Capítulos 26

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Fiorella

—Y en punta, así, lo haces increíble Ana— le digo a la pequeña con una gran sonrisa de orgullo.

Ambas estamos en un gran salón que el señor Sergei acondicionó para que lo ocuparamos como sala de ballet. La pequeña rubia es muy buena a tan corta edad.

—¡Tú eres la increíble!— dice haciéndome reír—Es fantástico que tú también sepas ballet.

—Todo se lo debo a Svetlana— digo, esa mujer es la razón por la que ahora estoy aquí junto a mis chicos.

—¿La señora rubia?— pregunta frunciendo sus dos cejas— ¿Ella también pueda bailar como tú?

—Puede hacerlo mucho mejor— le digo.

Estas semanas han estado muy tranquilas y aunque Maxi no quiere decirme que ha hecho con Lucrecia estoy segura que ya no está entre nosotros. Bueno, eso es algo menos de lo que preocuparse, solo tengo un tema pendiente y esta pequeña de ojos azules me ayudará.

—Oye Ana— la llamo, la niña deja de hacer su estiramiento y me presta atención—Necesito que traigas a Nicholas aquí, pero debes decirle que es porque quieres mostrarle tus nuevos pasos.

¿Quién lo diría? Estoy usando sus mismas acciones en su contra. Que irónica es la vida.

—Si claro— acepta la pequeña sin rechistar— Voy a buscarlo de seguro está en la biblioteca con el señor Fabiano y el señor Jeremy.

Sale corriendo en su trajecito rosa por la puerta dejándome con una gran sonrisa, la pequeña desde que vio por primera vez a Jeremy ha estado pendiente de donde está y siempre trata de verlo. La pequeña tiene un enamoramiento con el británico . Y no es de extrañar, es un hombre atractivo, pero su actitud deja mucho que desear, es tan serio y callado, solo parece relajado al lado de Fabiano.

Algo que si ha llamado mi atención y que ya he compartido con Maxi es que siempre si él y el señor Sergei están en una misma habitación todos sentimos cierta tensión entre ellos, ¿Estaré imaginando cosas?

Escucho unos pasos provenir de afuera del salón, tomando aire me preparo para hablar con Nicholas. Esto es lo último que hace falta para que estemos en completa paz.

—Sabes que siempre me gusta verte bailar Ana— le dice con voz suave a su prima. Cuando abre la puerta y me observa su cuerpo entero se tensa y trata de dar la vuelta.

—Ni se te ocurra Nicholas— le digo, volteo a ver a Anastasia—Gracias cariño, puedes irte, seguiremos con nuestra rutina mañana.

—¡Adiós!— se despide.

—Ya es momento de que tú y yo hablemos— digo cerrando la puerta. El rubio está de espaldas a mí con los hombros cuadrados—Sabes que es lo correcto.

—Tienes razón— acepta girándose a verme— Lamento con todo mi ser haber sido el causante de todas las cosas malas que te han pasado Fiorella, la muerte de tus padres es algo con lo que siempre cargaré, lo he hecho desde aquella noche en la que ejecuté la orden de mi padre— sus ojos comienzan a formar lágrimas— Todo lo que ha pasado desde esa noche solo empeoró mi vida, cuando se llevaron a Maximiliam a ese lugar tuve que seguir haciendo cosas horribles para complacer a padre— toma aire— Recuerdo que la única que me consolaba mientras lloraba después de regresar de todos esos “trabajos” de mi padre, era ella.

No tiene que decir su nombre es más que claro que se refiere a Lucrecia, verlo así me conmueve. Nicholas solo fue otra víctima de su familia, no necesita ser juzgado, solo escuchado.

—No tienes que contarme esto— le digo suavemente.

—Tienes que saberlo— me dice—Tienes que saber lo mucho que me odio, cada vez que me miraba en el espejo solo podía ver a ese chico lleno de sangre que encontró a una pequeña niña en un armario muerta de miedo preguntando por sus padres— un escalofrío recorre mi cuerpo— Pero cuando te vi no pude hacerlo, no pude matarte, supongo que aún tenía consciencia— dice quitándose sus gafas— Uso estas para evitar ver directamente mis ojos en el espejo, solo hay dos pozos vacíos, muertos y repugnantes. Trataba a mi hermano como la peste, porque eso me inculcaron, trataba de hacerme ver que el único villano era Maximiliam cuando en realidad el verdadero monstruo estaba a mi lado.

—Nicholas, sé que eres más de lo que esa mujer trataba de inculcarte— le coloco mi mano en su brazo— Lo sé, porque antes de todas estas cosas conocí al amigo Nicholas en el que te estabas convirtiendo.

—Ahora entiendo porque Maxi se niega a dejarte ir— me dice con timidez— Lamento todas las estupideces que hice y te dije, en realidad solo creía amarte Fiorella, pero mi mente solo trataba de encontrar una manera de liberar mi culpa. Creía que si me convertía en algo las para ti de una manera estaría recompensado mis pecados.

—¿Sabes como es la mejor manera de recompensarme?— le pregunto, él levanta su vista y niega— Siendo un mejor hombre, cuidando de tu familia, porque no estás solo, nos tienes a Maxi y a mí y con el tiempo los demás te aceptarán, pero sobre todo, tienes a tu pequeño sobrino — Nicholas sonríe un poco— Hasta creo que heredó de ti el gusto por esas maquinas de la muerte que tanto te gustan.

