39. Su mundo

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A drop in the ocean
A change in the weather
I was praying that you and me might end up together
It's like wishing for rain as I stand in the desert
But I'm holding you closer than most 'cause you are my heaven
( A drop in the ocean, Ron Pope)

— ¿Señorita Elizabeth? —escuche una familiar voz detrás de mí, voltee y el Señor Henry, el padre de George, se acercaba a mi.

El vestía un elegante traje gris con una bufanda navy que se me hacía extrañamente familiar pero no sabía dónde la había visto antes.

— Buenas noches Señor Wickham —lo saludé y se sintió tan raro decir eso y más después de mi conversación con Georgiana esta tarde.

Eran las 9:22 p.m y la fiesta de cumpleaños de Georgiana comenzaba exactamente a las 9:30 p.m usualmente no soy muy puntual pero creo que no estaría mal serlo por primera vez en la vida. Los hermanos Darcy habían intentado convencerme de ir a buscarme en su limo pero me les adelante e hice que Tío Ed y Tia Susan me dejaran en el hotel Pemberley, donde sería la fiesta, antes de irse a su cena especial de San Valentín. Había casi olvidado que hoy era San Valentín si no fuera por los corazones, las flores y un montón de cupidos pegados en todos lados seguramente no lo notaría. El Hotel estaba decorado simplemente con grandes ramos de rosas rojas, sencillo pero elegante. No imaginaba este hotel tan lujoso decorado con cupido de papel o corazones con sonrisas como las cafeterías y restaurante por los que pasamos camino hasta aquí.

— Intuyo que se encuentra aquí, muy hermosa por cierto, para el cumpleaños de la Joven Georgiana —dijo él y yo asentí. —El Joven Will me dijo que estuviera atento a su llegada y la escoltará hasta la suite.

¿Escoltar? Dios... Esa es una palabra que solo utiliza él.

— Sé que usted se encuentra ocupado. Puedo encontrar el camino Señor Wickham, no quiero molestarlo —le respondí con una sonrisa.

— No es una molestia, se lo aseguro. Además, el Joven Will no me lo perdonaría si no lo hago —dijo firmemente. Me miró a los ojos, definitivamente tenía los mismos ojos que George, solo que la mirada del Señor Wickham era amable. — ¿Vamos?

El me hizo un gesto para que lo siguiera, yo asentí silenciosamente y comencé a acompañarlo hacia una enorme puerta que se encontraba al girar a la derecha. El lugar cada vez se me parecía más a un castillo de verdad como si estuviera perdida en Versalles o algo así. Nunca he estado en Francia pero supongo que así se debe sentir caminar por Versalles o el palacio de Luxemburgo, con los techos altos y los enormes cuadros que sé que debería reconocer porque Jane me ha hablado de ellos pero que realmente no se me venía a la mente ningún nombre. Bueno solo uno, Monet. Sé que Jane estaría decepcionada que de todos los grandes artistas yo tenía que recordar a Monet.

Me deje guiar por el Señor Wickham, subimos algunos dos pisos y por fin llegamos a una enorme puerta de madera blanca podía ver el letrero "suite presidencial". Así que está era, esta era la puerta a la fiesta. Al lado de la puerta había un enorme espejo y al verme me asuste un poco. Estaba pálida, nunca había estado en una fiesta así, nunca. No hay fiestas en grandes, excéntricos y costosos hoteles en Hertford ¿qué tal si no estaba vestida apropiadamente? ¿Qué tal si decía algo estupido? ¡ni siquiera conozco a la mitad de la fiesta!

Tal vez no había sido una buena idea venir. Mire mi reflejo, podía ver la ansiedad en mis ojos. Repentinamente odie el vestido corto de lentejuelas plateado que había elegido del closet de mi Tía Susan, me parecía no apropiado para la ocasión, tal vez demasiado corto, tal vez demasiado revelador ¿Qué pensará la gente de mi? Y mi cabello parecía despeinado.

Las Chicas Bennet {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora