soldado del amor

quiero saber.

-¿Qué te mira Ángela? – me despegué de la taquilla de Liam, de la cual estaba apoyada.

-No sé, ella sabrá.

-No, no lo sabe.

-¿Qué? No te entiendo Liam.

-Pues que viene a preguntarte – me dijo, señalando detrás de mí con sus ojos.

-Tú – oí.

-Qué –le contesté del mismo tono en el que ella me habló. Pero sin darme la vuelta. Seguía de espaldas, mirando mis uñas muy cuidadas.

-Eh… Que… ¿Ha ve..?

-¿Que qué? Antes de hablar piensa varios segundos lo que vas a decir. No me hagas perder el tiempo – dije esta vez dándome la vuelta y mirándola. No… No tenía buena cara.

-Sólo venía a preguntarte si ha venido Lou, no quería entablar una conversación con una superficial.

-¿Qué? Mira yo seré superficial, pero tú – me costaba sacar la palabra que la caracterizaba -, pero tú – esa palabra no era mala, para nada -, tú…

-¿Yo qué? ¿Te has quedado sin palabras bonitas? 

-Ángela ya… - oía que decía Liam, detrás de mí.

-Déjala – le dije, con una mirada asesina -. No, Louis estaba mal. No ha venido.

-Eso es lo que quería saber. Me has hecho perder un tiempo valiosísimo – me dijo, triunfadora -. Venga – dijo como despedida.

-¡Oye! – le llamé mientras se alejaba. Ella hacía caso omiso. Le hice una señal a Liam para que luego nos viésemos, ahora me tenía que enterar de una cosa -. ¡Te estoy llamando! – dije comenzando a correr tras ella.

-Qué – dijo dándose la vuelta pausadamente -. Te dije que no quería hablar contigo, sólo quería…

-¿Dónde está el anfiteatro? – le interrumpí.

-¿Para qué lo quieres saber? – me miró confundida.

-Tú sólo dime donde está ese sitio.

-Al lado del puerto – dijo, extrañada.

-Vale, gracias – y me di la vuelta. Comenzando a caminar. Esa noche iría allí, esa noche le pondría a algunos unas cuantas cosas claras. Y sobretodo a los que le hicieron eso a mi hermano.

-¿Es que piensas ir? – dijo poniéndose a mi lado.

-Sí – le miré.

-No.

-¿No? – le dije, confundida.

-No vayas, hazme caso.

-No te voy a hacer caso, voy a ir.

-¿Estás loca? Nunca podrás hacerle nada a lo que le hicieron eso a tu hermano ni al rulos ni a Zayn. Como mínimo te violarán – dijo, parándose en seco. ¿Cómo sabía que iba a hablar con aquellos? Como me conocía...

-Me da igual. Nadie le hace nada a mi hermano – miré a atrás para verla, y sólo vi que salía corriendo.

¿Se ha preocupado por mí o es mi impresión?

Zayn me empezó a hablar de unas chicas a las que yo no le di importancia. Sólo pensaba en ella. La que me curó y la que cuando rozaba su aliento contra mi piel hacía que me estremeciera. Pero no la puedo perdonar, sigo sufriendo desde que me lo hizo. Cada día, cada hora y cada segundo. Pero desenamorarte de una persona a la que has querido toda tu vida y a la sigues queriendo, no es tan fácil.