Fruslerías sobre el presente

87 17 32
                                    

Me sacuden. Me despierto. Hay un individuo raro parado. ¿De qué nos van a hablar ahora? Tal vez sea más propaganda universitaria. No. El individuo raro ha venido antes a hablar del mismo tema. Educación sexual. ¿Saber qué son las enfermedades venéreas o como no dejar embarazada a tu enamorada? Tratan de disuadirnos de hacerlo. Bajo el brazo tiene sus fotos de enfermedades. Termina de presentarse. Deja sus cosas a un lado. Disuasión.
¿Siguen pensando qué somos vírgenes? ¿Eso es educación sexual? Tal vez sólo repiten hasta el cansancio lo que les dicen que tienen que decir. Tal vez el discurso lo crearon hace treinta años. Como casi todo lo que enseñan.
¿En algún momento se sientan a analizar lo que dicen? Ese individuo raro vino el año pasado. Creo que el año anterior a ese también vino él y lo que dijo el año pasado fue casi lo mismo a lo que dijo el anterior. Tal vez fue su gemelo maligno que tenía más pelo y menos canas y que le dio su discurso luego. Termina de pegar sus fotos y de extender sus imágenes. Comienza a hablar.
No ha cambiado el discurso. ¿Se pasará por todos los salones de los últimos tres grados diciendo lo mismo? Debería sacar un pan de mi mochila. Por lo menos mi pan puede tener algo nuevo. Tal vez se hayan esmerado al momento de prepararlo. Habla. Ya nos lo ha dicho. Ya lo sabemos. Hay gente que todavía se ríe cada vez que mencionan la genitalidad. Tal vez su pene sea un chiste. Creo que la última vez que vieron la parte de alguna mujer fue cuando su madre les daba de lactar. Tal vez todavía no han sido destetados.
Sigue repitiéndose. Se supone que nos deben de decir cómo actuar. Se supone que eso es educar. Llega a la parte de los embarazos no deseados y luego pasará a las enfermedades. Todo se resume a enfermedades y embarazos. Miro las caras. Eso es algo bueno de estar en la esquina. Poder mirar sin que te miren a ti. Los rostros se dividen entre aburridos y los que están atentos por el morbo. Debería dormir. Hay varios que ya lo están haciendo. Otros lo están intentando hacer. Al que habla no le va a importar. Le pagan por decir su discurso. No porque la gente atienda.
¿Alguna vez habrán tocado la parte emocional de todo esto? Alguien comenzó a roncar. El pedagogo lo despierta de mala manera. Dormir está bien. Roncar no. Eso es una falta de respeto.
¿Dónde quedan las emociones en todo el discurso?
¿Dónde quedan mis emociones?
¿Dónde quedan sus emociones?
¿Dónde quedan nuestras emociones?
Es gracioso. Tal vez hasta estúpido. Casi todo carece de sentido. Cada uno le coloca el sentido que desea pero no por eso deja de ser estúpido, sin sentido, sin fin, sin meta, sin nada más que realizar una actividad básica que el cuerpo te demanda. Pero por todos lados se pasan hablando de lo relacionados que están el sexo y el amor. De lo profundo que es tener sexo. Aunque nunca te mencionan eso cuando te están explicando qué son las relaciones sexuales.
Tal vez sea otra estrategia para venderte un producto.
Tal vez te quieren presentar un ideal.
Tal vez no tienen idea de qué están hablando, pero igual tienen que decirte algo porque sienten que tienen que decirte algo.
Sobre todo tema importante se debe decir algo aun así no se tenga idea. Nadie quiere quedar como ignorante.
¿Para qué? Dejan de lado sus propias emociones. Dejan de lado su propia animalidad. Frialdad científica para tratar el tema.
¿Dónde está el amor? ¿Escudado bajo un poncho? ¿Protegido detrás de hormonas orales?
Lo único que hay es carne con carne. Lo suficientemente caliente como para derretir la frialdad. Lo que se busca es placer. El cuerpo lo pide. El cuerpo lo exige. Uno cumple con suplir la demanda con la primera oferta que encuentra. Así debería de ser en una teoría burda. Pero luego uno tiene emociones y no puede hacer eso tan fácilmente como debiera. El otro es importante. Tratarlo bien es importante. Hacer que se sienta bien es importante.
Al final del día uno ha hecho el amor y no ha tenido sexo.
¿Cuál es la diferencia entre tener sexo y hacer el amor?
¿Quién me la puede explicar?
¿Quién?
Tengo sueño. Generalmente lo que te enseñan pasa a un segundo plano cuando tienes que actuar. Nadie está preocupado por su condón cuando lo está haciendo. Al menos que se rompa, para lo cual una buena solución es huir. Huir. No se puede huir de las emociones.
Creo que ya sé que es lo que viene en su discurso. Cuando te vas a dormir y te quedas mirando el techo lo que importa es lo que sentiste. El placer es algo que lo puedes dar de antemano. Necesito mi pan. Me ruge la tripa. No. Me equivoqué. Lo que dice ahora no es como lo recuerdo. Pero no deja de ser lo mismo con otras palabras. Tal vez piense que innova al cambiar las palabras.
Lo que me interesa saber es qué hacer si es que ella no se siente cómoda cuando lo hace conmigo. Pero nunca he tenido ese problema.
¿Para qué me angustio? ¿Alguien sabe la solución al problema de las imágenes? Al que está sentado delante de mí le pasó. ¿Qué hacer cuando se te aparece en la mente una mujer que no es con la que estás en ese momento? Tendría que levantar la mano y preguntar. Pero me callarían. El problema más común sería cómo afrontar el hecho de que tú si estás satisfecho y ella no. Pero de eso no se da cuenta casi nadie. Sólo tengo que escuchar despotricar a mi hermana. ¿Tengo que esperar hasta que las religiones mueran para que hablen sobre eso o los problemas interpersonales son asuntos del psicopedagogo?
Voy a tener que resolver solo cualquier problema que surja. Como casi todos los problemas que he tenido. Desde hace un par de años he descubierto que las personas mayores tienen los mismos problemas y no saben cómo enfrentarlos. La única gran diferencia es que tienen más edad. Nadie puede resolver los problemas emocionales. Tal vez yo no soy el único que en el fondo está asustado desde hace años.
¿Cómo resuelvo esos problemas si llegan a aparecer? ¿En qué problemas estoy pensando ahora? Suena mi barriga. Me río. Ahora ya sacaron sus gigantografías de los órganos sexuales. Guardaron las fotos y las imágenes. Algunos ya se despertaron. Otros se quedaron dormidos. Dice el nombre y la función de cada cosa. ¿Qué le dirá él a una mujer? Tu trompa de Falopio es muy sensual. Sí, enséñame los ovarios. Aquí está mi escroto. ¿Cuál sería el peor escenario posible para mí? Imagino cosas raras. Pero son raras. No desagradables.
¿Qué hago si se siente mal después de hacerlo y no me puede mirar a los ojos? El sentimiento de culpa que les meten a las mujeres es muy fuerte. Pero ella siempre acaba sonriendo.
¿Qué hago si me siento mal después de hacerlo y tengo que voltear el rostro? No me ha pasado. Tal vez no me muera si sucede.
¿Qué le digo si se siente sucia? Tendríamos que bañarnos. Nada más.
¿Qué hago si siento que me he aprovechado de ella? Lo cual sería raro. Más bien siento que se aprovecharían de mí.
¿Qué hago si los dos nos sentimos frustrados después de la relación? Una ronda más. Paga la casa. Otra ronda más. A la salud de los progenitores.
¿Qué hago si mi relación llegara a centrarse en hacerlo? Se va al cine después de. O tal vez a comer algo por ahí.
¿Qué hago si en el único momento en el que me siento bien conmigo mismo es cuando tengo un orgasmo? Cojo un lápiz. Me pego a una pared. Dibujo sobre lo que acaba de pasar.
¿Qué hago si siento que da igual si me voy a la cama con ella o me masturbo? Le digo para experimentar nuevas cosas. Jamás me voy a atrever a hacer eso.
¿Qué hago si pierde todo el significado hacerlo más allá de ser un simple placer como si fuera una maldita droga? Tal vez en el fondo eso sea. Lo recubro de emociones para darle otro significado. Para tratar de trascender. Pero sigue siendo un placer. Creo que las emociones al sexo le producen la misma sensación que los condimentos a la carne. La mejoran. Tal vez sin ellos sea mejor. Tal vez en mi retorcida mente funciona así.
¿En caso de emergencia llamo a los bomberos? ¿Le pregunto a un cura? ¿Hablo con un amigo que está en la misma situación que yo o le pregunto a otro que no tiene idea? Tal vez si respondiera estas preguntas prestaríamos más atención a lo que dice. De hecho que tiene que aburrirse repitiendo lo mismo. Año tras año. Día tras día. Colegio por colegio. Es un individuo extraño. El ideal para hacer tedioso hasta el cansancio el tema.
Puede ser que no quieran hablar de lo que me pregunto. Puede ser que para ellos esté mal nombrarlo. Todo lo que nos dicen es para disuadirnos de hacerlo. Hasta lo consideran ilegal a nuestra edad. Si preguntamos eso nos echarán la culpa. ¿Para qué me meto a hacer algo que los adultos tampoco saben hacer? Será mi problema. Será su problema. Será nuestro problema. Ahora soy un criminal sexual. Soy un maldito pervertido. ¿Acaso se creen capaces de decir que está bien y que está mal? ¿Por qué hacen tediosos los temas qué importan? Tendría que sacar mi pan. Tengo hambre. Mi tripa ya se cansó de rugir. ¿Alguien me va a hablar sobre lo que me interesa saber? Si no va a ser así, déjennos dormir a todos. ¿Dónde está el libro que hable sobre lo que realmente importa?
Si mis progenitores se enteraran van a pegar el grito en el cielo. Yo no quiero nada de niños, ya verás tú quién te lo cuida. Como si fuera a ser tan estúpido como para tener un hijo. Pero puede ser que sea tan estúpido como para tener un hijo.
Sus progenitores nos condenarían. ¿Lo considerarían un crimen? Tal vez me consideren un enfermo sexual. No considerarían que su pequeña hija tenga sexo. Prefieren seguir pensando que es virgen. ¿Cuál es el afán con la virginidad? ¿Cuál es el afán con la primera vez? ¿Qué puede tener de bueno un momento de sexo entre dos personas inexpertas? Tal vez ellos me vean como un incitador. Un degenerado. Cosa curiosa. Su progenitor se hubiera sentido muy bien si hubiera hecho lo mismo a mi edad. Los hombres siempre desean tener sexo. Pero no permiten que ninguna mujer relacionada por parentesco con ellos tenga sexo libremente. En el fondo me condenaría porque yo me atreví a hacer lo que él tenía miedo de realizar. Me condenaría por envidia. Me condenaría porque sería un golpe a su miembro, como una patada directa, que alguien desvirgue a su hija sin su consentimiento. Me condenaría porque yo sí disfruto libremente y él no. Me condenaría porque tuve sexo cuando él no lo tiene. Me condenaría al ver que su hija disfruta conmigo y no es mi objeto de placer. Tal vez esa sea la peor aberración para ese hombre. Ver que una mujer disfruta más que él. Ver que una mujer decide qué hacer y cómo hacerlo. Seguro al ver eso se encoge. Todos se encogen. ¿Hay alguno que esté totalmente destetado? Les tienen miedo a las mujeres. Yo tengo miedo de mí mismo.