—Siempre que lo veo lleva algo con una motocicleta impresa— acepta— Te juro que haré lo que haga falta para ser un buen ejemplo para Ayax, pero creo que seria buen momento para alejarme un poco de este lugar.

—Lo que necesites— digo abrazandolo, lo que más necesita esta familia es amor, así que entiendo que quiera irse, lo de su abuela es un tema reciente y necesita sanar.

—Creo que iré a Inglaterra con Jeremy por un tiempo— me cuenta— Fabiano no quiere separarte de ti y de mi sobrino, así que Jeremy se irá a encargarse de sus negocios por un tiempo.

—Si eso es lo que deseas— lo animo— Siempre estaremos aquí.

—Eres una mujer de lo más increíble Fiorella— dice abrazándome de nuevo.

—Suelta. A. Mi. Mujer— la voz de Maximiliam nos llega a ambos, su hermano me suelta como si mi piel fuera ácido, al ver a Maxi parado junto a la puerta con nuestro hijo a sus espadas al pobre Nicholas se le enrojecen las mejillas.

—Estaba hablando con Nicholas, ahora estamos bien — me acerco hasta él y le doy un suave beso en los labios— No seas duro con él— le susurro para que Nicholas no escuche.

—Fiorella y yo solo estábamos hablando, te lo juro— dice viendo a Maxi con miedo, estos dos me hacen sonreír. Digan lo que digan son hermanos y sé que en el fondo Maxi lo quiere.

—Habla pero a metros de distancia de ella— le dice, mientras ellos se observan tomo a mi hijo del cuerpo de su padre, cuando lo veo con sus ojos abiertos lo acerco lentamente hasta su tío.

—Me han dicho que ni una sola vez lo has cargado— coloco con cuidado a Ayax en los brazos de Nicholas— Puedes hacerlo, es tu sobrino ¿Cierto Maxi?— pregunto rodeando su cintura.

—Por desgracia— dice, pero no se me pasa desapercibida la mirada cariñosa en sus ojos al ver a su hijo feliz junto a su hermano que ve al pequeño con fascinación.

—Tiene los ojos…— dice con asombro.

—Como los de Fiorella y como los tuyos — le dice Maxi— Sana tu mierda Nicholas, si quieres estar cerca de mi hijo es mejor que lo hagas.

—Lo prometo— dice sonriendole al pequeño que no hace más que observarlo intrigado—¿Puedo leerle algo?

—Por supuesto— le digo— Yo tengo que mostrarle algo a Maxi, pasen tiempo juntos— Nicholas dirige su ojos a Maxi pata ver si está de acuerdo, mi hombre asiente y así tío y sobrino salen del salón.

—¿Qué quiere mostrarme esta bella bailarina?—  pregunta viendo mi vestuario— Te ves tan hermosa así mi amor.

—Te amo— le digo empujándolo hasta sentarlo en el sillón que coloqué a un lado—Pero tienes que sentarse y observar.

Enciendo el estero y las melodías de Swan Lake inundan todo el lugar. Inicio con movimientos suaves, lentos y con gracia a como le enseñó Svetlana. Cuando la música sube a un tono mas fuerte cambio mis pasos a unos más rápidos y seguros, hago los giros más complejos que sé.

Siento como mi cuerpo vibra con las melodías de la canción, mis giros son más y más perfectos, muevo mis brazos sintiéndome como una verdadera bailarina en su gran show. Nunca había bailado para nadie, pero esto es solo para él, mi Maxi, mi Zorro, mi todo.
Acercándose el final siento como soy levantada por los aires entre giros. Riendo solo dejo que Maximiliam me haga girar mientras abro los brazos y siento que vuelo.

—Nunca en la vida dejes que otra persona te vea bailar así— me dice cuando nos detenemos— Eso fue lo más condenadamente perfecto y hermoso que he presenciado en la vida.

—¿Ni siquiera para Ayax?— pregunto dandole un beso en su barbilla— niega con la cabeza.

—Esto es solo de los dos— me dice.

—Solo de los dos— acepto besándolo.

—Venía porque quería informarte de algo— dice entre besos.

—¿Qué cosa?— digo acariciando su pelo.

—Nos vamos a casar— me dice sin más.

—No recuerdo que me lo hayas pedido— digo levantando una ceja.

—Es que no tienes opción— dice encogiendose de hombros con chulería.

—Mmmm— digo haciendo como que pienso— Si no hay opción— suelto un suspiro — Tendré que casarme contigo, ni modo— siento como comienza a repartir besos por todo mi cuello haciéndome estremecer.

—¡¡Nos vamos de despedidas de solteros!!— gritan Jenny y el grandote abriendo la puerta de un golpe.

—¡Madonna Santa!— grito por el susto, volteo a ver a nuestros amigos y la vista me hace reír, Jennifer está con un plato lleno de galletas en la mano y Diff la ve con una gran sonrisa mientras se apoya en sus muletas.

—Supongo que tenemos que hacer las maletas— le digo a Maxi.

—De eso nada, no quiero salir de fiesta— me dice frunciendo el ceño.

—Entonces Fiorella no se casará— lo amenaza la embarazada comiendo otra de mis galletas.

—¿Ah sí?— pregunta viéndome.

—Es correcto— acepto con rostro serio.

—Mira lo que me haces hacer— niega.

—¡Nos vamos de Fiesta!— gritan esos dos juntos otra vez.

Esas despedidas de solteros están insuperables.
Besos en el poto 💋



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