenía un brasier de tela que permitía ver el relieve de sus pezones erectos, de color negro con finos tirantes. En medio de sus pechos había un pequeño lunar que TaeHyung se atrevió a besar, teniendo la mirada de ella encima, y recibiendo una caricia en el cabello por esa sencilla muestra de cariño. Se enderezó y volvió a besarla, sosteniéndola por la nuca con una mano mientras con la otra de su cintura desnuda, no le permitía alejarse de él ni un solo centímetro, y tampoco es como que Barbara quisiera alejarse. La rubia lo acarició en la nuca y hombros, la espalda no podía por estar recostado en el asiento del auto, pero igual le gustaba pasar las manos por la suave piel de Kim, de manera lenta, memorizándolo todo lo posible, mientras él suspiraba bajo contra sus labios.

Heartbreaker| kth. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora