La última danza

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Suspira. Como si en el suspirar se tuviera que ir toda la frustración con la que carga y toda la amargura que siente contra mí.
Asumo que no puede creer lo que le acabo de contar.
Suspira. En ese suspiro está cargada toda la melancolía con la que se sienta a escribir.
Creo que haber sido honesto con ella fue egoísta.
Suspira. En el suspiro está presente la confusión que le causa esto.
Solo le he hecho daño.
Se siente confundida.
¿Así que cuando tiras conmigo estás pensando en otras mujeres?, es lo único que llega a decir.
No es eso lo que me pasó, ni lo que dije. Pero no tiene sentido que me mate explicando. El daño ya está hecho. La he destruido. Lo veo en sus ojos. Ha sido tan fuerte que no puede ni llorar. Se siente decepcionada de mí.
Seguro piensa que ya no valgo la pena. Ahora sé que no debí de contarle. Debí encargarme solo de esa imagen. He sido cruel. Ella no me va a salvar de mis demonios internos. ¿Por qué pensé eso?
¿Así que cuando tiras conmigo estás pensando en otras mujeres?, es lo único que llega a decir.
Niego. Estoy confundido. Le digo que no es eso, que no sé bien qué pasó, que no es que yo haya querido pensar eso.
Siento como si me hubiera abofeteado. Tal vez lo hizo. Me lo merezco.
No me mientas, es lo que me pide.
No me mientas, ahora sí está llorando.
Me pide que me vaya. Que nunca más la llame. Ni la busque. Ni le escriba. Que me olvide de ella. Me puedo quedar pensando en mis mujeres.
Me siento vacío. Debería de tratar de decir algo. Solo salgo. No digo nada. Salgo de su casa. Me grita por la ventana que me odia. Me siento vacío.
Habría sido mejor si me hubiera tirado al suelo a patearme. Así sentiría algo. Le he hecho un daño terrible a la persona que más quiero. Quiero llorar pero ninguna puta lágrima asoma a mis ojos. ¿Por qué tuve que contarle? Era solo una imagen. Nada más que una imagen. Tan fácil como vino me debí deshacer de ella. ¿Por qué le doy tantas vueltas a las cosas? Ni que fuera un pollo a la brasa. Es tan estúpido que solo me queda reír. Pero no puedo reír ahora. Va a pensar que me estoy burlando de ella. De ella nunca me he burlado. Hasta el final confíe en ella. Camino hacia la avenida.
Busqué que fuera mi soporte para yo no tener que sostenerme. Subo al carro. ¿Por qué le quise tirar toda esa carga? No quiero ir a mi casa. Miro el cielo. Se han tragado el sol. Se han tragado la luna. Se han tragado las estrellas. Se han tragado las nubes. Las luces de la ciudad. No sé qué hacer ahora. Tal vez ella podría indicarme. Siempre fue más inteligente que yo.


La inevitabilidad del arteTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon