recuerdos

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Liam me rodeó con sus brazos y nos volvimos a sentar en el sofá. Volví a reacostarme en sus piernas, mientras él acariciaba mi pelo. Encendió la televisión, y cantaron los pájaros. Me abracé más a mí, me recoloqué la suave bata de seda azul e intenté cerrar los ojos.Y cerrar los ojos dolía. Después de estar llorando más de dos horas, los ojos se vuelven rojos y más húmedos de cómo están. Pensé en otra cosa para que ese dolor no afectara. Pero el ruido de la televisión, y el dolor de los ojos no ayudaban. Además, no podía pensar mucho. Sólo tenía en la cabeza a esas tres personitas que hicieron de mi vida la mejor.

-¿Quedamos hoy?- me llamó Zayn.

-Zayn, es que ya he quedado...

-¿Con Harry y con los otros dos?

-No - me puse nerviosa -. Con las animadoras...

-Ah.

-¿Te molesta? - me colgó.

Pensar que abrir los ojos iba a doler más que cerrarlos, no me hubiera impedido abrirlos. Quitarme esa conversación de la cabeza. Olvidarme un rato de ellos. Pero parece que no puedo. Nunca he conseguido quitármelos de la cabeza. Desde ese día de Septiembre que nunca quiero recordar. Desde ese día que hice que se acabara su paciencia. En ese día en que mi gota colmó su vaso.

-____... - me acarició la cara -. ____... - volvió a decir con su dulce voz -. Despierta Bella Durmiente.

-De bella no tendré mucho ahora mismo - me esforcé en sonreír y me senté.

-Tú siempre - sonrió -. Me tengo que ir... He quedado.

-Ah claro, no tenías por qué quedarte si tenías planes - se levantó, yo hice lo mismo.

-Sabes que sí - me abrazó -. Te quiero pequeña.

-Y yo grande - me puse de puntillas para darle un beso en la mejilla.

Se separó de mí y se largó con un encantador "Te echaré de menos". Tras él, un portazo hizo que me diese cuenta de que estaba sola. Miré para todas las esquinas del salón como si alguien me estuviese observando. Rápidamente fui hacia la cocina, también me di cuenta de que no había comido, ni siquiera ese helado que me había prometido. Tampoco es que tuviese mucha hambre, eran las cinco de la tarde y las limpiadoras tardarían minutos en llegar. Un vaso de leche me bastaba. Cogí el cartón, cogí el vaso y eso volvió.

-Hoy toca tarde Harreh y ____. ¿Preparada? - me dijo con ese tonito, levantando sus manos. En una llevaba esas palomitas dulces de colores que tanto me gustaban, y en otra pelis para llorar, las que él no soportaba pero que las veía por mí.

-Lo siento Harry... - me apoyé en la puerta principal.

-¿Lo sientes?

-He quedado...

-Pero dijimos que nuestras tardes nunca se cancelarían... - dijo, bajando los brazos lentamente.

-Ya... Pero es que Zac me espera...

-¿Zac? - dijo, desanimadamente.

-¿Y Madison? ¿No tenías nada con ella? - intenté cambiar de tema.

-Eso es lo que ella cree. Quiere chuparme la polla pero yo no quiero. Yo quiero a otra - bajó la mirada. Como deseaba que esa otra fuera yo. Pero nunca estaré en su corazón como algo más que su mejor amiga pequeñaja. Nunca...

-Bueno - suspiré -, ya me dirás quien es la otra - me esforcé en sonreír -. Me voy - le di un rápido beso en la mejilla.

Salí del porche dejando a Harry allí plantado. Lo sufiente lejos como para escuchar la voz de Harry en un susurro.

-Entonces... La súper tarde se cancela, ¿no?

-Lo siento Harry... - salí corriendo de allí.

soldado del amorWhere stories live. Discover now