Revenge (Chestappen)

25

Capítulo 25 

Max

Bajo al auto en busca del saco que traía esta mañana, ya que mi Sergio no puede salir semi desnudo, no puedo creer que de verdad por fin lo haya hecho mío. Después de meses de deseo.

 De Lewis me encargare mas tarde. Ahora solo quiero llegar a nuestro hogar.

El elevador se abre en el piso de las oficinas de Sergio, donde entro y veo a Sergio sentando con el torso desnudo,mientras le firma unos papeles a Sainz. Quien se lo esta comiendo vivo.

Golpeo su cuerpo intencional con el mío, lanzándole una mirada de advertencia, este solo desvía la mirada del torso de mi hombre. Le tiendo el saco y me siento a su lado, besándolo con fuerza solo para marcar territorio.

-No tienes un lugar a donde ir?- Me pregunta,separándose de mi, solo para ponerse el saco que le baila en tamaño.

-No, solo quiero estar contigo- Le digo. Una sonrisa de forma en su rostro.

-Tengo algunas cosas que hacer por aquí- Se levanta y sus piernas flaquean.

-Pareces Bambi, solo que en vez de recién nacido seria recién cogido.- Le suelto ganándome un manotazo de su parte. Veo su cara ponerse roja y mira a Carlos quien no sabe ni a donde mirar.

-Max!- Se cierra el saco bajo mi mirada atenta.-Volveré mañana a terminar todo, encárgate del asunto que te dije por favor.- Carlos solo asiente y sale de la oficia.

Que asunto?pienso, la verdad no creo soltarlo en toda la semana, no cuando quiero ponerlo en tantas posiciones que Sergio no podrá caminar por días.

-Vámonos- sale de la oficina, caminando con porte, corro para ponerme a su lado y tomar su mano, entrelazando nuestros dedos

-Me gusta esto- Le digo mientras levanto nuestras manos entrelazadas.

-Creí que no eras del tipo vainilla no?- Me dice con burla.

El ascensor se abre y puedo notar como muchos de los ejecutivos de aquí se comen con la mirada a Sergio. No, este hombre no volverá a salir de casa.

-Tu logras sacar algo bueno de mi.- Le abro la puerta del lambo y este se sube,sin despegar la mirada de mi.

Cierro la puerta y subo. Sergio se coloca el cinturón, pone algo de música, y se crea un silencio agradable entre nosotros.

-Me alegro de saber que aun hay algo bueno en ti- Me dice cuando ya a pasado un rato. Puedo notar que el anillo que le di no esta en su dedo. Causando una molestia en mi, aprieto el volante con fuerza causando que mis nudillos se pongan blancos.

-Donde esta tu anillo?- Le pregunto

-En casa, me lo quito para entrenar, no tienes algo mas sutil?- Un alivio recorre mi cuerpo al escucharlo.

-Podría mandar a hacer uno a tu estilo si quieres.- el solo asiente. Puedo ver su perfil y las marcas de mi boca sobre todo su cuello.

-Que quería Hamilton?- Le pregunto cuando estamos casi por llegar.

-Te lo dije, quiso que me fuera con el. Dijo que tu solo me dirías cosas malas de el, para ponerme en su contra.- Suelto una risa amarga.

-Las imágenes hablan por si solas.- El solo asiente, pero comienza a jugar con sus dedos. Eso solo lo hace cuando está nervioso.

 -El también dijo que- Su voz se vuelve casi un susurro. Estacionó el auto frente a nuestro hogar.

-Que dijo.- Volteo a verlo, pero el tiene la mirada clavada en el frente del auto.