36. El barrio Derby

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Tome mi pequeña maleta y baje del tren. Mientras caminaba por la estación me di cuenta de que no estaba muy concurrida así que fue fácil visualizar a tía Susan con su letrero que decía "Lizzie" a unos cuantos metros de mi. No podía creer que ella realmente había hecho eso. Me acerqué a ella y en cuento me vio se lanzó a darme un gran abrazo que me dejo sin respiración.

— Yo también me alegro de verte —le dije tomando un poco de distancia. Ella era pequeña pero sus abrazos eran realmente fuertes.

— ¡Estoy tan emocionada de verte! ¡Este va a ser un gran fin de semana! —dijo ella dando un pequeño saltito.

— ¿No deberías estar en la escuela trabajando? —preguntó al notar que apenas era medio día. Hora de almuerzo para ser más exacta.

— Dije que tenía una emergencia familiar y me dejaron salir temprano —respondió ella como si no tuviera importancia.

Comenzamos a caminar hacia la salida.

— No tenías que venir a recogerme, es suficiente con que tengan que aguantarme en su casa todo el fin de semana —le dije en cuanto salimos.

— No seas tonta, claro que tenía que recogerte. Estoy tan feliz de que estés aquí —ella me dio otro abrazo pero este fue pequeño.

Caminamos hacia el parqueadero para buscar su auto. En cuanto encontramos el Mazda 3 subimos a él y salimos de la estación de trenes.

— Cuando llamaste anoche pensé que era una broma hasta que me enviaste la hora de tu llegada. Nos alegra tu visita aunque Ed no está muy contento de que te hayas saltado la mitad de tus clases de hoy —explicó ella y yo reí. Por supuesto que mi tío no estaba contento con eso.

— ¿Dónde está él? —pregunté.

— En la oficina, hoy no podrá almorzar con nosotros pero ¡No te preocupes! Tengo todo el día planeado para nosotras. —la emoción de Tia Susan era palpable. Se sentía tan bien ser recibida con tanto entusiasmo.

— ¿Ah si? ¿Cuál es la agenda para hoy?

— Primero iremos a almorzar porque estoy muerta de hambre —dijo ella y yo asentí, la bolsa de frituras que comí en el tren no había calmado nada mi hambre. — Después dejaremos tu equipaje en casa y luego iremos a uno de mis lugares favoritos de toda la ciudad...

— ¿Turismo? No me considero una turista —la interrumpí.

— No es turismo. Solo quiero enseñarte el Barrio Derby. Confía en mí no te arrepentirás —dijo ella.

— ¿Barrio Derby? Nunca lo había escuchado —dije confusa.

— Es el barrio más hermoso de todo Hartford. Tiene pequeños callejones con lindos negocios como pastelerías y floristerías. Por no mencionar los hermosos jardines que hay por allí cerca. Creo que te gustará.

Sonaba bastante bien ese tal barrio Derby, en especial la parte de los jardines. Me gustaba mucho caminar al aire libre y más si la vista era hermosa.

— Parece que te emociona el lugar ¿alguna razón? —pregunte un poco curiosa.

— Mi madre solía tener su tienda de antigüedades en ese sector. Es muy bonito —respondió ella con una sonrisa un poco nostálgica.

Yo asentí, me acomode más en mi asiento y mire por la ventana. Hartford era una gran ciudad completamente distinta al pequeño Hertford, grandes edificios, tráfico y autopistas. Aunque no estaba acostumbrada a las ciudades me encantaba pasar por Park River y visitarlo cada vez que venía. De todos los lugares de la ciudad era mi lugar preferido, vamos a ver si el famoso Barrio Derby puede quitarle el título.

Las Chicas Bennet {Editando}Where stories live. Discover now