Pedazo de pastel

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Ese mismo día, Asmodeus abrió la puerta de la secretaria principal de la clínica. Un lugar espacioso dónde los archivos de los pacientes se almacenaban y dónde el personal administrativo hacia sus quehaceres.

—¿Disculpe? —avanzó y cerró la puerta, su gran tamaño invadió la habitación y resaltó debido a los fuegos azules de su plumaje.

Llegó hasta el jefe de turno, un íncubo con uniforme de médico clínico que estaba revisando una carpeta de papeles. El hombre se sobresaltó y giró hacia atrás al escuchar la voz profunda y grave de Asmodeus.

—¡Señor! ¡Oh, que gran sorpresa! —el íncubo se alegró plenamente al ver al rey de la lujuria en la propiedad, no era común que estuviera allí—  Hace décadas que no se pasa por la clínica personalmente, ¿qué lo trae por aquí?

—El caso de Fizzarolli, el del cuarto seis —Ozzie tomó asiento a un lado del escritorio principal y se cruzó de piernas, ya que planeaba que la conversación fuera larga y tendida—. Me gustaría que me hable de él. El informe es largo y frívolo, es detallado y lo entiendo. Por lo que pude ver en persona, parece un imp muy traumatizado —el pecado observó al médico principal sin ninguna emoción en particular, debía evaluar la situación por si mismo—. ¿Podría hablarme de su situación? No solo de su cuerpo. Quiero saber si existe la posibilidad real de hacerlo vivir a largo plazo. En sus condiciones actuales, no creo que sea posible.

Asmodeus no podía quitarse la imagen de ese pequeño cachorro de imp durmiendo, la cálida forma la que su torso subía y bajaba debido a su respiración tranquila. Tenía hambre de vivir, por eso seguía luchando. Y tal vez podía ayudarlo, solo necesitaba saber un poco más sobre él para brindarle las herramientas necesarias que no fueran solo de índole médico.

—Bueno... Hay muchas cosas que decir de él —el incúbo se rascó el mentón de forma pensativa, ya que era tanto que no sabía por dónde empezar—. El paciente puede hablar solo con lenguaje de señas. Probablemente su capacidad mejore con sus nuevas prótesis, se las colocaremos mañana a primera hora y tendremos que empezar con sus adaptaciones. Las prótesis sueles ser rechazadas y fallar en primera instancia. Será un proceso largo y doloroso, debo ser honesto —apiló algunas hojas de informes sobre el escritorio y trató de leer un poco mientras se ajustaba los lentes y agitaba un poco sus alas— Su rehabilitación física empezará cuando los transplantes estén terminados. En un mes y, si todo marcha bien, colocaremos las piernas. Los adaptadores en sus músculos están sanos por ahora, aunque no debemos confiarnos, ya que si el estado anímico del paciente recae, todo se podría ir por la borda —el médico torció una mueca tensa, ya que era una situación muy delicada y cualquier mal movimiento en las intervenciones de Fizzarolli podrían herirlo de muerte—. En cuanto lo demas, él puede alimentarse bien, obedece fácilmente. No es un chico difícil de tratar.

Asmodeus se quedó pensando por un tiempo. Entendía las limitaciones físicas y el progreso que había logrado en otras clínicas antes de que llegar a la suya. Sin embargo, aunque permanecía regular en cuanto a su recuperación, lo más importante para seguir adelante era su psiquis.

—¿Cómo está mentalmente? ¿Es peor de lo que se ve? —preguntó Ozzie siendo aún ignorante de la calamidad que había atravesado a Fizzarolli para llegar hasta ese lugar.

El íncubo lo observó luego de dar un largo y agotado suspiro. Esa era la peor parte, el único lugar que no podría repararse sin dejar que los años pasaran. Para el paciente, todo iba mortalmente rápido y aunque estaba comprometido en la rehabilitación de su cuerpo, no había una fórmula realista o lineal de seguir para que su mente estuviera bien. Ni siquiera había garantía de que eso pudiera pasar.

—Está muy jodido, absolutamente destrozado —el médico fue franco, tomó asiento al otro lado del escritorio y encendió un cigarro—. No puede hablar por el trauma del accidente. Imagínelo, señor. Perdió a su familia, al circo en el que trabajaba. Y los que sobrevivieron, lo abandonaron —le explicó en poca profundidad porque nadie estaba seguro de su historia a pleno, solo los detalles más mortíferos y tristes—. Un imp ha querido visitarlo algunas veces, pero nos hemos rehusado por órdenes de Mammon —le explicó sin darle mucha importancia, ya que después de todo, solo era alguien que recibía órdenes de los de arriba—. No necesita más daño de terceros de su pasado. Necesita recuperarse pronto.

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