Revenge (Chestappen)

04

Capítulo 4

Max

Han pasado las 24 horas que le di a Hamilton para liberar a Daniel. Me encuentro en Moscú aun, en una de mis casas de seguridad.

-Vor, han dejado esto para usted en la casa grande- Es una caja con un lazo rojo, no necesito ni abrir la caja para saber su contenido.

-Retírate- Le indico al criado. Marco el número de Charles.

-Prosigue. - Es todo lo que le digo, deslizó el moño de la caja, retiro la tapa y la ira se apodera de mi cuerpo. En medio de pétalos rojos se encuentra el dedo anular de Daniel, el anillo que lo unió a mi como mi segundo yace en el dedo. Retiro el anillo con sangre de mi amado, lo guardo en mi saco y salgo de la oficina rumbo a la guerra que Hamilton comenzó.

Mi destino Marsella Italia. Empuñó el anillo en mis manos una vez que estoy en el Jet, limpio la sangre de Daniel de este. Charles debe estar llegando ya a nuestro nuevo hogar. En lo que el vuelo avanza me aseguro de que Helmut siga mis indicaciones al pie de la letra. Mi regalo para Hamilton debe llegar una vez que yo pise tierras italianas.

Sergio

Jamás había sentido mis párpados tan pesados, me intento adaptar a la luz qué hay a mi alrededor, pero es tan abrupta que causa que mi cabeza lata. Con mis manos intento tantear dónde estoy, ¿Qué pasó? ¿Como llegue a mi cama? Siento en mi brazo un cable, abro los ojos de golpe, llevando mis ojos directo a mi brazo derecho donde esta insertada una línea intravenosa. ¿Estoy conectado a un suero? Me intento sentar, pero mi cuerpo no responde aún.

Una vez que mis ojos se adaptaron a la luz, me doy cuenta de que esta no es mi habitación. ¿¡Qué demonios!? Me retiro bruscamente la intravenosa, me coloco de pie y camino por la habitación. Me asomo por la ventana y logro divisar que es de día, frente a mi hay un laberinto.

Siento la sangre correr por mi brazo, estoy haciendo un desastre sobre la alfombra blanca, comienzo a hiperventilar. ¿Demonios acaso fui secuestrado? Mis pensamientos son interrumpidos al escuchar como la puerta se abre.

Llevo una ropa que no es la mía, es una tela de seda, el lugar es completamente blanco con negro.

-Charles! ¡Gracias a Dios! - me acerco rápidamente a él, pero ya no viste su ropa de catering ahora luce un traje a medida totalmente negro.

-Sergio, por Dios- Charles grita a alguien más en un idioma que distingo como ruso. ¡Maldigo la hora que no quise aprender el idioma! ¡Debí escuchar a Lewis! 3 años viviendo en Moscú y no se más que decir gracias! Charles me lleva a la cama, mientras hace presión sobre mi brazo.

-Dónde están Lance y Esteban? - Pregunto. - que es ese laberinto de allá afuera? -Charles no me responde. Entra un hombre más, vestido como doctor. Quien se apresura a parar el sangrado de mi brazo.

-Tiene que estar presentable para Max, ¡¡mira el desastre que hizo!!- No entiendo lo que dicen, solo veo como manotean.

Retiro mi brazo bruscamente dejando a ambos hombres congelados.

-DEMONIOS QUE ALGUIEN ME DIGA QUE ESTA PASANDO AQUÍ! - La puerta se abre una vez más. Veo como Charles y el otro hombre se colocan derechos ante la persona que entro. No me quiero ni dar la vuelta para ver al causante que ambos hombres no digan ni una sola palabra.

-Yo te diré qué pasa Sergio. - Esa voz.

Todos los miedos de Lewis son palpables por primera vez en años, alzo la mirada encontrándome con unos ojos llenos de maldad, maldad que no pude ver antes, mis nervios me traicionan y recuerdo el anillo.

Lewis en su locura, coloco un rastreador satelital en mi anillo de compromiso, solo un pequeño golpe y podría activarlo.

Manteniendo la mirada en esos ojos, que me observan como un león a su gacela, llevo mis dedos al lugar donde el anillo este, pero para mi sorpresa está vacío.

Estoy jodido.