Capitulo XLI

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—¿Cómo es posible que te vayas a casar con el asesino de mi padre?— me grita Nicholas con cara de disgusto— Es que no lo entiendes, ese hombre es un psicópata— dice, es suficiente de esto, no voy a permitir que siga hablando, mi nona una vez me dijo que quien permite que los demás hablen de los suyos, es un completo cobarde, yo no soy una cobarde.

Si algo he aprendido de mi tiempo rodeada de Maximiliam, Jennifer y el grandote es que puedo ser valiente, puedo ser fuerte. Así que no voy a permitir ningún insulto más hacia mi futuro esposo, no importa que sean su familia, familia que ha sido buena conmigo, con mucho gusto dejaré que me agredan a mí, pero con Maxi no, él ya ha pasado por muchas cosas.

—Te voy a pedir— le digo lentamente a Nicholas soltando mi mano de su agarre, me giro hacia Lucrecia también— Les voy a pedir que no vuelvan a referirse así de Maximiliam nunca más, él es muchas cosas, pero es un buen hombre, el hombre que amo— levanto mi mano y muestro mi anillo con orgullo— Y el hombre con el que pienso pasar el resto de mi vida— tomo una respiración profunda— Entiendo tus diferencias con él, pero créeme que tu padre no era una persona inocente, ¿Qué clase de monstruo manda a su propio hijo a un lugar podrido durante tantos años?— le grito a ambos— Tú padre el que creia firmemente que solo por el hecho de que tu madre murió dando a luz a Maximiliam estaba destinado a asesinar personas, piénsalo bien, tu padre era el verdadero psicópata de mierda— sin verlo venir siento mi rostro ser golpeado por una fuerte bofetada departe de Lucrecia, impactada por su acción la observo, está completamente furiosa, no, es más que eso, en este instante parece querer matarme, ¿Dónde quedó aquella dama que conocí en aquel parque?

—En tu miserable vida vuelvas a insultar a mi Charles, no eres nadie para hablar así de él, no eres más que una estúpida que de alguna manera logró enredarse con el repugnante de Maximiliam.

—Se equivoca señora— le digo sosteniendo mi mejilla adolorida— Maximiliam es muchísimo mejor que el malnacido de su hijo y si Maximiliam lo mató fue por todo el daño que le hizo, me alegra muchísimo que ese bastardo esté muerto— observo como levanta su mano con la intención de golpearme de nuevo, pero es detenida por Nicholas.

—Es suficiente— le dice— No puedes agredirla abuela, no lo permitiré.

—¿Por qué la defiendes? No escuchas como insulta la memoria de tu padre, de mi Charles— Nicholas calla, Lucrecia lo observa detenidamente, como si lo analizara— ¿Tú también...— pregunta con gesto dolido— estás interesado en esta?— escupe sus palabras viéndome.

—Si abuela— dice Nicholas— Estoy perdidamente enamorado de Fiorella, creía que ella podría corresponder el sentimiento, pero por lo visto estabas involucrándote con mi hermano a escondidas— me toma del brazo de forma brusca—¿Desde cuando?— me grita, no respondo porque el lugar donde me tiene sujetada me duele mucho—¿Desde cuando le abriste las piernas como una maldita zorra a mi hermano?— mi cuerpo reacciona instantáneamente, no dudo, lo abofeteo con todas mis fuerzas, es suficiente para que me suelte de su agarre.

—No voy a permitir que me hables así,  no sé lo que le pasa a esta familia, pero todos son unos actores increíbles, me hicieron creer que eran una cosa, cuando en realidad son otra— Lucrecia que aún sigue procesando la confesión de Nicholas por fin parece reaccionar, recupera su pose de siempre y toma a su nieto de la mano.

—Eres una maldita escoria Fiorella— dice sonriéndome, es jodidamente loca, me metí a la cueva de lobos aquí— Espero que tú y el maldito de tu prometido se pudran en el peor de los infiernos, sé que será más pronto que tarde— no me da tiempo a analizar esas palabras porque añade— Vete de mi mansión y tienes prohibida la entrada.

—Con mucho gusto me largo— suelto el nudo de mi delantal, me coloco frente a Nicholas y se lo entrego— Creía en ti Nicholas, me dijiste una vez que tu hermano era peligroso, cuando en realidad lo eras tú—levanta su vista y me observa a través de sus lentes— Espero no termines igual de trastornado que tu padre o peor aún— miro a Lucrecia la lunática—Que tu abuela.

Con eso recojo mis cosas y me dirijo al patio trasero, sé que a esta hora Anastasia siempre se encuentra jugando en su columpio, cuando llego hasta ahí la encuentro sentada al pie de uno de lo árboles con lo que parece es una zapatillas de ballet.

—Fio— grita mientras se tira a mis brazos, es muy inocente para esta familia, solo espero que sus padres no estén tan mal como el resto de su familia, su tía también es una loca.

—Venia a despedirme Ana— le digo a la pequeña.

—¿Ya no vas a trabajar para mi abuela?— pregunta triste, siento como mi corazón se aprieta cuando veo que en sus ojitos se forman lagrimas— Por favor no te vayas— pide abrazándome.

—Pronto voy a iniciar la universidad y si sigo trabajando no tendré tiempo para mis clases— le miento, no merece saber la clase de monstruos que son los miembros de su familia— Además— la tomo de sus mejillas y con mis pulgares limpio sus lágrimas— Tengo que planear una boda, me voy a casar con Maximiliam— su carita de tristeza es reemplazada por una hermosa sonrisa, se parece mucho a la señora Margot.

—Siiii— grita emocionada— Por fin mi sueño se hace realidad, además de mi mejor amiga serás como mi tía— me abraza más fuerte— Tú y mi primo me darán muchos primitos con los que jugar— dejara de ser pariente de Maximiliam, ¿Ella también quiere ocho?

—Aún es pronto para eso, pero sí, algún día te daremos primos— Ana frunce su ceño.

—Espero que sea una niña, voy a empezar a buscar nombres para niñas— me besa ambas mejillas— Visitame si, por favor— recuerdo las palabras de Lucrecia de no volver.

—O podríamos salir a dar un paseo o de compras, necesitaré la ayuda de mi mejor amiga para prepararme para la boda— la pequeña me habla por unos minutos más sobre sus ideas para el vestido perfecto y me cuenta que sus zapatillas de ballet son porque pronto entrará a practicas.

Antes de que Lucrecia se entere que continuo en su mansión de jardines blancos, decido despedirme de Anastasia e irme a casa, necesito tener mi mente tranquila y no parecer angustiada, no quiero que Maximiliam se entere de lo que sucedió hoy.

En el camino al penthouse compro algunos ingredientes para preparar galletas, espero que esta vez Maxi al menos se coma una.

Llego al edificio, subo a nuestro piso y entro a mi nuevo hogar, a lo lejos escucho la voz de Maximiliam, parece que está en una llamada, internamente esperaba que aún no llegara a casa para sorprenderlo con mis galletas.

—Hola— saludo sonriendo mientras coloco la bolsa con los ingredientes en la mesita del salón, Maxi cuelga su llamada y con su hermosa sonrisa me recibe.

—Llegas temprano mi amor— paso a paso se acerca, sus ojos hacen una rápida barrida por mi cuerpo, su sonrisa se borra y es reemplazada por una mirada de muerte, con una delicadeza que contrasta con su expresión asesina toma mi brazo, el brazo que me apretó Nicholas— ¿Quién te hizo esto Fiorella?— Cazzo.



Y como dicen en mi país, a la gran putaaaaa, el Zorro va de casería.
Besos en el poto 💋

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