Capítulo 42: celos...completamente racionales

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CAMERON

Estaba viendo una película de terror en cámara lenta.

Ver cómo Atenea acercaba despacio su cara a Luc era, literalmente, la pesadilla de mi vida. Sentí como en ese instante todo el oxígeno de mi cuerpo me abandonaba. Como mi corazón casi explota y baña a todos de sangre.

Pero eso no sucedió.

Antes de que sus labios se tocaran, Luc se alejó y le pidió disculpas. Le dijo que no podía hacer aquello, por lo que iba a tomar los chupitos por ella. Todos quedamos anonadados. Negarte a besar a Atenea era un asunto grave. Y él no sabía sobre ella y yo, por lo que algo estaba pasando. O quizás...quizás lo sabía. Y seguía siendo tan buen ser humano que lo respetaba aunque ya hubiera terminado y aunque nunca tendría que haber pasado.

Traté de que la desesperación en mi rostro no se notara. Miré a Atenea, a su cara confundida y un poco ofendida. Un sentimiento amargo llegó de repente al centro de mi pecho, al darme cuenta de que ella sí había querido besarlo. Aunque me había fulminado con la mirada antes de hacerlo, ahora lucía decepcionada. Y eso perforaba un poco más mi pecho.

Cuando nos dimos cuenta de que todos estábamos muy borrachos, partimos hacia el club. Thomas nos contó que Jude nos haría pasar rápidamente por la entrada del costado, así que no tendríamos que hacer cola.

Eso era lo último que me faltaba hoy: verle la cara a Jude.

Pero ahí estaba, vestido como guardia de seguridad delante de mis narices. Atenea se alegró de verlo y le dio un abrazo más largo de lo normal. Sin pensarlo, le palmeé la espalda y básicamente la arrastré hacia atrás.

Me miró con sus ojos lanzándome dagas, pero no me importó. Jude nos miraba curiosos, pero una mirada mía bastó para que diera un paso atrás y sonriera, incómodo.

Los demás ya habían traspasado las puertas, así que dejé que él y Atenea pasaran primero y después entré yo. Era una especie de túnel oscuro pero era tan corto que luego de unos pasos ya estábamos dentro del club, que estaba a rebosar.

La diferencia de temperatura se notaba mucho. Afuera hacía frío y aquí dentro estaba cálido y pesado, debido a la cantidad de cuerpos que se amontonaban.

Me abrí paso entre ellos y seguí al grupo hacia una mesa del sector VIP que nos había reservado Jude. El lugar estaba separado de la pista principal y te colocaban unas pulseras para poder ingresar. Había mesas y sofás oscuros por todos lados.

Cuando llegamos, Atenea en seguida desapareció de mi vista. La intenté buscar con la mirada, pero no la encontraba por ningún lado.

—Oye, tú. —Alba apareció detrás de mí y me miraba enojada. — ¿Qué rayos haces con Atenea?—gritó, porque por la música no se escuchaba casi nada.

Fruncí el ceño.

—No estoy con ella.

Puso los ojos en blanco y el gesto me dio un poco de escalofríos.

—Me refiero a qué pretendes. La dejas, luego te haces el simpático, luego no dejas de mirarla y casi sales corriendo cuando la besa Luc—me dijo al oído—. Cameron, o la quieres o no la quieres. Deja de confundirla. Vas a terminar haciéndole más daño del que le has hecho. —Se dio media vuelta y volvió a su grupo de amigas.

El jodido problema aquí era que sabía exactamente lo que quería, pero no podía tenerlo. Y hacer que mi mente entienda aquello era bastante complicado.

Fui hasta donde estaba sentado Jace del otro lado de la pequeña mesa e intenté olvidar las palabras de Alba. Yo no quería hacerle daño. Mierda, eso no estaba en ninguno de mis planes. Por eso había terminado con ella ahora, para que no sufriera más luego.

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