El contorsionista

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Hace quince años atrás.



Mammon cerró la puerta de su lujoso estudio en el palacio de la Codicia. Ajustó el traje de negocios y su larga corbata colorida, ya que era la hora de cerrar el trato que venían hablando desde hacía horas. Su poder de convencimiento era grato a la hora de conversar sobre dinero y necesitaba persuadir a su gran aliado para finalmente poner manos a la obra en su gran estrategia de negocios futura.

—¿Qué tal unos veinte millones como adelanto? Vamos, Ozzie —lo animó el rey de la Codicia al momento que se sentó frente a él del otro lado del escritorio—. Sé que debes tener un par de horas libres en tu agenda. Te aseguro que cuando el cachorro empiece a generar dinero, te obsequiaré una gran recompensa.

Mammon ofrecía una buena cantidad como honorarios y como parte de todo el dinero que se necesitaba para poder llevar a cabo la rehabilitación de ese pequeño imp, su gran diamante en bruto. Estaba tratando de convencer al rey de la lujuria, Asmodeus, de llevar a cabo esa reparación. Sería un desafío emocionante para él por lo que lo conocía, ya que nunca había reparado semejante desastre antes.

Asmodeus no se mostraba interesado desde el segundo uno. Estaba allí, sentado frente a él y tratando de fingir una posición neutral frente al asunto. Sin embargo, su mirada era francamente aburrida desde que Mammon comenzó a hablarle. El sujeto le insistía día y noche en ese proyecto, el cual consideraba una perdida de recursos. Ozzie era el pecado de la lujuria, manejaba grandes cantidades y variedades de tecnología que traían los súcubos desde el mundo de los vivos, incluso en avances de la medicina. Experimentaba con algunos imps, íncubos y hellhounds en su clínica privada para implementar los recursos y probar la anatomía de los cuerpos.

No obstante, el caso que le presentaba Mammon era diferente en el mal sentido. A Asmodeus no le importaba el dinero en sí, tampoco la recuperación de la nueva propiedad de la Codicia. No eran sus campos, tampoco le traería muchos beneficios.  Eso significaba que saldría perdiendo por todas partes. Y a pesar de que se negaba, Mammon seguía insistiendo en salvar la integridad física de ese imp. ¿Qué era lo que tenía de especial en todo caso?

—Leí el informe médico del imp con el que firmaste. De hecho, fui muy meticuloso al evaluar el caso —le respondió Asmodeus con un rostro serio y frío—. No es mi especialidad, como sabes. Nunca he hecho algo como esto.

Reparar al cachorro no era imposible. Pero no estaba seguro de si valdría la pena tanto esfuerzo y tiempo, no entendía porqué al contrario le importaba tanto si podría capturar a cualquier otro imp que fuera bueno en el entretenimiento y seguir adelante. Esforzarse tanto por un caso perdido que terminaría muriendo definitivamente no valía la pena.

—Mammon, su esperanza de vida es casi nula, está destrozado de principio a fin —Asmodeus decidió ser honesto. Le largó la realidad para intentar hacerlo entrar en razón—. Puedo repararlo con mi nueva tecnología, puedo intentar hacerlo vivir unos años, pero su cuerpo no lo resistirá a largo plazo. Será una pérdida de tiempo y de dinero —le reiteró sin nada de tacto—. Los imps son muy débiles en general, pero este se encuentra particularmente en el peor estado que he leído.

Mammon hizo oídos sordos. Ambos estaban hablando de un ser sintiente que aún seguía con vida, pero, en ese instante, para ambos era solo una propiedad. Una especie de animal que podría causar ganancias o también hacerlos perder el tiempo. En su naturaleza de pecados capitales, la fría crueldad de tener que tratar con un ser inferior seguía latente y palpable.

—Voy a estirarme a cuarenta millones. Eso cubre tu presupuesto y hará que cierres la boca y solo trabajes sin quejarte —Mammon quiso ser simpático y, con una sonrisa bastante enfermiza, se cruzó de brazos sobre el escritorio y miró a los ojos a Asmodeus—. Te lo digo, es una mina de oro. Y somos amigos, ¿verdad? Hoy por mi y mañana por ti —lo animó con más énfasis, ya que los pecados debían ayudarse entre sí—. Incluso si no cubre tus expectativas, podré exprimir un poco más de él cuando esté reparado y extenderte otro cheque en el futuro, ¿es un trato?

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