Extra #2

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Maximiliam

Meses antes del Epílogo

—Absolutamente no— digo con voz firme a Jennifer, la pelinegra me dirige una mirada de enojo y está por discutir cuando Diff entra en el salón.

—Cariño dile algo— le dice señalandome con sus manos como si yo fuera el problema.

Claro que nosotros no somos el problema, ¿Cómo se le ocurre que se va a llevar a mi esposa a un concierto?
Solo ellas dos, lejos de mi vista. Y no, no estoy exagerando, mi bebé y yo la necesitamos aquí. Solo necesitamos cerrarle la boca a Jennifer y todo estará bien.

—Vamos Maximiliam— habla mi no tan amigo en estos momentos— Déjalas que se diviertan.

—Les recuerdo que tienen dos niños que cuidar— digo como si no fuera obvio mientras me cruzo de brazos.

—Eso no es problema— bufa la pelinegra— Mis bebés estarán con su padre— señala a un Diff claramente arrepentido por sus palabras, Queremos verlo lidiar con esos demonios.

—Claro— dice con un tono de voz alegre, pero es obvio que se esfuerza en convencerse a sí mismo.

—Estarán ustedes con los niños, pasen tiempo de papis— Jennifer parece muy feliz con sus palabras.
Sabes que Fabiano y Jeremy no están, los rusos tampoco y el viejo salió, Diff y tú están solos en esto.

—Estamos acabados— digo más para mí que para los dos.

—¿Quién está acabado?— pregunta la suave voz de mi esposa llegando a nosotros.

Me detengo a detallarla, la muy astuta ya se encuentra lista para salir. Lleva un lindo top blanco con una falda de cuero que le queda de maravilla. Mierda, está muy sensual. Solo pienso en llevármela a nuestra habitación y no salir nunca.

Sus hermosos ojos se posan en mí cara y me de una sonrisa tímida, como si supiera mis pensamientos, Ella lo sabe.

—Solo iremos por unas dos horas— dice rodeando mi cintura con sus brazos, su olor a manzanas que tanto amo me llena las fosas nasales— Te llamaré.

—Sabes que nunca podré negarte nada— le doy un beso profundo sin importarme la presencia de más en el lugar— Pero ten cuidado.

—Sabes que puedo defenderme— me sonríe, NO ES ELLA LA QUE NOS PREOCUPA,CAPAZ Y DEJE SIN CABELLO A OTRA RUBIA QUE VEA EN EL CONCIERTO.

—Vamonos antes de que cambien de opinión— Jennifer le da un rápido beso a Diff y tomando de la mano a mi corderito ambas desaparecen por la puerta.

—¿Vamos a morir en estas dos horas?— pregunta Diff.

—Es lo más probable.

—Tengo que bañar a mis tormentas y después meterlos en la cama— mi amigo se acerca para colocarme una mano en el hombro y aprieta— Deséame suerte.

—Necesitarás un milagro— me burlo, Cecilia y Dante son la definición de pequeñas tormentas, no comprendo como seres tan pequeños cargan tanta energía.

—Maldito.

Con eso se va y me deja a mi solo en el salón. Estoy seguro de que mi mujer dejó a mi pequeño guerrero listo para dormir, solo haría falta su lectura de siempre.

Subo hasta la habitación de Ayax y como ya es costumbre el pequeño ya se encuentra sentado al pie de la cama esperando. Verlo siempre es una bendición, mis días son tan perfectos con solo saber que mi hijo respira, lo amo tanto que haría todo lo imposible por su bienestar.

Sepulcro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora