se preocuparon por mi

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-Bueno, somos tus amigas, ¿no? 

Amigas. ¡Por primera vez! Nunca se habían preocupado por mí. De hecho, siempre he pensado que ellas sólo estaban conmigo porque era su capitana. Esas tardes, esas fiestas y esas risas pensaba que eran falsas. Pero que ahora estén aquí esperándome, ellas tres, con un ramo de flores cada una… Buf, hace que me emocione. Lo que hizo que salieran unas cuantas lágrimas mientras me acercaba a ellas. Ellas siempre tan conjuntadas, tan guapas. Miranda iba con su típico vestido, nunca vestía otra cosa que no fuese vestidos fuera del colegio. Charlie sencilla, con sus vaqueros y su corta camiseta que hacía que enseñase el hombligo. Y Ali con su faldita. Sus uñas conjuntadas con las uñas de los pies, que enseñaban por la punta de sus tacones. Y tacones, claro. ¡Cómo no van a llevar ellas tacones! Se van acercando a mí, y me dan las tres un abrazo. Mis amigas, ahora sé que son de verdad.

-Gracias – sollocé, cuando con mi pulgar limpiaba una de las lágrimas que caían por mi mejilla.

Los que estaban dentro de mi habitación, la sala 501, salieron. Estaba tardando mucho. Verlas aquí... ¡Dios, nunca me lo imaginé! Siempre pensé que estaba sola, que sólo me quería Liam. Y ahora resulta que no. ¡Nadie sabe lo contenta que estoy!

-Buenos días, preciosas – se acercó mi hermano, besando cada una de sus manos -. Nunca os divisé por mi casa, bonitas.

-Es que ____ siempre venía a las nuestras. No quería que conociésemos al gilipollas de su hermano – dijo Amanda, haciendo que las cuatro riésemos. Lou me miró, enfadado o no sé, pero me miró queriendo matarme.

-Pero un placer, Tomlinson – rió Ali, coqueta.

-Nunca pensamos que serías tan…

-¿Tonto? – interrumpí a Amanda.

-Ja-ja. Qué graciosa hermanita – miró de nuevo a Amanda -. ¿Qué ibas a decir? – sonrió.

-Guapo – lo completó Charlie.

-Lo mismo digo de ustedes tres, señoritas – sonrió, yo rodé los ojos. Louis y sus “trucos conquistadores” siempre funcionaban. Ahora ellas estaban babeando -. Aunque las haya visto por el colegio, y ustedes a mí, nunca pensé que serían tan así, además de simpáticas – ellas asintieron, como si bajo un hechizo estuviesen. Louis volvió a coger sus manos y darle un beso, suave y despacio. Dios santísimo, hasta a mí me entran escalofríos. Es bueno el jodío.

-Loueh, apártate de ellas que te vas a infectar – dijo Ángela desde la puerta, observando la escena.

-Hombre, hola Hunter – saludó Ali.

-Hola putas – rodó los ojos.

-¿Sabes? Me gusta tu camiseta, creo que la vi en un contenedor el otro día. ¡Mira, si lleva hasta la misma mancha! – nos dijo Amanda.

Dos grupos, no por favor. Incomodidad al poder. ¿Qué coño se hace en estos casos?

-Eso da a conocer que estás cerca de la basura. Y que te asomas a los contenedores para ver que hay dentro. Normal que siempre huelas así.

-Huele a D’ Or de Dior – la defendió Charlie, con cara de mucho mucho asco.

-Sí, el de la basura.

-Bueno, bueno – se interpuso Liam -. Peleas de gatitas aquí no, ¿eh? – rieron Louis y Liam. 

A ver. Antes Liam y Harry hablaban. Ahora Louis y Liam se ríen juntos. ¿Qué será después? ¿Que Liam y Zayn jueguen juntos al fútbol? ¿Que Liam le pinte las uñas a Ángela y que ella lo peine? Algo ha pasado aquí y yo no lo sé. O el mundo está cambiando, o quizás… No, no me quiero hacer ilusiones. Pero, ¿y si estuviesen haciéndose amigos por mí?

-Tías, ¿y cómo que no habéis ido al colegio? – pregunté, intentando que olvidasen ese momento.

-______, sí hemos ido. No vimos ni a Liam, ni a ti ni a tus amiguitos. Así que lo llamamos y nos dijo que estabas aquí, por la fiesta de tu hermanito – le sonrió Ali a Louis, intentando verlo por encima de mi hombro -. Y pues nos hemos saltado la última clase, nos hemos cambiado y hemos venido a verte.

Yo sonreí. Y las abracé.

-Son las mejores, en serio – y ellas me dieron los ramos de flores. Yo fui corriendo hacia la habitación, a dejarlos en los típicos jarrones que hay en las salas de los hospitales. Esos que están encima de la mesita que hay al lado de la cama. Sí, yo me entiendo.

Mientras los miraba, también supe que me conocían. Pues mi flor favorita es el lirio, y me habían traído un ramo de esas. Mi color favorito es el azul, y me trajeron unas amapolas azules. Sí, un poco raras. Y un ramo de margaritas, muy bonitas. Salí como un rayo de la habitación dispuesta a robar o a tomar prestado sin permiso un jarrón de otra sala, a la vez que… No me gusta verlo así, pero lo es. Zayn, Harry y Ángela miraban con odio a Charlie, Amanda y Ali. Y por lo menos, mi hermanito y Liam ya se estaban comportando normal. Pues estaban entre aquellos dos bandos.

soldado del amorWhere stories live. Discover now