Capítulo 2

4.7K 317 41
                                    

- Elisa -

No sé cuando estuve dormida, ni si quiera sé si estoy despierta. Solo sé que estoy viva. El dolor es menor, pero sigue quemándome el pecho a cada latido de mi corazón.

Recordé lo que me dijo mi abuela, para distraerme del dolor: "Dile a Odín que le amo con toda la fuerza de los nueve reinos juntos. Mucha suerte pequeña Elizabeth, sé fuerte e inteligente, Asgard necesita una buena reina. Ten siempre fe, Elizabeth Thorson..."

Odín, mi abuelo... Yo... Ya lo conocía, algo en mí de dice que lo conozco... Había soñado con él... Algo en mí hizo clic y recordé todo el sueño que tuvimos. Él ya me conoce, sabe de mi enfermedad, sabe que iré a Asgard... Él me curó cuando me desmayé...

Frigga, mi abuela. Sé muy poco de ella, pero la admiro. La admiro por sacrificarse para salvar a mi madre; porque gracias a ella, mi padre y mi tío han crecido llenos de amor; porque ella ha protegido a Odín siempre; porque ella me ha salvado sin conocerme... Tengo una deuda con ella que algún día cumpliré, lo prometo.

- Thor -

Ya han pasado dos días desde que hemos llegado a casa, dos días en los que Elisa no ha mostrado cambios. Yo sigo investigando como ayudarla cuando despierte, qué decirle a mi hija, a cómo ayudarla a adaptarse a un nuevo mundo.

Lo único que he podido hacer es averiguar cómo hacer que deje de crecer tan rápido y tenga el mismo largo de vida que un asgardiano; necesita tener a su lado el Teseracto y, siguiendo la tradición de los antiguos reyes, ella decidirá en que objeto quiere que sea incrustado el Teseracto para que pueda tenerlo siempre con ella. A decir verdad, el Teseracto no se ha separado de Elisa en ningún momento, sigue flotando sobre su pecho, regulando su metabolismo.

Para salvarla del todo, necesito que despierte. Siempre que me voy a dormir, me quedo observándola y preguntándome como no pude darme cuenta de que es mi hija. Es igual que yo, menos por el pelo. Si hubiese sabido quien era ella realmente, seguramente no estaría perdida en su propio sueño. Me habría negado que participase en la batalla con Loki, la habría llevado a Asgard el mismo día que la conocí... Jane, ¿por qué no me dijiste que tenemos una hija? No quiero ni pensar como lo habrás pasado estos años, lo siento tanto.

- Deja de torturarte a ti mismo - dice la voz de Sif, sentada en la cama de Elisa, estudiándola. La miro de reojo, desde que ella se presentó en mi habitación para ver a mi hija, ninguno habíamos dicho nada.

- ¿Cómo sabes en qué estoy pensando?

- Es fácil, estas mirando por la ventana desde que entré, con la mandíbula cerrada fuertemente y con el ceño fruncido. Además que te conozco desde que nacimos y sé que en estos momentos, solo te puede rondar por la cabeza dos cosas, y ambas están relacionadas con Elisa.

- Sif - me giro para verla. Ella miraba de una manera que no pude descifrar a Elisa, era una mezcla de pena, cariño y tristeza - No entiendo que está pasando, todo ha cambiado...

- Lo sé, nadie hubiera esperado esto. Pero dudo mucho que te arrepientas de que ella haya nacido, la quieres, pero tienes miedo de hacerlo mal.

- Ya lo he hecho mal, no despierta...

- No es tu culpa, ha sido el destino. Estoy segura que pronto despertará - Sif se puso en pie y se dirigió a la puerta - Lo único que quería haberte visto hacer, es a ti de padre, con un pequeño bebé en tus brazos, paseándola orgulloso por todo el reino. Te pega hacer eso - sonrió sin mostrar los dientes mientras miro a mi hija.

- Gracias Sif, no sé qué haría sin ti - digo sincero mirándola.

- Probablemente cagarla, pero estoy acostumbrada a salvar tu real culo - ambos reímos fuerte. Mi amiga se va, dejándome solo con mi hija.

El legado de Thor ➸ COMPLETA (y editando primera parte)Where stories live. Discover now