Capítulo 1

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- Thor -

Han pasado casi tres años desde que visité Midgard por última vez y no he sabido nada de Jane en todo este tiempo. Me castigo a mí mismo por no haber vuelto, pero las cosas en Asgard no son precisamente fáciles, Loki sigue siendo uno de losmayores problemas que tenemos, además de enemigos que surgen desde facciones desconocidas y empiezo a plantearme sobre la forma en que siempre siempre les hemos hecho frente es realmente efectiva y disuasoria. Por no recordar  que nuestro padre está cada vez más débil y no puedo compartir mi preocupación con él; cuestionarle de esa manera no le hará ningún bien.

Cada poco me aparto de mis obligaciones con el reino para visitar a Heimdall, con la esperanza de saber sobre Jane, pero la respuesta es siempre la misma: ha cerrado todo contacto con Asgard y conmigo por propia voluntad y si ella no quiere que Heimdall la vea y que yo no sepa nada de ella, no puedo hacer nada. Tengo que respetar su decisión.

Cada vez que Heimdall me confirma que no hay cambios con ella, siento angustia y remordimiento por no bajar a buscarla, pero ella no quiere que yo sepa de su vida por algún motivo. A veces mi mente divaga sola y surge la posibilidad de bajar a verla para hablar de todo lo que nos ha pasado este tiempo, aunque lo descarto rápido. Debo centrarme en Asgard y Padre, centrarme  en mi futuro reino, las batallas y acuerdos con otros reinos tanto de mi país como salvaguardar el equilibrio del universo.

Ahora me encuentro dando un paseo por los jardines de palacio, divagando sobre Jane, recriminándomelo a mi mismo, pero sin cesar la acción; cuando percibo la presencia de otro ser en mi mente, poniéndome en estado de alerta inmediatamente. La voz de Heimdall resuena y me relajo en cierto modo, pero que contacte conmigo de esa forma no significaba nada bueno.

- Mi señor, siento molestarle, pero requiero su presencia en el Bifröst lo más pronto posible - me traslada Heimdall con su habitual tono tranquilo.

- Allí estaré - contesto esperando no reflejar el nerviosismo que me ha invadido levemente. El hecho de la petición de Heimdall pueden significar muy pocas cosas: problemas en algún otro reino, una guerra nueva dentro de Asgarf, Loki o Jane. No sé que situación prefiero evitar.

Me presento en la entrada del puente Arcoíris gracias a Mjölnir.

- Mi señor - saluda Heimdall de forma solemne - Me alegra su rapidez.

- ¿Qué ha pasado? - pregunto, en estos momentos, los formalismos sobran.

- Jane Foster ha retomado el contacto conmigo esta mañana. Es más... en el momento que reabría el contacto noté en ella un sentimiento de desesperación muy fuerte y usted... era la razón de esa sensación.

- ¿Yo? Tengo que bajar - contesto tras reflexionar un momento - Tengo que verla.

- No le detendré, creo que tiene que reencontrarse con ella. Pero señor... no se sorprenda por lo que encontrará, tenga una mentalidad... abierta - me advierte.

- He estado en Midgard mucho tiempo, créeme cuando te digo que soy de los asgardianos más abiertos de mente de todo el reino; Midgard tiene costumbres que nunca llegaré a entender pero las disfrutó y comparto como ellos lo harían.

- Cuando vea todo lo que veo y siento mi señor... venga a hablar conmigo y tomaremos un té - intenta bromear con una sonrisa. Ese comentario me hace relajarme de manera extraña, es raro percibir a Heimdall de esa forma.

- Prepara el puente, me voy ahora - sentencio.

- En seguida mi señor, no preveo ningún peligro. Le dejaré a las puertas del laboratorio de Jane Foster, espero que vuelva pronto...

Heimdall comienza a abrir el puente y me sitúo en el límite esperando la señal para entrar.

- ... y que no vuelva solo - termina Heimdall mientras yo asiento un poco confundido. Quiero preguntarle qué ha visto y qué ha cambiado estos tres años, pero la prisa por ver a Jane me puede.

Me adentro en el Bifröst y espero a que mis pies noten el cambio en la estructura del suelo. Pienso detenidamente en el último comentario de Heimdall y, sinceramente, deseo que algún día pueda traer a Jane a Asgard conmigo, pero no es una asgardiana, nunca podrá vivir allí, ni mucho menos ser reina. La tendría que ver morir mientras yo no envejezco. Ninguno de los dos se merece ese castigo.

Noto suelo firme y vislumbro unas grandes puertas de cristal, con un cartel en la parte superior que indica que es un laboratorio. El reflejo de las cristales revelan mi forma con los ropajes usuales a las de este reino. Enfoco mi mirada hacia el interior del laboratorio, observando una mujer tras una mesa, apuntando cosas en una libreta. Sin más miramientos entro en busco de Jane.

La mujer de la mesa levanta la mirada y se paraliza al verme, sin poder articular palabra y boquiabierta. Al mismo tiempo que avanzo hacia ella para preguntar donde esta Jane, identifico unas escaleras a la izquierda, dejando a la derecha más puertas de cristal que revelan varios equipos informáticos; veo el logo STARK por todos ellos y bufo silenciosamente una risa. 

Opto por las puertas al ver discretamente unas sombras, la mujer intenta detenerme gritando frases que no logro escuchar al estar tan cerca de mi objetivo. Solo paro cuando se pone ante mí con los brazos abiertos.

- ¡El acceso está denegado!

- ¿Dónde está Jane?

Espero calmado una respuesta, pero cuando al escuchar que la señorita Foster no acepta visitas sin cita previa, rodeo a la pequeña mujer y me adentro en las salas con paredes de cristal. Sus gritos no tardan en reaparecer y noto como me sigue, pero no se atreve a frenarme. Los pasillos se ramifican en varias posibilidades y no sé cual elegir, pero si me paro seguro que la mujer vuelve a pararse ante mí y despertaría más alboroto todavía, aunque puede que eso es lo que necesito para llamar la atención de Jane. 

- No jodas - dice una voz femenina muy familiar. Al instante veo a Darcy al final del pasillo con cara de haber visto un fantasma. 

Voy hacia ella mientras la asistente le dice a Darcy que intentó detenerme y que la ayude a echarme; la pelinegra contesta que no pasa nada sin mirarla. Me paro en frente de mi amiga y pregunto por Jane; ella se queda callada. Sé que esta debatiendo interiormente qué contestarme. Jane debe de odiarme, pero entonces por qué abrió la comunicación con Heimdall sino. Seguramente no sepa lo que ha reabierto el canal conmigo, puede que conseguido olvidarme y solo guarde pena hacia mí; quizás una negativa rotunda de parte de Jane sea lo que necesito para olvidarla y centrarme en Asgard.

Darcy abre la boca pero el sonido de una puerta abriéndose nos hace girar la cabeza: distingo a una cansada y nerviosa Jane aparecer por ella. Detrás de ella hay más personas pero ahora mismo no me importa.

- Thor...

El legado de Thor ➸ COMPLETA (y editando primera parte)Where stories live. Discover now