Último descubrimiento

51 15 24
                                    

En la calle me detengo a través de una ventana cerrada en la cual me invitas a perderme con una antorcha que no puede iluminar tu rostro. Ahí están todos los que quisieron que me extinguiera por tener una carga tan pesada que ni una hormiga la podría cargar.

A pesar de tus sueños yo sigo sin fe entre barcos que zarparon hace mucho en este mar tan calmo que me invita a ahogarme en él.

Tengo parásitos en el corazón que son páginas arrancadas que nuncadejarán de perseguirme. Todavía no quiero que lleguen. En este sitio permanezcouna y otra vez. Son tantas las veces que he intentado hacer esto. Tendré queordenar para ordenarme. Ahora tengo que pedir la orden. Son tantas las vecesque he intentado hacer esto. Tendré que descansar para poder descansar.

Miro a mi hermano. Después de todo este tiempo él sabía que yo leía lo que él escribía. Nunca me dijo nada hasta ahora. ¿Será porque ya terminé el colegio? No levanto la mirada del papel para no tener que iniciar una conversación.
Ya has visto que a pesar de que no soy un escritor profesional no he dejado de escribir, es lo que te he dicho todo este tiempo, no tienes que dejar de hacer lo que te gusta sólo porque no puedes estudiar eso.
Nuevamente noto la falta de convicción en sus palabras. Ahora sí lo miro.
Tú podrías ser escritor, tú eres bueno.
Se ríe.
Me moriría de hambre como escritor, ¿quién pagaría por lo que hago? Mis amigos y ya, fácil ni ellos que no leen ni mierda.
Ahora no es él quien me está hablando, simplemente está repitiendo las palabras de nuestros progenitores.
Date cuenta que hacer algo solamente pasional no tiene futuro, no sirve, no rinde frutos, tienes que hacer algo que te sostenga, que te mantenga y que te permita vivir.
Me levanto y casi le tiró su hoja en la cara, pero al final me contengo. La arrugo para contener la furia que siento.
¿Cómo vas a poder decir que eso te permite vivir?, ¿cómo es posible vivir con la espalda doblada y sometido a la voluntad de otros?, ¿a eso es lo que me estás diciendo que llamas vivir?
Me mira y estira la mano hacia su papel. Se lo doy con un gesto seco. Yo sé que él en el fondo quiere hacer algo más con su vida, ya me he dado cuenta de eso, si pensara, si realmente estuviera convencido de lo que me dice no guardaría sus papeles tan cuidadosamente, no les tendría ese cariño que les demuestra.
No entiendes porque todavía te falta madurar.
No me digas que esto depende de la edad, seré un inmaduro, pero esto no depende de la edad, tú sabes que no depende de la edad.
Sin darme cuenta casi estoy gritándole. Él trata de mantener la mayor calma posible.
Te digo todo esto por tu propio bien, abandona esas ideas que tienes de ser pintor, de dedicarte a hacer eso por el resto de tu vida, recapacita, date cuenta y abre los ojos, en este mundo uno no puede vivir haciendo lo que quiere, nadie vive haciendo lo que realmente quiere, así está hecho todo, así es para todo el mundo, así va a ser siempre, ¿acaso tú los vas a cambiar?
Es demasiado estúpido todo lo que me estás diciendo, ¿qué clase de vida me estás diciendo que lleve?, ¿qué clase de vida estás viviendo tú?
Nunca le había gritado así a mi hermano. Pero él sigue impasible.
Una vida segura, como todas las personas que saben lo que realmente les conviene y no andan detrás de fantasías idiotas, una vida en la que escucho a las personas mayores porque saben más sobre vivir que yo, algo que tú tienes que aprender a hacer.
Se levanta. Abre un cajón, mueve las cosas que están ahí y me muestra un cerro de papeles.
Esto es lo que yo he escrito en mis ratos libres desde que estaba en el colegio, nadie nunca lo va a leer y eso no me importa, yo sólo escribo para mí.
Eso es mentira, si escribieras sólo para ti no me habrías mostrado ese texto, me estás mintiendo, te estás mintiendo.
Sigo gritando, sin poderme controlar. Siento que estoy a punto de ponerme a llorar de rabia. ¿Quién es la persona que tengo al frente que se muestra tan dócil?
Cálmate y escúchame, madura de una vez y acepta que te van a poder pagar una buena carrera como arquitectura, lo otro no tiene futuro alguno.
Ahora ya no puedo contenerme.
Eso fue lo que tú hiciste, ¿no?, te dejaste meter la idea de que no ibas a tener futuro como escritor y aceptaste dejar eso de lado.
Me mira y siento que me dice casi suplicando que me calle.
Si pensabas ayudarme diciéndome y mostrándome todo esto, lo único que has conseguido es que te vea como otra persona, tú ya no eres mi hermano.


La inevitabilidad del arteWhere stories live. Discover now