los padres mios

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Perfecta, como siempre. Taconazos y unos pantalones vaqueros ajustados quedan perfectos para dar un paseo y que algunos gilipollas se te acerquen. Además de esa camisa de seda transparente que los vuelven locos. Prefiero dar un paseo sola, cenar sola y hacer todo sola que estar en la fiesta de Louis. Está clarísimo. 

Mis padres son trabajadores. Mis padres cuidan de sus hijos. Bueno, de una más que del otro. Mis padres hacen todo lo posible para que nuestra vida sea la mejor: tener esta gigantesca casa y que no nos falte el dinero. Pero cuando les da su vena juvenil, nadie sabe las locuras que pueden hacer. En tal que hemos salido de comisaría, me llaman. Y resulta que se van a Finlandia a pasar unos bonitos días. Rodeados de copos de nieve blancos y en una cabaña en el pico de alguna montaña. Dicen que también llamarían a los padres de Zayn y de Ángela. Que sería como una de nuestras vacaciones en Rivera Maya, pero sin hijos. Cosa que a algunos le gusta, pues piensan en hacer una fiesta.

Cogí mi bolso y me dispuse a bajar las escaleras. Ya estaba empezando a escuchar timbres y más timbres. También gritos de gente que pensaba que ya había empezado la fiesta. Verdureros. 

-¿A dónde vas? – me preguntó Lou. Adelantándose a Harry.

-A algún lado. Te he dicho que no me quedaría con esta gente.

-¿Y con quién vas? – se acercó a mí, mientras Harry me miraba sobre el hombro de Louis.

-Sola. Luego vendré.

-Pues no pienses que la fiesta se acabará.

-No lo pienso – suspiré y rápidamente lo aparté. Corriendo hacia Harry y, práctimente, tirándome encima suya.

-No te acuestes con muchas Harreh – susurré en su oído. Quería que sonara gracioso, divertido. Pero sonó desesperado.

En cambió él rió. Menos mal. Cuanto menos se note que lo amo con locura y que no quiero que esté con otra, mejor.

-Tranquila, no lo haré – me sonrió. 

Volví a estar con los pies en el suelo, y él me guiñó un ojo. Y eso no me gustaba nada de nada.

Intenté que mi patética cara no se notase y corrí hacia la puerta esquivando a personas y algunas miradas de unos amigos de mis amigos. Y noté que Ángela y Zayn faltaban. Seguramente Ángela esté pensando qué ponerse y Zayn la esté esperando. Seguro, seguro que es eso.

-¿Y los otros dos? – me giré, y les pregunté.

-Zayn recoge a Ángela, y ella tarda. Y mucho – rió Lou.

-Ya, ya lo sé – y cerré la puerta con una sonrisa.

soldado del amorWhere stories live. Discover now