Revenge (Chestappen)

19

Capítulo 19

Max

El camino a la pista es silenciosa Sergio viene sumido en sus pensamientos,  el silencio es pesado casi asfixiante. Tomo ambas botellas de agua y una se la pongo en la mano, el solo me mira y susurra un gracias.

Sergio por fin abre el sobre que le di, y solo ríe. Pasa una por una las fotos y después las hace pedazos.

-Soy tan patético.- Intento hablar, pero Sergio solo voltea su rostro. 

Veo como abre la botella y sin dudar toma de ella. Tomo el agua, y espero paciente.

España es de mis lugares favoritos. Mi expansión y ayuda a los necesitados a hecho qué se vuelva fácil para mi el moverme a plena luz del día.

Aproximadamente 15 minutos pasan cuando Sergio cae inconsciente. Luce como si estuviera plácidamente dormido.

Me tomo la libertad de acariciar su rostro,  pasear mis dedos por esas hermosas pecas qué decoran su rostro. Llegamos a la pista donde me encargo de bajar a Sergio.

Subo con el al Jet y lo acomodo a mi lado, buscando una posición donde el no resulte incomodo.

Una sonrisa crece en mi rostro al ver al hombre de Pecas. Siempre consigo lo que quiero.

Nuestro destino es Noruega. Tengo una casa de máxima seguridad alli. Tengo mis huéspedes esperando por mi y mi Koroleva. 

No mentire una parte de mi desea ver sufrir a Sergio al menos la mitad de lo que Daniel sufrió.

Fui bueno con el y me pagaron de la peor manera. Por eso mi propósito es hacer que Hamilton llore sangre. Tendré que arrastrar a Sergio pero será solo un pequeño daño colateral.

El Jet despega a nuestro nuevo hogar. El sedante en el agua mantendrá a Sergio dormido todo el viaje y lo suficiente para que se instale en su nuevo hogar.

 Colocó el anillo que de ahora en adelante lo convierte en mi igual. En mi propiedad. 

Decido dormir un poco igual pues aunque lo odie, el respirar el aroma del cuerpo de Sergio produce una paz en mi.

Soy removido por Charles, así que abro los ojos.

-Vamos a aterrizar, coloquense los cinturones- Me dice y lo veo alejarse, dejándome nuevamente a solas con mi bello Sergio. Coloco su cinturón primero, pues es mi prioridad.

Bajamos del Jet, Sergio entre mis brazos totalmente inconsciente, subo al auto que espera por nosotros. El viaje toma una hora pues estaremos en un lugar lejano a la ciudad.

No correré el riesgo de que mi Koroleva escape de nuevo. La casa se alza imponen sobre los árboles cubiertos de nieve.

Abrigo bien al hombre que duerme plácido sobre mi pecho. Su cuerpo siempre a sido tan tibio. Sus mejillas y nariz se mantienen rojas debido al frío.

Casuando que se vea realmente bonito. La seguridad de esta casa es justo lo que quería. Veo hombres encapuchados en cada perímetro portando rifles en sus manos.

Bajo del auto cubriendo bien a Sergio, se que no le gustara qué lo haya drogado una vez mas. Pero no soportaba la mirada de tristeza en sus ojos. Odie ser la causa.

Bajo con cuidado las escaleras y lo deposito sobre el colchón qué he pedido para el. Escucho los gritos de mis huéspedes y doy la orden de encintarlos pues no quiero que asusten o perturben a mi Sergio.

Bueno la habitación es a prueba de sonidos, pero aun asi, es mejor para mi no oirlos. Me aburren. 

Colocó los grilletes sobre sus muñecas y me aseguro que ambas cadenas estén bien aseguradas. Apago la luz y salgo de la celda.