4.

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— ¿Por qué estás haciendo el desayuno hoy? Hoy es lunes ¿recuerdas? —me preguntó Jane entrando a la cocina ya bañada y perfectamente arreglada.

Me había levantado a hacer el desayuno aunque hoy no me tocaba porque quería hablar con Jane antes de que todos nos interrumpieran. Sabía que mamá lo haría.

— Puedes compensármelo mañana —reí mientras le servía de los huevos revueltos que había preparado. Nada dice mejor "cuéntamelo todo sin omitir detalles" que huevos revueltos o ese era el mensaje, pero Jane no pareció entenderlo.

Ella se sentó y yo me senté a su lado poniendo en la mesa mi taza de café con un poco de leche y el té verde de Jane. A Jane no le gustaba el café.

— Entonces... Chuck Bingley ¿ah? —sonreí emocionada. Quería escucharlo todo.

— ¿Qué sucede con él? —ella desvío la mirada y se concentró en su taza.

La mire con cara de "¿en serio?"

— Sabes de lo que hablo.

— Es un chico encantador y muy amable. Hace mucho no conocía a un chico así. —respondió ella y yo la miré esperando que dijera más, pero ella sólo bebió de su té y volvió a desviarme la mirada.

— Y también es guapo... —añadí intentando sacarle más información y funcionó.

— Muy apuesto —pude ver un pequeño brillo en los ojos de Jane. — Nunca pensé que un chico como él, ya sabes tan guapo e interesante, pudiera ser tan atento conmigo.

— ¿Por qué no? Tendría que ser un tonto para no hacerlo y no lo digo porque seas mi hermana favorita. Es así como todos los chicos deben tratarte, no como esos inmaduros con los que has salido antes —dije recordando a los ex novios de Jane. Todos unos completos imbéciles que la habían hecho sufrir y se habían aprovechado de su amable corazón.

— Awn ¡Lizzie! — Jane reprochó pero ella sabía que yo tenía razón. Claro que la tenia.

— Bingley parece agradable solo tiene dos defectos... —comencé a decir y ella me miró atenta. Yo sabía que mi opinión le importaba, al igual que a mí me importaba la de ella en cuanto a chicos y en cuanto a todo. — Tiene un pésimo gusto en amistades —dije recordando al amigo de Bingley... Darcy ¡Ugh! — Y... Le agrada a mamá. Son grandes defectos yo que tú me lo pensaría muy bien.

Jane comenzó a reír y a negar con la cabeza.

— No puedo creer que haya dicho eso sobre ti. —Charlotte y yo nos habíamos dedicado a contarle la historia a Jane de forma divertida. Yo había hecho el papel de Bingley y a la pobre Charlie le tocó ser Darcy.

— No me importa. Mejor. Hubiera sido una tortura para mí bailar con el. No gracias, paso. —dije dándole un sorbo a mi café.

— Tal vez tuvo un mal día. —dijo ella y yo levante una ceja. Oh no. Jane no podía encontrar algo bueno sobre William Darcy. Se le notaba que era de lo más engreído.

— ¿A dónde vas tan arreglada? —pregunté cambiando el tema.

— Necesito pintura para unos cuadros. Quiero practicar antes algunas técnicas ¿Quieres acompañarme a comprarla? —respondió ella sonriendo y poniendo su cabello detrás de la oreja.

Wow... Eso es nuevo. Sé que ama pintar pero no creo que la emoción sea por comprar pintura.

— Claro, déjame arreglarme y le diré a Charlie para ver si se anima también.

🌼🌼🌼🌼🌼

Jane, Charlie y yo íbamos caminando cerca a la plaza hablando sobre ir al autocinema este fin de semana. Yo insistía en que debíamos ir antes de que lo demolieran para construir unos locales. Sería como una despedida del lugar en que tenemos muchos recuerdos de la infancia.

Las Chicas Bennet {Editando}Where stories live. Discover now