puntos de vista

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-James te espera, Louis. Dice que tiene una grata sorpresa para ti. Cogéis las motos y está a cinco minutos. Bueno, ya lo sabéis – se acercó a la suya y prendió el motor.

-¿Y si no quiero ir? – me crucé de brazos, avanzando hacia adelante hasta que me quedé frente a él.

-Yo sólo soy un mensajero, a mí no me vaciles – dio gas -. Dice que si no quieres ir – disminuyó su ritmo al hablar -, tu hermana será la perjudicada dentro de unos meses. Ya no sé más. Tú sabrás – volvió a dar gas, quemando la rueda trasera -, ella o tú – y se largó con un pequeño salto al soltar el embrague.

No tardamos ni un segundo en dirigirnos a Bowlow. El barrio de todos lo tipos como nosotros, aunque no me guste decirlo. Pensar que si nosotros nos quedásemos esperando a que nos dejaran volver a entrar en el hospital, y encima con los pijos, iba a perjudicar a mi hermana como Colin bien había dicho, me encendió la sangre. Nadie la toca, que nadie se atreviese a tocarla porque sino acabaría muerto. Y no es una adventencia.

-Contraseña – nos dijo el segurata desde detrás de la puerta.

-No la pienso decir – me negué. Todos la sabíamos y quedaríamos en ridículo. No sé cómo mierda James pudo hacerse con el poder de esta casa, era nuestra.

-Bien, ¿véis las dos esquinas que tenéis al finalizar el callejón? De allí saldrán unos cuantos para asegurarse que no salgáis vivos – y aparecieron como por arte de magia diez tíos. No era muy seguro que saliéramos con vida en una pelea de dos, exceptuando a Ángela, contra diez, y por un momento lo había pensado.

Soplé.

-James acabará con los reyes del anfiteatro – solté sin más.

-Bien chicos, bien – abrió la puerta.

Dejé que Ángela entrase primero. Ésta le mandó una mirada bastante amenazante dejando al segurata un poco confundido. Zayn y yo reímos ante ese énfasis de cobardía. Aunque con Ángela para no tenerlo. El sonido de sus tacones calló a la gente que estaba en la sala de arriba. ¿Cuántas veces habré hecho yo mis fiestas aquí antes de que James apareciese? Qué recuerdos, nunca los olvidaré.

-Vaya tía aparece por aquí – rieron algunos, a la vez que veía aparecer sus cuerpos al subir las escaleras -. Cada día estás más buena cariño – le acarició la mejilla, pero rápidamente de un manotazo se la apartó.

-Deja tus bromitas para otra, James – se acercó a nosotros, que ya estábamos tocando el mismo suelo.

-No te acerques a ellos – rió James -. No tendrás más seguridad por estar a su lado.

-James, ¿qué querías? – pregunté cansado.

-Pues a Ángela estaría bien – se acercó a ella con paso chulo.

-Déjala – me puse intermedio.

-Tranquilo Louis, tranquilo. Relájate ahora que puedes, porque cuando te cuente una cosa de tu hermanita “la buena”, te tirarás encima de mí – sonrió.

-Deja los juegos, ¿qué pasa con ____? – empecé a preocuparme, aunque no había muchos empedimentos para matarlo si por un causal hubiese llegado a tocarla.

-¿Sabes lo que puede hacer una buena peluca y ropa de marca? – rió y miró a todos sus amigos, que bastantes había allí. Ocupaban toda la sala.

-¿Qué quieres decir? – me adelanté, dejando a Ángela y a Zayn detrás de mí.

-Que a lo mejor dentro de unos nueve meses tienes un sobrinito – rieron todos.

-¿Qué? – lo cogí de su camiseta o la mierda que llevase.

soldado del amorWhere stories live. Discover now