Epílogo

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- Odín -

Hace miles de años, mucho antes de mi abuelo Buri y su padre, y el padre de su padre, los nueve reinos vivían en constantes guerras, pero aislados en sus propios mundos.

La muerte era un hecho más que aceptado en su época y por supuesto, los reyes combatían en las guerras, pero solo se les dejaba participar en ellas cuando tenían mínimo dos hijos, para así asegurar que la línea dinástica del rey no moría con él si caía en la guerra.

Pero eso a veces no era suficiente, ya que sus hijos tardaban cientos de años en conseguir la edad adulta para reinar. Por lo que la naturaleza dotó a un niño con un poder con el que alcanzaría la edad adulta en muy poco tiempo, para que el linaje real no se perdiese, ya que el destino ya sabía quién debía ser soberano y quién no.

Ese poder era un crecimiento acelerado, que convertía a los hijos de reyes en adultos, a los dos años de haber nacido. Así podían luchar y tener descendencia con más rapidez que sus antepasados. Pero estos individuos morían rápido, al igual que sus hijos que heredan el gen.

Este gen solo se hace presente cuando estalla una gran guerra en la que se tenga que ver involucrado el rey, por lo que era normal que un rey con crecimiento rápido (que había ganado la guerra y el reino no corriese peligro) tuviese descendencia con un crecimiento normal. Pero en cuanto se avecinase otra guerra, el gen reaparecía. Es como si el gen pudiese ver el futuro.

Un día, cuando Asgard estaba en otra guerra civil, un guerrero se encontró en el bosque el Teseracto en su forma más primitiva. En cuanto lo tuvo en su poder, notó todo el poder que emanaba de él y se lo llevó a su casa. Una vez dentro de ella, elaboró una espada catalizadora, en la que insertó el Teseracto y salió de nuevo a la lucha.

Gracias a la espalda, pudieron ganar la guerra, ya que esta parecida que tenía vida propia: guiaba al guerrero en todos sus ataques, posiciones y hacía sus acometidas el triple de fuertes y certezas de lo que jamás soñó su portador. El Rey, impresionado por el guerrero, quiso premiarle con incontable regalos, que se instalase en su castillo y ofreciendo la mano de su hija. El guerrero, humilde y de buen corazón, rechazo todos los obsequios del Rey argumentando que él no quería que la princesa se casase con un desconocido y se viese atrapado en un matrimonio siendo tan joven ella. Además, él había amado a su mujer con toda su alma hasta el día que ella murió por una enfermedad y ahora, su vida giraba en torno a la hija que tuvieron.

El guerrero también le entregó la espada que él mismo había creado a partir del Teseracto, desconocido en esa época, diciendo que esta arma era demasiado poderosa, temía corromperse si seguía portándola y confiaba en el que el Rey sabría hacerse cargo de ella.

El Rey, atónito al escuchar las palabras que decía aquel hombre, le prometió que ni a él ni a su hija le faltaría nunca nada, ni a los hijos de su hija, ni a sus nietos. También juró por su vida que se haría cargo de la espada como mejor supiera. Al coger la espada, sintió como la energía y fuerza que percibió desde el momento en que nació, se equilibraba y lo tranquilizaban.

Desde ese momento, el Rey creció como un asgardiano más (aunque solo tuviese tres años, aparentaba veintisiete) y gozaban de varios cientos de años en paz, sin altercados. Su hija, quien acababa de nacer cuando acabó la guerra, también creció con normalidad. Tuvieron dos hijos más, pero en el cuarto embarazado de su mujer, estalló otra guerra, en la que el Rey murió, por lo que la hija mayor se hizo cargo de la corona y de la espada con el Teseracto. Al nacer el cuarto hijo de la antigua Reina, este heredó el crecimiento acelerado y a los dos años, su hermana mayor le cedió el trono al ser él, el destinado a ser Rey.

El Rey fue en camino a la guerra con la espada, pero sin sus otros hermanos, ya que ellos deberían estar vivos por si él moría. Cuando llegó al campo de batalla, los enemigos propusieron que su mejor guerrero luchase contra el Rey y quien ganase el duelo, sería el vencedor de la guerra. El Rey aceptó y comenzó su lucha; el enemigo era muy fuerte y el Rey al no tener tanto entrenamiento como su rival, lo tuvo muy difícil. Pero gracias a la espada pudo vencer, aunque esta acabó rota al recibir un fortísimo golpe del escudo del adversario.

Al llegar a palacio, celebraron una fiesta que duró meses. El Rey llamó al guerrero que ayudó a su padre en la guerra, para que crease otra arma con el Teseracto (esta vez un mazo en vez de la espada), ya que él se había quedado sin el catalizador y volvía a crecer de forma descontrolada. Gracias al guerrero, conoció a la hija de este y su futura mujer, ya que acabaron enamorados.

Tuvieron una hija al poco de casarse, pero lamentablemente, ella heredó el crecimiento rápido de su padre sin haber una guerra. Rey y Reina lloraron por no poder hacer nada por su hija, quien no paraba de crecer y moriría a las pocas décadas. El Rey decidió entregarle su mazo y abdicar en ella, para que pudiese vivir su vida. El Rey murió a las décadas, pero con la conciencia tranquila de dejar su reino en paz y a otros dos príncipes para Asgard.

La nueva Reina mandó hacer más pequeño el mazo, porque era demasiado grande para ella. Su mandato fue uno de los mejores para Asgard, la Reina quería hacer honor a su padre y sus abuelos por hacer todo lo que hicieron, sin ellos, ella no estaría sentada en el trono, observando como su reino crece en paz.

Nacieron algunos príncipes y princesas más con crecimiento rápido y el último en heredarlo el padre de mi abuelo, Buri. Él mandó extraer el Teseracto del pequeño mazo para evitar que caiga en malas manos. Pero quedó un rastro del Teseracto en el pequeño mazo, quien más adelante lo heredaría, para convertirse en Dios del Trueno. Después de mi abuelo, gozamos de paz hasta los últimos años.

Por desgracia, se ha ido olvidando todo lo que hizo mi abuelo, varios libros que recogían su historia han sido quemados, perdidos o simplemente olvidados. Pero la llegado de Elisa a Asgard solo significa una cosa: una guerra y después de que hayan pasado tantas generaciones va a ser una gran guerra entre más de un reino.

Pero ahora lo importante es salvar a Elisa; percibí su fuerza en cuanto entró en su tierra natal, pero está muy débil. Necesita tener en su poder el Teseracto para que su organismo se estabilice.


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Aquí esta el epílogo como os prometí. Lo primero quiero dar las gracias a todas aquellas personas que me habéis apoyado con esta primera parte y a todas las personas que me habéis dicho lo mucho que os estaba gustando. Una escritora no es nada sin sus lectores, así que muchas gracias!!

Espero que os guste, nos leemos y os loveo.


El legado de Thor ➸ COMPLETA (y editando primera parte)Where stories live. Discover now