La tarde de los demonios internos

51 13 9
                                    

Se sienta encima. Se mueve despacio. Cierra los ojos. Coloca sus manos sobre mi pecho. Aumenta el ritmo un poco. Tira la cabeza para atrás. Se mueve más despacio. Intento entrar más en ella. Creo que si sigo haciendo esto me voy a romper la espalda. No importa. Se siente bien. Cierro los ojos. Acaricio sus pechos. Acaricia mi cuello. Veo un rostro. Frunzo el ceño. No es el de ella. Sacudo la cabeza. No se va la imagen. Sigue ahí. Veo una mujer desnuda. No es ella. Abro los ojos. Sigue con los ojos cerrados. Los vuelvo a cerrar. Veo a una mujer desnuda montándome. No es ella. No es una amiga mía. Abro los ojos. Me quedo mirándola. No sabe lo que me está pasando. No puede saberlo. No tiene por qué saberlo. Vuelvo a cerrar los ojos. No puedo hacer que se aleje. No puedo dejar de verla. Aun así no puedo dejar de sentir placer. Más aún cuando cierro los ojos. Pero no la veo a ella. Veo otro cuerpo.
¿Estoy imaginándolo a propósito o fue algo impulsivo?
¿Mi cuerpo se aburrió de ella o fui yo?
¿Acaso mi deseo puede ir por otro lado sin que yo me dé cuenta de lo que estoy deseando?
Sigue estando ese torso desnudo sobre mí. Siguen siendo otras piernas las que están abiertas. Es otra boca la que veo sonreír. Con los ojos cerrados el placer aumenta. La veo a ella, a la de la playa.
Mierda.
¿Esto es ser infiel? Pero yo no estoy generando el pensamiento, ha surgido espontáneamente.
¿Podrá considerarse un pensamiento una mera imagen? Se mueve más rápido. Ya no quiero abrir los ojos. No soportaría mirarla a la cara.
¿Cuánto falta para que se termine? Por mi parte no mucho. Aunque tampoco es que sea mucho el tiempo que me tomo. Gime despacio. Casi siempre está en silencio. Mierda.
¿Cómo combato esta cosa? ¿Cómo desecho esta imagen?
Abro los ojos. No me siento mal. Me siento aliviado de verla a ella. No. Sí. Me siento mal. Me siento culpable. De verla a ella. Con su ligera sonrisa. Sobre mí. Moviendo las caderas. Pero tal vez ella también se está imaginando otra cosa. Tal vez por eso nunca me habla cuando lo hacemos. Tal vez suelta ligeros gemidos y suspiros porque no se atreve a gritar el nombre de la otra persona. Tal vez lo hago muy mal. Cierro los ojos de nuevo. Aparece la imagen. Abro los ojos. Me siento mal. Me vengo. Ha sido el peor orgasmo. Casi tan agonizante como si estuviera vomitando. Se detiene. Abre los ojos. Sigue con la pequeña sonrisa. Tengo que salir de ti. Se echa a un costado. Voy al baño. Tiro el condón. Jalo la palanca. Me apoyo en el lavamanos. Me gustaría poder mandar esta sensación por la tubería. Ahora tengo que salir del baño a enfrentarla.
Me gustaría poder escapar por la tubería.


La inevitabilidad del arteWhere stories live. Discover now