soldado del amor

besos

-Harry… - gemí entre ese apasionado beso. Agarrando su pelo… ¿no tenía rizos?

-¿Harry? – se separó de mí. ¿Jason? – Harry – miró a su derecha.

-Veo que os estropeo el momento – me levanté rápidamente y me dirigí a él -. Venía a decios que la comida ya está desde hace rato.

-Harry, no era lo que parecía – le dije, a la vez que él empezó a andar. Me puse a su lado, pero me costaba caminar y alcanzar sus enormes pasos. Además, con estos tacones es difícil incluso para mí.

-¿Por qué me das explicaciones? No me interesa lo que estuvieses haciendo – me dijo, borde. Es verdad, ¿qué hago dándole explicaciones? A él no le interesa lo que haga…

-Era por si te molestaba… Tu hermano…

-Siempre, siempre es mi hermano y tú. Siempre estáis así – parecía… ¿celoso? -. Pero que vamos a ver, es como si te lo montas con él en su nueva casita, que no me importa – subió las escaleras. Yo lo seguía, dando saltitos subiendo tras él.

-¿No te importa tampoco que yo haga eso? – le pregunté a la defensiva, y a ver si por un casual estaba celoso.

-¿Que te beses o que te folles a uno de siete años mayor que tú? – me miró a los ojos, aparentemente furioso. Abrió la puerta y la cerró tras él, impidiendo mi paso. ¡Lo estaba!

-Eh tú, celoso. ¡Se deja pasar a las señoritas primero! – le grité, abriendo la puerta. 

Él no me miró y andó con paso firme. Sólo se dirigía a la última mesa de la esquina. La que miraba a un gran ventanal, a la dieciocho.

-¡Maleducado! ¡Te estoy hablando! – y los clientes me miraron, yo me sonrojé.

-____ déjalo. Vamos – me cogió Jason por detrás, conduciéndome a la mesa.

-Suelta – empecé a andar más rápido.

A unas cuantas mesas, vi que Louis se dirigía a la puerta principal con su móvil en la oreja, seguido de Harry. 

-¿Se van? – les pregunté, cuando terminé de llegar.

-Sí – asintieron todos.

-Pero no tienen coche ni moto ni nada – dije, apoyándome en el respaldo de la silla de Louis. 

-Han venido Zayn y Ángela, Lou los ha llamado. Se los llevan – dijo Des.

-Pues yo también me voy.

-¿Te llevo? – preguntó Jason, cogiéndome del brazo.