Sigue. Ya guardó sus gigantografías. Ahora vuelve a sacar imágenes de enfermedades. Las que no sacó en un principio. Se guardan las más chocantes para el final. El año pasado las vi. Ahora están descoloridas. Más de lo que estaban antes. ¿Qué pasa si un amigo cree que ha salido premiado? ¿Lo tengo que llevar a la sala de emergencias de un hospital o ahora sí es el momento ideal para llamar a los bomberos? Esa cosa que muestran ya casi no parece un pene. Es como un gato putrefacto y rojo.
¿Qué es lo más importante? ¿Dónde está? Más importante aún, ¿dónde queda? Los que están sentados conmigo de boca para fuera lo único que dicen es genital. Tal vez nunca dejen de idolatrar a su miembro. Yo ya perdí el sentido de la idolatración. ¿Alguien puede explicar lo qué es el orgasmo femenino? ¿Hay qué ser hábil para provocarlo? ¿O es por qué nunca se menciona qué nadie tiene idea de cómo activarlo? Pero por lo menos hacer el intento siempre es bueno. Hay cosas que se ven como mérito. Conseguir que te la chupen, conseguir que te abran las piernas son vistas como mérito. Pero no te dan nada. Pasan. Y ya está. Hablan como si el falo les crecería sólo por tocar ese tema. Pero el falo es lo que menos les crece. ¿De dónde viene la fascinación por el sexo? Si alguna vez llego a ser así... que alguien me castre. Creo que ya lo he sido. Nadie me castró. ¿Estoy en medio de una faceta hipócrita? No. He dejado una serie de cosas atrás. Estoy aplastando sobre un yunque lo que no sirve. Pero no tengo ningún martillo a la mano.
Ya se fue. Ya acabó. ¿Ahora qué? Es el momento de tratar de engañar a los demás de que todo va bien. ¿Bien qué? ¿De qué me estoy preocupando? ¿Qué estoy pensando? Mi pan. Ya puedo coger mi pan. Saco mi pan. Disfruto mi pan. Los placeres cuando son grandes se comparan con el sexo. Puedo creer que ahora mi pan es orgásmico. Ahora todo va bien. Va sobre ruedas. Aunque yo estoy sentado y no sé manejar. Nunca en mi vida he tenido algo con ruedas que pueda manejar. Quería un triciclo pero nunca me lo dieron. Quería una bicicleta. Nunca me la dieron. No quiero un carro por momentos y por otros momentos sí lo quiero. Tampoco me lo van a dar. Quiero otro pan. No me lo dieron. Sólo me dan un pan por día. Debí desayunar. Debería dormir lo que queda del recreo. Voy al baño. Orino. Me lavo las manos. Regreso al salón. Me echo sobre la carpeta. Intento dormir.
Suena mi celular. No. Vibra solamente. Saco el celular de mi bolsillo. Leo el mensaje. ¿Cuándo? Apago el celular. No tengo ganas de responder ahora. ¿Qué puedo decir? No sé cuándo lo volveremos a hacer. Tengo miedo. ¿Mucho miedo? No. Sólo tengo miedo. Tengo miedo de mis miedos. Tengo miedo de no abandonar la cama cuando estoy con ella. A la larga me aburriré si es todo lo que se hace. ¿Por qué todavía tengo miedo? No me estoy volviendo loco. No debería de preocuparme. No tengo nada de qué preocuparme. Tengo miedo por ella. Tal vez sienta que estoy en otro lado mientras lo hacemos. Tengo miedo de que piense que es sólo un objeto. Tengo miedo de que se vaya todo a la mierda por eso. Tengo miedo de que hacerlo bien se vuelva lo más importante. Casi como una obsesión. Tengo miedo de usarlo como forma de escape. Pero ya sé que no hay escape. Es estúpido asustarse por eso. Ya debería de saber. Tengo que saber. Necesito saber. Prendo el celular. Contesto. Este fin de semana. Viernes o sábado. Ya veremos. Suspiro. Sólo tengo que dejarme llevar. Como todas las otras veces. Relajarme junto a ella. Fluir con su cuerpo.
¿Alguien podría educar así?
¿Quién me va a educar en eso?
¿Quién?


La inevitabilidad del arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora