Extra #1

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Henry

Mierda estoy muy nervioso, no sé como pedirle esto a Jenny, tengo que hacerlo, ya llevamos saliendo oficialmente unos meses y quiero pedirle que se venga a vivir conmigo.

Aun me parece irreal que una chica tan fascinante como ella, me haya permitido estar a su lado. Admito que me intimidada un poco cuando la conocí por primera vez en la Fosa.

La verdad no quiero recordar el tiempo que pasamos ahí, me siento impotente al recordar los castigos impuestos por los dirigentes. Me daba igual las palizas que me daban, pero mi corazón se desquebrajaba cuando las que las recibía era ella.

La imagen de lo  maltratado que quedaba su hermoso cuerpo, hace que mi visión se ponga roja, he pasado la mayoría de mi vida luchando para controlar mis impulsos de ira.

Algo que me hizo conectar rápidamente con Maximiliam, a parte del instinto protector por Jennifer, es que ambos luchamos contra nuestros propios demonios, pero digamos que yo si puedo hacerlo, pero él, no mucho.

Me alegro mucho que haya encontrado a la pequeña Fio, desde que están juntos lo noto más tranquilo y en paz, mi hermano se merece eso y más. Jamás podré agradecerle que nos haya sacado a mi Jennifer y a mí de ese lugar tan maldito.

Ahora que ambos se encuentran en México, tengo pase libre para ocupar todo el tiempo de mi chica, sin que nos interrumpan.

Ahora me encuentro en mi departamento esperándola, me tomé la libertad de poner en práctica algunos consejos de Fiorella en la cocina y le preparé una cena italiana a Jennifer, espero si sepa bien.

Llaman a la puerta, ya llegó, me limpio las manos y me dirijo para abrirle, al hacerlo me encuentro con la pelinegra más hermosa del mundo.

—Pero que hombre tan sexy es este— dice riendo, observa con una mirada pícara mi delantal—Me saque la lotería, además de sensual, mi novio es chef— no resisto más, así que la tomo de la muñeca, cierro la puerta y la pego a mi cuerpo otra chocar nuestros labios.

—Ven, te tengo una sorpresa—me quito el delantal y lo dejo sobre la encimera de mi cocina, la dirijo hacia donde tengo nuestra mesa preparada con la comida— Preparé esto con un poco de ayuda virtual de Fiorella, saluda por cierto— le digo.

Ella me voltea a ver con una ceja levantada, no dice nada mientras se siente en una de las sillas.

—¿A qué debemos esta linda cena?— pregunta divertida, olfatea su platillo y la sonrisa más linda que he presenciado aparece en su rostro, trago saliva nervioso mientras tomo asiento.

—Necesito decirte algo importante— de pronto su sonrisa desaparece y me observa con el rostro decaído.

—Eso no suena nada bien— dice riendo pero el gesto le sale forzado.

—Yo lo he pensado mucho y creo que lo mejor para nosotros es...— no termino porque ella me interrumpe.

—¿Quieres dejarme?— pregunta en un murmullo, la observo asustado—¿Es eso verdad? Me dejaras como lo hicieron mis padres— la voz le sale tan rota que me quiero patear por no ser claro al hablar.

Jennifer y yo hemos estado trabajando en esos sentimientos negativos contra los que luchamos, a pesar de que han pasado años tenemos mucho que mejorar.

—Está bien, lo entiendo— dice parándose—Es algo con lo que siempre he lidiado, el abandono no es nada nuevo para mí— observo como mi chica fuerte cae lentamente en las malas jugadas de su mente—Si ni mis propios padres me quisieron, que podría esperar del mundo— dice viendo hacia el techo—No soy suficiente.

—¡BASTA!— grito haciéndole saltar— Ya hemos hablado de esto, esos pensamientos no tienen que tener lugar en tu mente— me acerco hasta ella, tomo su rostro con mucha delicadeza—Jamás, escuchame bien, jamás seré suficiente, yo, para ti— ella dirige sus ojos asustados hacia los míos— Pasé mi vida entera rodeado de mujeres de mierda Jennifer, ¿Cómo puedes si quiera creer que la que cambió mi forma de verlas no es suficiente?

—Quiero creerlo, lo juro, pero mi mente no me deja— dice dejando escapar una lágrima, rápidamente la limpio con mi pulgar.

—Lo lograremos, juntos— le doy un beso en su párpados húmedos—Y más si aceptas venir a vivir conmigo— le suelto directo, ella levanta su cabeza y me observa tímida.

—¿Por eso era la cena?— pregunta algo avergonzada, asiento con la cabeza—Ay lo estropee todo ¿verdad?

—Entiendo como te sientes, sé tu historia mejor que nadie, eres mi laochra— le digo el apodo con el que siempre la he llamado.

—Me encantaría vivir contigo, mi caomhnóir— sonrío ante mi propio apodo, la beso en la punta de la nariz, luego en ambas mejillas y por último en sus hermosos labios.

Luego de eso, disfrutamos de nuestra cena, que gracias a las clases virtuales de Fiorella salió bien, lo bueno de que ella y Maximiliam estén lejos, es que el loco, no podrá golpearme por y cito: Jodidamente perturbar a su mujer con mis mierdas.

Entiendo que no quiera compartir ni un minuto de su tiempo, porque aquí en este preciso momento, mientras tengo a Jenny dormida en mis brazos, siento un profundo deseo por detener este momento y que solo seamos ella y yo.

Sin nuestros pasados, sin perturbaciones, sin dolor, sin nada que atormente nuestras mentes. Porque eso es precisamente lo que sucede cada vez que cierro los ojos, mi mente me lleva a mi infancia. El burdel donde crecí y me pasaron tantas cosas, que es mejor no recordar. Nadie sabe sobre ello y espero mantenerlo así, no vale la pena aferrarse a algo que ya no tiene presencia en mi presente o en mi futuro.

Estoy por disfrutar de una noche con mi chica valiente cuando soy bombardeado por un sin fin de mensajes, que ignoro, pero cuando insisten con una llamada, no puedo hacerme el loco.

Con cuidado de no despertar a Jennifer, me levanto y tomando mi teléfono de la mesilla de noche salgo al pasillo para poder hablar con... observo la pantalla y frunciendo el ceño, contesto.

—¿Sergei?— pregunto, este Irlandés loco, ¿Qué querrá?

Necesito que vengas a la empresa de Maximiliam, encontré información importante, así que no tardescon eso cuelga, genial, ahora tengo que irme a ver a este viejo en la madrugada.

Regreso al cuarto y no me sorprende encantrar a una Jennifer somnolienta.

—¿Tienes que irte?— pregunta en medio de un bostezo, le doy un sonido afirmativo mientras me coloco los pantalones.

—Es Sergei— es todo lo que digo, ella asiente como si eso lo explicara todo.

—No me sorprende, maneja con cuidado— dice recostandose de nuevo, con una sonrisa niego y me acerco hasta ella.

—Prometo volver— digo dándole un beso en la cabeza, tomo mis llaves y volteo en dirección a la puerta que da a la que ahora es nuestra habitación— Te amo mi laochra— digo mientras abro la puerta para salir, solo espero que mis mierdas no me impidan decírselo pronto.

¿Me extrañaron?
Por acá les dejo un extra de nuestra parejita secundaria hermosa, aquí vemos un poco de algunas batallas con las que lidian nuestra Jennifer y Diff.
Besos en el poto 💋

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