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Ser hija del importante juez que logró meter a muchos criminales tras las rejas, y de una modelo internacional que logró ser Miss Universo por tres años seguidos, era un sueño para muchos y una realidad para Barbara. A la chica nunca le faltó nada, creció rodeada de lujos por los trabajos de sus padres que mantenían hasta la actualidad, con la diferencia que su madre ahora tenía una marca de perfumes que no tenía demasiado éxito, pero las mujeres de su época que la conocían le compraban sus productos. Ella había nacido para ser una muñeca preciosa, quizá su madre afirmó su destino poniéndole de nombre Barbara, para que la llamen como la famosa muñeca, además de que la apariencia iba de acuerdo con la misma, la única diferencia era que en vez de usar todo rosado y un mundo brillante, prefería el rojo pasión, fogoso y rebelde, que quizá eso la representaba más que su mismo nombre o el color que su madre hubiera deseado que fuera su favorito.

A pesar de la imagen que muchos podían tener de la familia, como que eran unos padres pésimos y obligaban a su hija a hacer cosas que no deseaba, estaban algo lejos de la realidad. Los mayores lo veían más como un favor que le hacían a su hija para su futuro, estudiar medicina era algo que le abría las puertas a muchas oportunidades, nunca estaría de más una médica en el mundo, y con los idiomas que sabe sus padres estaban seguros de que su niña podría tener trabajo en Alemania, Francia, Rusia, Corea o en algún país inglés hablante. Sabían que, de alguna manera, le quitaban eso de vivir su adolescencia, pero en unos años sería la misma Barbara la que vería los frutos de esas salidas que tuvo que cancelar por sus clases, y ella misma se los agradecería. Habían muchos adultos en este momento, que por obvias razones pasaron por la adolescencia, y ahora hasta se enojaban con sus padres por no haberlos forzado un poco más para hacer una carrera universitaria o estudiar algún idioma para irse del país y triunfar en otro.

Charlotte Pearl y Kit Jokeey se habían conocido en la escuela secundaria, cuando él era el chico estresado que se la pasaba en la biblioteca pensando en su futuro, con un fuerte nudo en el estómago por defraudar a su testarudo padre que quería hacerlo juez a la fuerza, y aunque a su hijo le terminó gustando la carrera, el primer año lo recordaría siempre como una tortura, llorando todas las noches por leer el quíntuple que en la secundaria, no teniendo tiempo para ver a su novia, y sintiéndose insuficiente. Además de eso, tenía a sus padres encima diciéndoles que su novia modelo no tendría una buena vida, que tarde o temprano la fama se le terminaría y no llegaría a ser nadie en la vida, que era verdad, nadie puede ser un ícono famoso toda la vida porque nuevas generaciones llegan que no conocen a los famosos de antes, pero Charlotte quería ser modelo y sus padres lo aceptaron, así que la opinión de sus suegros le importaba una mierda, al fin y al cabo si quería dedicarse al modelaje tenía que aprender a ignorar las malas opiniones, porque no sumaban nada a su vida.

Eran muy distintos entre sí, mientras Kit se dedicaba a estudiar todo el tiempo y mantenerse con un perfil bajo, Charlotte amaba ser el centro de atención, la chica risueña con las uñas pintadas de distintos colores y destruir frases machistas, una mujer muy adelantada para su época. Y su carrera de modelo comenzó de una mala manera, pues buscando comenzar su sueño después de comentárselo a sus padres y que éstos aceptaran sin muchas esperanzas en el futuro de su hija, Charlotte (o Lottie, como le decían muchos) contactó con un anuncio que escuchó en la radio, con 16 años había llegado a un estudio junto a 13 mujeres más, todas siendo fotografiadas por hombres, sin que las maquillen o les hagan una real producción. Pero todo había sido un fraude cuando se enteraron que esos hombres querían las fotografías para uso personal, por suerte, con muchas denuncias pudieron darles unos años en la prisión y las modelos salieron a la luz, triunfando la mayoría en el mundo del modelaje, habían otras que no tenían ganas de continuar cuando habían tenido ese inicio.

Y Charlotte ganó el título de Miss Universo entre sus 20 a 23 años, siendo los mejores de su carrera, pues varias marcas contactaban con ella para promocionar sus productos, ahí fue donde conoció a su mejor amiga, Anastacia, que hasta podía considerarse la madrina de Barbara, pero como no fue bautizada porque sus padres no pertenecían a ninguna religión, la familia sabía que si a Charlotte y Kit les ocurría algo, su hija estaría segura en los brazos de Anastacia. Su popularidad fue bajando mediante los años llegaban, a los 25 había tenido a su primera y única hija, después de siete años de relación con Kit. Y Aunque tuvo que dejar su sueño de lado, ya no ver cámaras para empezar a ver biberones, pañales y cunas, nunca diría que su hija era un error en su vida, porque Barbara para ella era lo más preciado que tenía junto a su marido. Era una madre excelente, solo que...no sabía expresarse, al igual que no era muy buena entendiendo los problemas de su hija, que de igual manera escuchó muy pocos, pero cuando le había hablado del primer chico que le gustó, y éste la rechazó, su madre no sabía cómo decirle que era muy pequeña y ya llegaría otro niño, porque tenía 11 años y aún le quedaba toda una vida por delante.

Heartbreaker| kth. ✓Where stories live. Discover now