Capítulo XL

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Han pasado demasiadas cosas en los últimos dos días desde nuestro regreso de México. La primera, me mudé, oficialmente Maxi me convenció de vivir con él en su penthouse, la verdad no es como que haya puesto mucha resistencia, estar cerca de él me encanta y más ahora que nos vamos a casar.

Aun no puedo creer que estemos comprometidos, cuando les dimos la noticia a Jenny y Diff, ambos se entusiasmaron por nosotros, Jennifer era la más emocionada, gritando y diciendo que sería la dama de honor y la encargada de hacer la mejor boda de la historia, espero que no se exceda.

Por mi lado, no tengo con quien compartir más la noticia, a menos que lo haga con los Telnaster, pero no sé cómo tomen la noticia, teniendo en cuenta cómo es su relación con mi prometido, Mi prometido, sonrío y doy pequeños saltos mientras termino de acomodar nuestra ropa  en el tendedero que Maxi colocó para mí en su habitación.

Sabiendo mi reacción ante los armarios, decidió sacar el que tenia y me pidió que si colocaba sus trajes de la misma manera que hago con mi ropa, el gesto me dejó en un charco derretido por sus atenciones.

Desde que vine aquí para quedarme, siempre se aseguraba de que me sintiera lo más cómoda posible. Me gusta todos los pequeños momentos que compartimos juntos, desde que me levanto encima de su cuerpo, cuando preparo el desayuno y cuando nos ponemos....mmmm algo traviesos.

Después de esa primera vez en la playa, los últimos días que pasamos en México a parte de visitar a Javier y comer junto a su esposa, una mujer encantadora, Maxi aprovechaba cualquier ocasión para tocarme y cuando notaba que estábamos solos, llegar más lejos.

Sinceramente le agradezco a Jennifer por el paquete de condones, sin eso creo que no hubiera permitido tanta acción con Maximiliam, ¿En serio, ese hombre no se cansa?

Debo decir que ha disminuido nuestra actividad desde que regresamos, digamos que el trabajo lo tiene algo ocupado y más con la llamada del señor Sergei diciendo que tenía nueva información sobre una carta que le había mostrado antes, no tengo idea de que es.

Pero debe ser importante, ya que lo ha mantenido ocupado la mayoría del día, así que decidí aprovechar mi último día de vacaciones antes de regresar al trabajo para organizar un poco mis cosas con las suyas.

Con una hora más de organización por fin termino todo, así que decido ponerme cómoda, tomo una de las camisas que tienen el olor de Maxi impregnado, me la coloco como pijama y me dirijo a la sala para limpiar un poco, pongo algo de música, porque funciona mejor así, me motiva.

Tomo un trapo y comienzo a sacudir los muebles y el sofá con los sillones, me siento Kendrick Lamar en su parte de Goosebumps, Madonna Santa, que mal canto, pero como no hay nadie aquí, continuo con mi espectáculo.

Me subo arriba del sofá y en medio de mis maullidos finalizo mi presentación con una pequeña reverencia para mi público imaginario, no sé si es la euforia de mi momento o mi imaginación, pero escucho unos aplausos, cuando me giro en la dirección del sonido, me encuentro con un Maximiliam con una gran sonrisa, asustada y avergonzada por la posibilidad de que haya visto todo mi show, grito y emprendo la huida.

Mis maravillosos planes son estropeados por mi total falta de coordinación, en mi intento de escapar de Maximiliam tropiezo con mis propios pies, esperando mi inminente caída solo rezo para no partirme la nariz.

Los fuertes brazos de Maximiliam me sostienen evitando que pase más vergüenza, con toda la pena del mundo me sostengo de su cuello y pregunto.

—¿Cuanto tiempo llevabas ahí?

—Lo suficiente para saber que a mi futura esposa le gusta mucho las letras fuertes.

—Es que son pegadizas— digo con una sonrisa inocente, me acerco a sus labios y lo beso, luego como se me ha hecho costumbre, también beso su frente— Bienvenido a casa— le sonrío.

—Creeme amor— dice colocandome en el suelo—Encontrarte bailando con solo mi camisa puesta, es la mejor bienvenida que he tenido— lentamente se acerca a mí con una mirada que he aprendido a reconocer, deseo.

Oh no, yo se muy bien lo que sucede cuando está así, lentamente doy pasos lejos de él, al ver mis intenciones se acerca más de prisa y así comenzamos una pequeña persecución, yo tratando de correr lejos de mi prometido cachondo y él tratando de atraparme, es inútil, me atrapa a los minutos.

–Cazzo– grito cuando me coloca sobre su hombro con dirección a la habitación.

–Vamos prometida– dice con una palmada en mi trasero– Eso tienes por verte tan jodidamente sexy cantando.

Bueno, estaría de más decir lo que sucedió luego de que llegáramos a la habitación, Madonna Santa, de solo recordarlo siento mi centro palpitar.

Sacudo mis pensamientos lujuriosos, no es momento para eso, hoy estoy de regreso en la mansión de los jardines blancos.

Estoy emocionada y algo nerviosa por dar la noticia de mi compromiso con Maximiliam, espero lo mejor.

Cuando llego a la cocina, la primera en recibirme es Jennifer.

—Pero si es nuestra futura novia— dice mientras me abraza—Mujer, ya estoy pensando en todo, pero eso sí, la despedida de soltera será por ley en Las Vegas.

—¿No crees que es mucho?— pregunto.

—Para nada— la verdad no me siento cómoda con estos grandes planes, no puedo permitirmelos, Jenny como la bruja que es, parece saber lo que pienso— Cariño, tu prometido es ridículamente rico, así que despreocupate por los gastos— me rodea con su brazo— Él pagará lo que sea con tal de verte feliz— sonrío por eso, es cierto, él lo ha demostrado en múltiples ocasiones.

—Esta bien— le digo, ella chilla de felicidad, saca su teléfono y se aleja, pero logro escuchar— Diff, cariño, te  aviso desde ya que me iré a Las Vegas por la despedida de soltera de Fiorella...

Negando con la cabeza me coloco mi delantal y me preparo para trabajar. Mientras bato la mezcla de las galletas escucho el sonido de unos tacones acercándose, Lucrecia con su típica sonrisa entra en el lugar.

–Fiorella, me alegro tanto que estés de regreso– dice con un tono tranquilo—¿Podemos hablar un momento?— pregunta, dejo de lado la mezcla y me limpio las manos con un trapo que tengo en la encimera, Lucrecia observa con curiosidad mi mano, extrañada sigo la dirección de su mirada, el anillo, está observando el anillo—¿Eso es lo que creo que es?— habla extrañada.

—De eso quería hablarte— digo, tomo una respiración profunda—Yo estoy comprometida...

—Que buena noticia— dice interrumpiendo mis palabras—Es grandioso ver a los jóvenes enamorados, ¿Quién es el afortunado?

—Bueno, verás es tu nieto— toda la emoción anterior parece desaparecer del rostro de Lucrecia, sustituido por una mirada asesina ¿Está molesta por qué me casaré con  Maxi?

—Repite lo que dijiste— dice en tono sombrío, nunca la había visto así.

Yo estoy comprometida con su nieto, Maximiliam— digo lentamente, es extraña esta reacción, sé que no se llevan bien, pero esa mirada aterradora en los ojos de Lucrecia me da miedo.

—Oh— dice, su expresión parece cambiar por una en blanco—Déjame ver si entendí, ¿Estás comprometida con Maximiliam?— pregunta, asintiendo con la cabeza parece relajarse, como si estuviera ¿Aliviada?

—Así es, me casaré con Maximiliam— repito segura, es momento de dar claro todo.

—¿Qué carajos acabas de decir?— la voz profunda de Nicholas me sobresalta, en rápidas zancadas llega hasta situarse a mi lado, toma con fuerza mi mano izquierda y levanta mi mano observando el anillo— Dime– sacude mi mano con asco— ¿Te vas a casar con el asesino de mi padre?– pregunta furioso, ¿Asesino de su padre?

Una no puede gozar de sus planes de boda, porque ahí vienen a joder
Besos en el poto 💋

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